¿funciona?
¿funciona?
Seguro que has leído por internet, que has visto en redes sociales o que algún conocido te ha dicho que tomar zumo de limón o agua de limón por las mañanas en ayunas reporta diferentes beneficios para la salud. Que si ayuda a adelgazar, que si es genial para evitar la hinchazón y la inflamación abdominal, que si prepara al estómago a absorber mejor los nutrientes,...
Sin embargo, esto que pasa con el zumo de limón en ayunas es una prueba más del poco caso que tenemos que hacer a lo que leemos por ahí . De ahí la importancia de rodearse de buenos profesionales que nos ayuden con los mejores consejos de nutrición.
Tomar zumo de limón o agua de limón en ayunas por la mañana no va a reportar (casi) ningún beneficio a tu cuerpo. Al contrario, puede producir según qué secuelas que es necesario contar para evitarlas al máximo. ¿Qué es lo que dice la ciencia y los profesionales de la nutrición sobre esta costumbre que muchos tienen tan generalizada y adoptada en sus vidas? Vamos a hacer un repaso.
Vamos a centrarnos en analizar qué pasaría en nuestro cuerpo si tomásemos todos los días en ayunas un zumo de agua tibia con un zumo de limón. Es lógico pensar que si hablamos de un zumo de limón sin agua (mucho más ácido, amargo y concentrado) estas consecuencias serían aún mayores.
No existe ningún tipo de evidencia científica sobre las bondades de esta bebida en ayunas (y tampoco a lo largo del día) más allá que la de calmar la sed tal y como haría un vaso de agua sola. «No aumenta las defensas, ni mucho menos depura o detoxifica», explica la farmacéutica y nutricionista Marían García (más conocida como Boticaria García) en su blog. «El limón es una fruta con numerosas propiedades similares a las de otras frutas y verduras. Podemos conseguir los mismos beneficios tomando otros alimentos vegetales surtiditos en cualquier otro momento del día«, argumenta la misma profesional.
De acuerdo, de nuevo, al criterio de esta profesional, el agua de limón en ayunas no disuelve la grasa (o, al menos, no se conoce ningún estudio científico que avale esta cuestión). Ni tampoco depura y detoxifica: «No necesitamos el limón para activar el hígado o el riñón», dice Boticaria García.
Y sobre prevenir el estreñimiento, es cierto que el agua tibia puede ayudar como laxante, pero ayudará de la misma manera si no le añadimos el zumo de limón y nos la bebemos sola.
Sin embargo, el mito más extendido sobre el zumo de limón en ayunas no es ninguno de estos, si no el de que ayuda a regular el pH del cuerpo. ¿Qué hay que decir sobre esto? Que es falso, también. « Es el mito más peligroso«, dice Marián García. Si tomamos un alimento muy ácido como este, quizás modifiquemos el pH de nuestra orina, pero en ningún caso el de nuestra sangre.
Visto lo que no pasaría, veamos qué consecuencias puede tener para nuestra salud.
La primera es que puede afectar negativamente al esmalte dental. De acuerdo a lo afirmado por esta investigación científica, un consumo excesivo de limón puede llegar a ser corrosivo para nuestros dientes, debido a su acidez.
La segunda va dirigida especialmente a las personas con tendencia a sufrir problemas de acidez estomacal o úlceras gástricas. Tal y como afirma el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo de México, el zumo de limón puede acentuar este problema, ya que es demasiado ácido.
Aunque hemos dejado claro que tomar zumo de limón o agua de limón en ayunas no ayuda en casi nada y que, además, hacerlo habitualmente puede provocarnos ciertos problemas, es cierto que esta fruta (tal y como otras de la misma familia) tiene diferentes beneficios para la salud.
Hemos de hablar, por ejemplo, de sus flavonoides, que se encuentran sobre todo en la corteza (es lo que le da ese olor característico). Estos pueden prevenir, de acuerdo a Boticaria García, la formación de trombos y enfermedades cardiovasculares. Además, tiene ácidos orgánicos perfectos como antioxidantes (pero hay que tener en cuenta que si lo tomamos con agua, estos se reducen considerablemente).
Por último, no podemos olvidar que el limón es una fruta con contenido en vitamina C, pero también con calcio, fósforo o vitamina E.