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Cuando permanecemos sentados en la oficina durante la larga jornada laboral la musculatura se debilita, la columna cambia su curvatura adecuada y los discos intervertebrales se someten a mayores presiones. Además, la circulación se ve alterada al permanecer sentados.
Para prevenir dolores de espalda, los dolores de cabeza y de cervicales y amortiguar el impacto que puede tener sobre el cuerpo una larga jornada laboral, la experta Lara Gómez de Segura Navarro, miembro de Saluspot y fisioterapeuta en Fisio+Fisioterapia y Osteopatía, aconseja practicar unos ejercicios sencillos, al menos una vez en el horario laboral. Para que resulten eficaces es importante practicar los seis ejercicios en tres series y permanecer 10 segundos con cada uno de los estiramientos.
Sentados en la silla, la agarramos por abajo con una mano, por ejemplo la derecha. Con la mano izquierda inclinamos la cabeza hacia la izquierda de forma que estiramos el trapecio derecho. Realizamos el mismo ejercicio cambiando de lado. Con este ejercicio estiramos ambos trapecios y mejoramos la movilidad del cuello.
Cogiendo aire, levantamos los hombros hacia arriba (los brazos permanecen a lo largo del cuerpo) y los bajamos de golpe soltando el aire. Con ello logramos liberarnos de la tensión de la zona cervical.
Juntamos las palmas de las manos con los dedos mirando hacia arriba y elevamos los codos dejando las palmas juntas. Luego, permaneciendo con los codos elevados, llevamos los dedos hacia delante. Con ellos estiramos la musculatura de flexión de muñeca y evitamos tendinitis y problemas en el túnel carpiano.
Levantamos un brazo con el codo extendido hacia delante con los dedos mirando hacia abajo y con la otra mano estiramos los dedos tirando de ellos hacia atrás, estirando así la musculatura de manos y antebrazo. Hacemos lo mismo con el otro brazo.
Permaneciendo sentados en la silla, cruzamos una pierna sobre la otra de forma que el pie de la pierna que cruza queda a la altura del gemelo contrario. Con el brazo contrario a la pierna que cruza empujamos la rodilla hacia el lado contrario. Realizamos lo mismo con la otra pierna. Con este ejercicio estiramos la musculatura glútea evitando bloqueos pélvicos.
Cogemos aire mientras permanecemos sentados en la silla y al soltarlo nos agachamos para tocarnos los tobillos. Cogemos aire, nos incorporamos y al soltarlo volvemos a bajar de nuevo. De esta forma logramos dar flexibilidad a toda la columna y evitar los bloqueos que se generan al permanecer tanto tiempo sentado.