Los dolores de espalda y riñones son uno de los grandes males de este siglo producto de malos hábitos posturales. Y a veces las mejores soluciones son las más sencillas: prueba con tumbarte boca arriba y llevar las rodillas hacia el pecho. Un masaje fácil, apto para todas las edades y que puedes hacer en casa o en la oficina en cualquier momento.
En realidad se trata de una postura de yoga clásica con muchos beneficios terapéuticos. Aunque rara vez se hace referencia a esta postura por su nombre sánscrito, Apanasana , puede resultar útil comprender su significado. Proviene de dos palabras: Apana (que significa «fuerza vital que fluye hacia abajo») y asana (que significa «postura»). En yoga, apana es una energía corporal que cumple la función opuesta a prana, que se considera la fuerza vital.
Prana da vida al cuerpo mediante la respiración y otras técnicas. Apana, por el contrario, es la fuerza de eliminación del cuerpo. Fluye hacia abajo y fuera del cuerpo, eliminando impurezas a través de los pulmones y los sistemas excretores. La práctica de Apanasana alivia la presión de esta fuerza de eliminación, ayudando al cuerpo a reducir y expulsar eficientemente desechos, toxinas y tensiones, lo que finalmente redunda en un gran alivio de la espalda.
Los beneficios de Apanasana están estrechamente relacionados con los de su variación, la Pavanamuktasana: alivio del exceso de aire digestivo, indigestión, hinchazón, flatulencia, acidez y estreñimiento. A menudo se recomienda para quienes padecen el síndrome del intestino irritable . Por extensión, esta postura ayuda a mantener la espalda baja más ágil y libre de dolor.
A menudo se utiliza esta postura como una contraposición relajante a las flexiones hacia atrás y los giros de la columna. Debido a que tu cuerpo es compacto en la postura, tus pensamientos se atraen más fácilmente hacia adentro, lo cual es útil para calmar la mente y reequilibrar tu energía.
Para obtener todos los beneficios del masaje con rodillas en el pecho, comienza recostándote boca arriba con las piernas y los brazos extendidos. Mientras exhalas, lleva ambas rodillas hacia el pecho. Junta sus manos alrededor de ellas. Si le es posible, envuelve los antebrazos sobre las espinillas y sujeta cada codo con la mano opuesta.
Mantén la espalda apoyada sobre la colchoneta. Suelta los omóplatos hacia la cintura y apoya el coxis y el sacro hacia la colchoneta, alargando aún más la columna. Si te resulta cómodo hacerlo, balancéate suavemente hacia atrás y hacia adelante o de lado a lado para realizar un suave masaje en la columna.
Mete ligeramente la barbilla y mira hacia la línea central de tu cuerpo. Mantén la ligera presión sobre tu cuerpo hasta por un minuto. Lleva en todo momento una respiración suave y uniforme. Con una exhalación, suelta y extiende ambas piernas por el suelo y descansa. Repite hasta seis veces.
La postura de rodillas en el pecho es buena para todas las mujeres, independientemente de su edad o condición física. No deberías sentir dolor y muy poca molestia al realizarlo. Pero no practiques esta postura si te estás recuperando de una cirugía abdominal o una hernia. Evita también esta postura si tiene una lesión en la columna, la rodilla o la cadera.
Si tienes una lesión en el cuello, no levantes la cabeza. Las mujeres que están embarazadas no deben practicar esta postura después del primer trimestre. Trabaja siempre dentro de tu propio rango de límites y habilidades. Si tienes alguna duda, habla con tu médico antes de practicarla.
Practicar la postura de las rodillas al pecho debe resultar calmante y reconfortante. Hazla a primera hora de la mañana y como último momento del día antes de acostarte. Es una manera sencilla de ayudar a tu cuerpo, mente y espíritu a permanecer puros y equilibrados durante toda la jornada. Te encantará.
20 de enero-18 de febrero
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