FELICIDAD
FELICIDAD
Todos queremos sentirnos satisfechos en nuestra propia vida. Una sensación de bienestar que, si bien no es constante, puede proporcionar la tan ansiada felicidad. Y es que ser feliz no sólo te hará tener mejor calidad de vida, sino que también te hará vivir más, según un estudio publicado en la revista Science de la Universidad de Warwick, en Gran Bretaña.
Y es que la felicidad aleja sentimientos negativos como el estrés, reduciendo el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares como arritmias o ataques al corazón y manteniendo estable la presión arterial y la frecuencia cardiaca, redundando en un corazón más sano.
La regla de la que vamos a hablarte hoy es obra de Cecil Konijnendijk, un investigador, educador y escritor neerlandés, codirector del Instituto de Soluciones Basadas en la Naturaleza y profesor en la Facultad de Silvicultura de la Universidad de Columbia Británica.
Este experto de la naturaleza recomienda seguir la regla 3-30-300, una forma de conectarte con el medio natural para aumentar los niveles de felicidad, implicarte más intensamente en el momento presente y conectar con tu propia esencia. Veamos en qué consiste.
Esta técnica neerlandesa toma como base la madre naturaleza y tiene como objetivo aumentar la felicidad de quienes la practican. Según esta práctica, el contacto con la naturaleza es esencial para alcanzar los objetivos, debiendo cumplirse estas tres circunstancias:
1. Desde la ventana de tu casa debes ver al menos tres árboles.
2. El barrio debería tener como mínimo un 30% de cobertura arbórea.
3. Deberíamos vivir como máximo a 300 metros de distancia de un parque o bosque.
A veces es difícil cumplir estas tres circunstancias, sobre todo si vives en una gran ciudad y los árboles y zonas verdes brillan por su ausencia. Pero no te preocupes, porque puedes modificarlo según tus circunstancias haciéndolo accesible para todo el mundo.
Para empezar, si no ves ningún árbol desde tu ventana no tienes que liarte la manta a la cabeza y plantar un roble en mitad de la carretera. Eso podría traerte ciertos problemas legales. Colocando tres plantas en tu casa y dedicarles tiempo para que estén verdes y frondosas, bastaría.
Con este sencillo paso no sólo mejorarás la calidad del aire que respiras en tu casa sino que también te sentirás más feliz y satisfecha. Eso sí, asegúrate de que escoges la planta adecuada a tus circunstancias y que la cuidas de la mejor manera para que no muera a las primeras de cambio.
¿Y qué pasa si en tu barrio el color verde sólo se ve en los semáforos? En ese caso, date un paseo hasta el entorno natural más cercano y, una vez allí, disfruta de forma consciente, prestando atención a los sonidos, los olores y todo aquello que lo rodea.
Y es que pasar tiempo al aire libre disfrutando de la naturaleza aumenta la felicidad, según una investigación publicada en la revista Global Environmental Change. Por eso, es vital que dejes de lado el asfalto de la gran ciudad y te empapes de los olores y sonidos de la naturaleza. Serás más feliz.