ALIMENTACIÓN EQUILIBRADA
ALIMENTACIÓN EQUILIBRADA
El sobrepeso y la obesidad se están convirtiendo en uno de los verdaderos males de la sociedad. Actualmente, más del 50% de la población adulta presenta exceso de peso, por lo que los expertos recomiendan cada vez con más ahínco mejorar nuestra alimentación, además de practicar ejercicio de forma regular.
Pero a veces, cuidar nuestra alimentación se torna difícil. Ya sea por la falta de tiempo o por dificultades económicas, podemos consumir alimentos procesados con demasiada frecuencia, dejando de lado vegetales y fruta, tan típico de la dieta mediterránea.
Para revertir este proceso, el doctor Rafael Gómez Blasco, de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO) acudió al Congreso Anual celebrado en Sevilla para hablarnos de la dieta FAFO, término que proviene de las palabras Flexible and Friendly for the Overweight y que propone una dieta flexible y sencilla para controlar el sobrepeso.
Así, la dieta FAFO no aboga por un plan de choque para perder kilos rápidamente. Deja de lado los ayunos intermitentes y las dietas bajas en carbohidratos para enfocarnos en la adquisición de ciertos hábitos que nos aseguren un estilo de vida saludable a largo plazo. Y eso sólo puede conseguirlo si se adapta al estilo de vida de cada persona.
En muchos aspectos, la dieta FAFO guarda similitud con la dieta mediterránea, priorizando proteínas de calidad como pescado y carnes magras, evitando las carnes rojas. Su base se compone de verduras, frutas y grasas saludables como el aceite de oliva, frutos secos, aguacate, huevos y aceitunas, con la condición de cocinar estos alimentos de manera saludable y en porciones adecuadas. Por otro lado, desaconseja totalmente el consumo de azúcares y alimentos ultraprocesados.
Así, según afirmó el doctor Gómez y Blasco, «una persona con un sobrepeso ligero de 6 a 8 kilos los puede perder en dos a tres meses y una persona con obesidad puede llegar a perder 30 y hasta 40 kilos al año«. Y lo mejor es que lo que pierdes no lo vuelves a recuperar, porque elimina el efecto rebote.
En primer lugar, aboga por la inclusión de alimentos de todos los grupos de nutrientes sin caer en restricciones innecesarias, desmarcándose de modas que proponen evitar completamente los hidratos de carbono. Al no dejar de comer nada (salvo azúcares y alimentos ultraprocesados, que debes evitar en la medida de lo posible), es más fácil no recuperar el peso.
Presta especial atención al tamaño de las porciones, enfatizando la importancia de consumir variedad de alimentos en cantidades moderadas. Además, también deberás prestar atención a la forma de cocinar estos alimentos, priorizando la plancha y los alimentos cocidos.
La práctica de la alimentación consciente es otro principio clave de la dieta FAFO, promoviendo hábitos como comer despacio, masticar bien y evitar distracciones. Esta atención plena al acto de comer hará que no comas de más, ya que permite que el cerebro envíe la señal de saciedad antes de comer demasiado.
La dieta FAFO reconoce la importancia del ejercicio regular como parte integral del plan para combatir la obesidad. La actividad física no solo regula el apetito, sino que también desempeña un papel crucial en el control del estrés, evitando la ingesta compulsiva de alimentos.
La dieta FAFO permite perder en una semana de un kilo a kilo y medio sin peligro de recuperarlo rápidamente. El temido efecto rebote supone recuperar el peso que ha perdido o incluso más después de haberse sometido a una dieta restrictiva, pero al abogar por un cambio de hábitos y no una eliminación de alimentos, es más difícil recuperar el peso.
En la mayoría de las dietas restrictivas, la gran pérdida de peso que se produce es la de masa muscular y no grasa, por lo que cuando se vuelve a los antiguos hábitos alimenticios es posible coger más peso, ya que crea un impacto en el metabolismo. Los expertos aseguran que con la dieta FAFO esta pérdida muscular se hace de una forma lenta y más saludable.