Te despiertas después de una noche agotadora en la que no has dormido tanto como te gustaría y, nada más poner el pie en el suelo, todo empieza a girar demasiado rápido. Duchas, desayunos, emails, llevar a los niños al colegio, sacar todos los proyectos adelante, comer frente al ordenador, recoger a los niños, comprar, poner lavadoras, tender, limpiar, cocinar... ¿Te ha explotado la cabeza ya? Si esa no es tu vida enhorabuena, pero seguro que conoces a alguien que vive así.
Ana González y José Mendiola eran de esos y, después de llegar a su límite y sólo cuando la vida les dio un toque de atención, decidieron bajar el ritmo. Así se unieron para escribir a cuatro manos el libro El arte de vivir más lento, en el que tratan de ayudarnos a llevar una vida más tranquila para que no nos pase la factura que les pasó a ellos.
«Vivir despacio tiene un único fin: disfrutar de tu tiempo y con él, de tu vida«, opinan los autores. »El movimiento slow life es una filosofía que busca desacelerar el ritmo de vida moderno y volver a conectar con uno mismo, con la naturaleza y con las personas que nos rodean. Surgió en Italia en la década de los ochenta como una reacción a la globalización y a la cultura de la inmediatez y el consumo desmedido«, explican en el libro.
Y es que bajar el ritmo también origina una reducción de nuestro nivel de estrés al dedicar más tiempo a realizar actividades que nos llena, disfrutando más del tiempo presente y sin preocuparnos tanto por el futuro o por lo que ocurrió en el pasado. Básicamente, los pilares del mindfulness .
Y es que, como dicen en redes sociales, 'emosido engañado'. Nos han vendido que somos multitarea , que podemos hacer varias cosas a la vez, pero eso, en realidad, es mentira. Nuestro cerebro no está preparado para ello y, en lugar de procesar estas tareas, lo que hacemos es cambiar rápidamente entre ellas, lo que provoca estrés y frustración.
Los autores recomiendan abordar primero aquellas cosas que son realmente importantes para ti. El problema radica en que, muchas veces, no sabemos cuáles son nuestras prioridades porque no hemos dedicado un tiempo al autoconocimiento. «Siempre el objetivo era pensar en los demás y escucharnos a nosotros mismos era de egoístas o egocéntricos», escriben González y Mendiola. «Vivimos en una época tan rápida y desconectada que ni siquiera sabemos cómo somos».
Y es que según los autores, no sabemos estar en silencio con nosotros mismos, y llenamos nuestra mente de ruido para no escucharnos. Podcasts, series de televisión, música... cualquier cosa es buena con tal de no pasar un tiempo a solas con nuestros pensamientos. Por ello recomiendan acciones tan fáciles como desconectar las notificaciones del móvil o no tener la televisión encendida si no hay algo que realmente deseas ver.
Para los autores, esto trata de reducir objetos, personas, tareas y compromisos àra ayudarnos a centrarnos en lo esencial y olvidar lo superfluo. La reducción deberá estar marcada por tus principios, tus valores y tus necesidades intentando a su vez que todos tus planes sean sencillos.
¿Y cómo? con cosas tan banáles como organizar las tareas domésticas una vez a la semana para no tener que pensarlo rápidamente en el último momento (añadiendo estrés y haciéndolo peor al final), no mirar el reloj en vacaciones para disfrutarlas plenamente y recordar que no hacer nada, a veces, es incluso beneficioso.
Planificar no significa ser rígidos en estas decisiones y que no se pueda cambiar de opinión a lo largo del proceso. «La planificación es una guía, un timón con el que mantener el rumbo, pero hay que fluir, adaptarse a las nuevas circunstancias«, aseguran en su libro.
Puedes empezar planificando tu semana en una agenda. Así dedicas unos días a hacer deporte, a tu propio autocuidado, momentos individuales con tus hijos, con tus amigos, con tu pareja... Si ya lo tienes agendado, es más fácil que adaptes el resto de responsabilidades para que puedas hacer este tipo de cosas.
Los autores te recuerdan que es importante saber poner el foco en cada cosa que hagas, no llenar tus días de obligaciones, revisar tus prioridades y ser muy consciente del tiempo del que dispones para que esta planificación no se te vuelva en contra y te acabe estresando innecesariamente.
Depende de cuáles sean tus gustos y necesidades. Puede ser sentarte durante una hora a leer un buen libro, prepararte un café o descorchar una botella de vino sólo por disfrutar tranquilamente de una copa. O incluso pasear por un enclave bonito de tu ciudad por el mero hecho de admirar su belleza.
«Uno ha de estar preparado para crear ilusión en cada uno de los actos que realiza«, señalan en el libro. Y es que no hace falta irte de viaje a un sitio exótico para sentir que tu vida está plena y la estás disfrutando. La vida se compone de pequeños momentos y hay que estar preparado para disfrutarlos.
20 de enero-18 de febrero
Con el Aire como elemento, los Acuario son independientes, graciosos, muy sociables e imaginativos, Ocultan un punto de excentricidad que no se ve a simple vista y, si te despistas, te verás inmerso en alguno des sus desafíos mentales. Pero su rebeldía y su impaciencia juega muchas veces en su contra. Ver más
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