Mindful walking: el sencillo ejercicio de caminar conscientemente que mezcla meditación y paseo para calmar tu mente y mejorar tu rendimiento

¿Con qué frecuencia sales a caminar y te dejas atrapar por la avalanchas de estímulos de tu teléfono, el ritmo de tu música favorita o el último episodio de tu podcast preferido? La práctica de la marcha consciente, el mindful walking, tiene como objetivo eliminar estas distracciones, ayudándote a ser más consciente de tu entorno y de ti misma.

Todo lo que necesitas es un par de zapatillas para caminar y estarás lista para comenzar. De hecho, si estás aprendiendo a meditar , caminar conscientemente puede ser una excelente práctica para comenzar porque no requiere que te quedes sentada. Sin mencionar que puedes cosechar los beneficios de caminar al mismo tiempo que trabajas tu mente.

Hacer mindful walking es caminar conscientemente. Y es bastante más que simplemente salir a dar un suave paseo. La práctica consiste en ser consciente de tu cuerpo y de las sensaciones físicas a medida que te mueves y cómo se relacionan con tu entorno. Es un poco parecida a la práctica japonesa del «baño de bosque», que implica sumergirse en la naturaleza, respirar profundamente y aprovechar los sentidos.

La diferencia fundamental es que puedes practicar la caminata consciente en cualquier lugar, incluso en un entorno urbano. Piensa en ello como una forma más accesible al baño de bosque para quienes no viven cerca de un parque o entorno natural pero que quieren conectarse con el espacio que les rodea.

Caminar conscientemente es una forma común y popular de practicar la atención plena y le da tiempo al cuerpo para moverse y estirarse después de estar sentada durante largos períodos. Caminar es algo con lo que la mayoría de las personas están muy familiarizadas y lo haces a diario. Pero puedes buscar un plus.

Esta saludable práctica es una manera perfecta de cultivar la atención plena prestando atención intencionada al movimiento de los pies y el cuerpo mientras caminas. Pero más que eso, te anima a conectarte con tu entorno y activar nuestros sentidos, sintiendo la conexión con el suelo, captando imágenes y sonidos a tu alrededor e incluso sintiendo que los pulmones se expanden al respirar aire fresco.

Muchas veces no prestas atención al acto de caminar. Sueles estar distraída por una avalancha de pensamientos, a menudo proyectándote hacia el futuro o repitiendo eventos del pasado. Centrarse intencionalmente en el movimiento de tus pies mientras caminas suavemente te permite dejar de lado tus pensamientos y descansar tu atención en el momento presente.

Caminar va de la mano con la atención plena y dado que andar es una actividad básica que la mayoría de las personas realiza a diario, puedes practicar el mindful walking en cualquier momento, ya sea durante 30 segundos o 30 minutos. Pero es esta regularidad la que ayuda a que la atención plena se convierta en parte de todo lo que haces. Es posible que tardes un poco en acostumbrarse a caminar conscientemente, pero vale la pena persistir.

Cualquiera que sea la estación, pasar tiempo al aire libre siempre trae beneficios. Centrarse mientras tu cuerpo aún permanece presenta un desafío, desde quienes se excitan fácilmente hasta las más ansiosas y quienes tienen deficiencia de atención, razón por la cual el movimiento contemplativo (ya sea danza ritual, deporte, artes marciales u otra cosa) es tan importante para tantas personas.

Caminar es un movimiento que haces todos los días y, al igual que respirar, suele ser algo que realizas sin pensarlo mucho. Salir a caminar deliberadamente a la calle o en la naturaleza puede abrirte los ojos y ofrecer nuevas perspectivas diferentes a las que encuentras en el interior o interactuando con los dispositivos digitales.

Existe lo que muchos denominan como «trastorno por déficit de naturaleza» y cómo afecta a tu bienestar físico y emocional, sugiriendo que incluso una pequeña exposición a espacios exteriores aumenta la felicidad y la atención. Integrar la atención plena en el movimiento tiene el beneficio añadido de combinar el ejercicio mental con el ejercicio físico. Abundan los estudios que demuestran que caminar ligeramente durante 20 minutos puede ayudar a aliviar la depresión, la ansiedad y la atención, sin mencionar nuestro bienestar físico. Salir y cuidar tu salud mental siempre es importante, sobre todo si estás pasando una época estresante. Se trata de calmar tu mente y de paso mejorar tu rendimiento en el trabajo.