Mujer en la ducha / pexels

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Cuántas veces a la semana es recomendable ducharse, según la ciencia

Pocas cosas se equiparan al placer de una buena ducha, pero ¿es saludable hacerlo muchas veces las mismas semanas? Los expertos responden.

Uno de los momentos más placenteros del día es el de llegar a casa y darse una buena ducha para liberarnos del estrés de la jornada. Más allá de las cuestiones de higiene, este momento se convierte casi en un ritual que sienta tan bien que, si el día lo permite, hay quienes se bañan hasta más de una vez al día.

Sin embargo, y aunque a priori todo en esta práctica parezca ser beneficioso para tu piel, la ciencia tiene algo que decir al respecto. Al igual que no todo vale a la hora de lavarse el pelo, tampoco está todo permitido en esta práctica si quieremos que salud y bienestar vayan de la mano, y las veces que nos duchemos a la semana juega un papel imprescindible en ello.

Según un estudio realizado por el doctor Robert H. Shmerling y publicado por Harvard, ducharse en exceso puede acarrear graves problemas para tu salud cutánea. Si bien es cierto que es súper necesario mantener una rutina de higiene general constante, a nuestro cuerpo no le beneficia bañarse más de 4 o 5 veces por semana.

Por qué no es bueno ducharse todos los días

La respuesta a esta afirmación que para muchas puede sonar algo ilógica nos la da la propia ciencia. Las duchas diarias puedes afectar a los aceites y grasas naturales de la piel y provocar el desbalance de estas sustancias.

Nuestra piel genera aceites y grasas naturales como barrera de protección contra los agentes externos como la contaminación, las bacterias o los rayos solares. Además, ayuda a mantener la flexibilidad e hidratación cutánea y evita muchas infecciones. Esta producción en exceso puede desembocar en problemas como el acné, por eso es importante mantenerla regulada para que cumpla con su función principal.

Mujer en la ducha / pexels

Al perder esta barrera protectora la piel se vuelve más seca e irritada y aparecen lesiones visibles como irritaciones o grietas acompañados del molesto picor. Además, la piel queda más expuesta a enfermedades e infecciones dermatológicas que la presencia de estas sustancias evitan.

Del mismo modo, el sistema inmunológico necesita crear memoria para crear anticuerpo que puedan defender al organismo en caso de necesidad. Por ello, es bueno que se enfrente a los restos de suciedad que pueda acumular la piel a lo largo del día. Con los aceites y grasas en su nivel, el riesgo de contraer una enfermedad será menor y estaremos ayudando al organismo a preparar su defensa.

Cómo llevar una rutina de ducha adecuada para el cuidado de la piel

Además de la periodicidad con la que nos bañemos, hay que tener en cuenta otros factores para obtener los máximos beneficios de esta práctica. En primer lugar, lo más importante es cuidar la higiene. Las zonas más delicadas y en las que más atención tenemos que poner son las axilas, las zonas genitales, los pies y el cabello. Asegúrate de utilizar productos aptos para la sensibilidad y necesidades específicas de cada uno.

El tiempo que pasas en la ducha o la temperatura del agua también influyen. Según este estudio, una ducha completa y correcta debería durar entre 3 y 5 minutos para lograr la limpieza deseada (a aquellas que tenemos el pelo largo se nos permite unos minuto más). En cuanto la temperatura, lo ideal es que los baños sean de agua tibia. Mientras que el exceso de agua fría hace que la limpieza no sea completa por la obstrucción de los poros, los baños con agua muy caliente acelera el proceso de pérdida de los aceites naturales y, por tanto, sus consecuencias negativas.

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