Disfrutar de la naturaleza al amanecer te ayuda a ser más feliz. /
Conseguir la felicidad se ha convertido en uno de los objetivos clave para la mayoría de nosotros. Es difícil definir este concepto, pero según la RAE, es un estado de grata satisfacción espiritual y física. El problema está en cómo conseguir ese estado, ya que para cada uno se logra de una forma distinta.
Cada año, la Asamblea General de las Naciones Unidas publica un informe que mide el nivel de bienestar de la ciudadanía por países. En este estudio se miden diversos factores como apoyo social, ingresos, salud, libertad, generosidad y ausencia de corrupción. ¿Crees que todo esto no da la felicidad ? Prueba a vivir sin los suficientes ingresos o en un país donde la corrupción sea el pan nuestro de cada día (¡ups!).
España se encuentra en el puesto 32, muy por detrás de Finlandia, que encabeza el ranking, y Suecia, que siempre está entre los seis primeros. Por eso volvemos la mirada hacia los países nórdicos para encontrar su secreto de la felicidad. Y es más simple de lo que muchos piensan.
La fórmula sueca para conseguir la felicidad se basa en algo tan sencillo como observar cada amanecer como algo único, disfrutándolo con todos nuestros sentidos. Ver salir el sol y considerarlo como una nueva oportunidad para estar en paz con uno mismo.
Gökotta es una de esas palabras que no tienen traducción en nuestro idioma, porque se trata más bien de un concepto, una emoción. Hace referencia a una actividad que tenía lugar hace muchos años: levantarse al amanecer el Día de la Ascensión (30 de mayo), salir al campo y disfrutar del canto del cuco, el primero de la temporada.
Despiértate antes para tener un rato para ti misma. /
Este concepto se ha extendido hasta convertirse en una herramienta para vivir la vida con más tranquilidad, disfrutando de esos momentos de paz que se producen a primera hora del día, cuando el mundo todavía está en calma y puedes dedicar un tiempo para ti mismo, sin responsabilidades ni exigencias externas.
Así, te animan a poner el despertador una o dos horas antes de lo habitual para aprovechar ese tiempo sólo en ti. Puedes utilizarlo para organizar tu día tranquilamente, mientras disfrutas de una buena taza de café, meditar para empezar el día tranquilo o incluso hacer ejercicio físico.
Bien es cierto que de este modo estamos obviando otro factor importante del método Gökotta: la naturaleza. Salir al campo para escuchar el canto de los pájaros y experimentar una especie de comunión con la naturaleza. Pero no todos tenemos la suerte de tener un bosque cerca de nuestro lugar de residencia.
Si es tu caso, céntrate en buscar ese momento de tranquilidad con lo que tienes a tu alcance: aléjate de los aparatos electrónicos, acércate a la ventana para absorber los rayos del sol, dedica un tiempo a mimar tus plantas, pasea por un espacio verde que tengas cerca, aunque sea un parque... el mundo todavía no se habrá despertado, por lo que tendrás más posibilidades de alcanzar un estado de serenidad.
Levantarnos temprano tiene otros beneficios para nosotros, ya que hace que nos ciclemos con nuestros ritmos circacianos, aprovechando las horas del día para nuestra actividad (tanto laboral como de ocio) y las horas de oscuridad para el descanso.
Aunque no lo creas, ajustar tus horarios a los de la naturaleza hará que descanses mejor, por lo que le das a tu cerebro el tiempo que necesita para recuperarse mejorando de este modo otros aspectos como la memoria, el humor e incluso tu salud y tu creatividad.