Cuando somos jóvenes, es más fácil que nuestro metabolismo vaya a toda pastilla, lo que redunda en una mayor quema de calorías, aunque no hagas nada por conseguirlo. Pero con el paso del tiempo (y en las mujeres debido en gran parte a nuestras hormonas), el metabolismo se ralentiza, lo que hace que sea más complicado bajar de peso. Todos sabemos que para adelgazar debes seguir una dieta equilibrada (e hipocalórica) y acompañarla con una vida activa que incluya en el ejercicio pero, ¿sabías que existen pequeñas rutinas de tu día a día que pueden ayudarte a acelerar el metabolismo y, en consecuencia, perder calorías más rápidamente? Pues sí, eso es real, y aquí tienes nuestros consejos para conseguirlo:
Algunos dicen que sí, otros dicen que no... el caso es que muchos expertos afirman que el desayuno es la comida más importante del día porque aporta energía para todo el día. Pero es que además, acelera el metabolismo, por lo que puede ayudarte a perder peso más rápidamente.
La cafeína y la teína estimulan el sistema nervioso central, por lo que puede ayudar a activar el metabolismo. En el caso del té pueden incrementarlo entre un 5 y un 8% y en el caso del té hasta un 12% gracias a sus antioxidantes.
El entrenamiento aeróbico puede hacerte quemar casi 200 calorías en las 14 horas posteriores a la realización del ejercicio, sobre todo si son entrenamientos de corta duración y alta intensidad. Por otro lado, levantar peso también aumenta esa quema de calorías dependiendo de los kilos que se utilicen.
Ingerir fibra puede acelerar la quema de grasa hasta en un 30%. Deberías consumir unos 25 gramos al día, es decir, la cantidad de fruta y verduras equivalente a tres porciones.
Según investigadores alemanes, beber 1,5 litros de agua fría al día puede ayudarte a quemar más calorías. La temperatura es importante, ya que el trabajo que debe realizar el organismo para calentar todo ese agua ayuda a acelerar el metabolismo.
El hierro ayuda a transportar el oxígeno que los músculos necesitan para quemar grasa. El marisco, las carnes magras, las alubias, los cereales y las espinacas son excelentes fuentes de hierro.
La vitamina D es esencial para preservar el tejido muscular que acelera el metabolismo. Puedes encontrar la dosis diaria en pescados como el salmón, el atún o los camarones, en el tofu, la leche, en los cereales fortificados y en los huevos.
Las proteínas pueden aumentar la quema de calorías después de las comidas hasta en un 35%. Los alimentos que incluyen proteínas saludables son los aguacates, la carne magra o de aves, lácteos, pescado, nueces y judías.
Según una investigación de la Universidad de UCLA, las personas que incluyen alimentos picantes en su dieta duplican el gasto calórico varias horas después de su ingesta. Al unirse a los receptores nerviosos, envían señales al cerebro para quemar grasa, lo que puede hacer que pierdas hasta 100 calorías al día.
Los ácidos grasos poliinsaturados de los frutos secos, sobre todo de las nueces, pueden mejorar la actividad de ciertos genes que controlan la quema de grasas.
Dormir poco puede ralentizar tu metabolismo a la mañana siguiente, reduciendo la quema de calorías hasta en un 20%. Además, la falta de sueño puede hacer que las hormonas del hambre (leptina y grelina) se alteren y activen tu apetito.
No, los donuts no valen. Comer un par de onzas de chocolate negro puro puede regular el metabolismo. La razón está en los nutrientes químicos del cacao, como los flavonoides, que protegen el organismo.
Realizar un entrenamiento suave de cardio en ayunas, de entre 45 minutos y una hora, favorece la quema de grasas. Vale con un paseo rápido o un trote lento, pero si no quieres salir a la calle, puedes hacerlo en casa en una bicicleta estática.