DURALEX

tras salvarse de la quiebra

La vajilla de la abuela: por qué arrasan los platos de Duralex en las mesas de otoño

Los inolvidables platos de Duralex de tu abuela vuelven a ser tendencia y protagonizan las mesas más bonitas del invierno.

Los platos que nunca se rompen a punto estuvieron de rompernos el corazón cuando se anunció la quiebra de Duralex allá por 2020. La nostalgia que suponía perder para siempre la vajilla de la abuela hizo que la reventa de piezas en plataformas de segunda mano se multiplicara y se convirtieran en auténticos tesoros para los amantes de lo vintage.

Sin embargo, la firma francesa de menaje de mesa ha conseguido salvar los platos (nunca mejor dicho) y se ha convertido en cooperativa gracias a la inversión de sus propios trabajadores. Y claro, con la noticia candente, ha vuelto la fiebre por volver a conseguir las famosas vajillas irrompibles de Duralex.

Duralex ha vestido las mesas de casi todos los hogares de nuestro país desde la mitad del pasado siglo XX. La firma, creada en Francia en 1945, surgió casi a la vez que el transformador New Look de Dior y supuso una revolución similar en su sector al adaptar a la mesa el vidrio templado (e irrompible) de Saint-Gobain.

Aseguran que los productos de Duralex son duros como una roca, y no debe ser mentira, porque estas vajillas siguen estando perfectas en las alacenas de nuestras abuelas. Y cuenta la leyenda que, por mucho que se te caigan al suelo un millón de veces, no conseguirás romperlos aunque quieras.

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Lo que nuestras abuelas quizá no podían imaginar es que, cincuenta años después, esos icónicos platos transparentes que ellas no veían ni mucho menos especiales serían nuestra mejor herencia y ajuar. Pura tendencia y un auténtico objeto de deseo para millenials nostálgicos.

Pero más allá de los recuerdos, de su carácter irrompible y ultrarresistente y de su durabilidad, el éxito de las vajillas de Duralex está en su diseño minimalista y atemporal. Da igual el tiempo que pase, su reconocible silueta, su festoneado o sus tonos ámbar o verde se adaptan a las tendencias en mesas porque admiten casi cualquier complemento decorativo.

Si atendemos a los colores que mandarán en las tendencias deco este otoño, nos encontramos, precisamente, con el dominio de los tonos ocres y verdes tan característicos de Duralex, así que nos las imaginamos protagonizando mesas muy naturales, con manteles de algodón crudo o individuales de fibra, preciosos jarrones repletos de espigas y eucalipto, composiciones de velas y detalles decó en dorado.

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También su versatilidad y su minimalismo nos invita a combinar vajillas de diferentes colores y diseños (las colecciones Lys y Le Picardie son las más icónicas) y apostar por una estética bohemia en la mesa con piezas vintage, del mantel bordado de tu madre a ese tesoro que encontraste en un mercadillo en alguno de tus viajes.

Lo que está claro es que los platos de Duralex tienen sabor a cocido hecho a fuego lento, a estofado sazonado con mimo, a filetes empanados y tortilla de patata. Tienen sabor a hogar y, quizá, esa revisión nostálgica del pasado sea la que ha hecho que, ahora, en los tiempos de la prisa y los precocinados, servir la comida en esas vajillas nos transporte, un poco, a los sabores de nuestra infancia.

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