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En nuestro país, más de la mitad de nosotros no practicamos ningún tipo de deporte... Una mentalidad que parece que cambia poco a poco pero que no acaba de arrancar.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que la práctica deportiva frecuente mejora nuestro estado de ánimo y aumenta nuestra esperanza de vida. Y además, puede prevenir un sinfín de enfermedades... O al menos minimizarlas. Y es que en el tratamiento de diferentes dolencias la actividad física juega un papel importante.
Así el doctor Álex Puertas, de la Clínica Vithas Montserrat, nos propone varios deportes que podemos practicar en función de la dolencia o enfermedad que nos acecha...
Hipertensión, dolores lumbares y cervicales, colesterol elevado, artrosis y alergias son compatibles con el deporte. Solo hay que saber cuáles son las actividades más beneficiosas y qué evitar para mejorar nuestro estado de salud.
¿Hipertensión arterial o problemas de circulación? Ejercicio cardiovascular: Para quienes sufren hipertensión arterial u otros problemas del sistema de circulación de la sangre, es positiva la incorporación de una rutina de ejercicios cardiovasculares. Esto se traduce en ejercicios como montar en bicicleta, marcha o natación. Siempre de forma regular, entre 3 y 4 veces a la semana. Con sesiones de entre 30 y 60 minutos de duración bastará, evitando forzar el organismo e incrementando la intensidad del entrenamiento lentamente. “Es muy importante que antes se hayan realizado ejercicios de calentamiento para evitar lesiones y preparar el cuerpo para la actividad” aclara el doctor Puertas.
Más fácil incluso es cambiar pequeños hábitos para conseguir que nuestra vida sea más saludable. Subir por la escalera en lugar de coger el ascensor o ir en bicicleta al trabajo de forma periódica supone una mejora en los problemas cardiacos y, en general, en el estado de salud.
¿Dolores de espalda? Natación: Ya sea para dolores lumbares o cervicales, la natación es el deporte más adecuado, esquivando siempre aquellas actividades que supongan movimientos agresivos. La natación y los ejercicios en el agua sirven para desoxidar los músculos de la espalda y reducir el dolor. Al practicar actividad física en un medio con la densidad del agua, que hace que los cuerpos floten, la columna no tiene que soportar todo el peso, por lo que el impacto sobre la espalda es mucho menor. Además, el efecto masaje del agua sobre los músculos conduce a una mayor sensación de bienestar y analgésico. Siempre teniendo en cuenta que el entrenamiento ha de aumentar su intensidad de forma gradual y que se deben calentar los músculos en una fase previa.
A la natación se puede sumar el Yoga; movimientos lentos y sincronizados que buscan el equilibrio y la concentración. Ciertas rutinas son muy eficaces para eliminar la tensión y la rigidez de los músculos de la espalda, aumentando con ello su flexibilidad y tonificación.
¿Colesterol alto? 'Running': Para controlar los niveles de colesterol y evitar consecuencias graves, como accidentes cardiovasculares, los mejores ejercicios son los aeróbicos, de fuerza y de flexibilidad. Caminar, correr o montar en bicicleta son las actividades más completas. Según el doctor Álex Puertas, “la recomendación es hacer al menos tres horas de ejercicio a la semana (45 minutos/4 días) para aumentar el nivel de colesterol bueno en sangre y mantener un fondo físico aceptable que nos permita aumentar la intensidad del ejercicio en un futuro”.
Con 120 minutos de 'running' a la semana (30 minutos/4 días) se queman alrededor de 900 calorías, lo cual, acompañado de una dieta saludable y equilibrada, supondrá una reducción de los niveles de colesterol.
¿Artrosis? Ciclismo, Natación y marcha nórdica: Los ejercicios respetuosos con las articulaciones son los que más favorecen un mejor estado de salud de las personas con artrosis. El ciclismo y la natación son los más recomendados, a no ser que se haya desgastes o lesiones que se vayan a ver afectadas. Por ejemplo, si la rodilla acusa un mayor desgaste, será preferible otra actividad antes que el ciclismo. También puede ser acojsejable la marcha nórdica.
A estos dos deportes se suma también la bicicleta elíptica en los gimnasios. Ejercicios que permiten ejercitar a la vez brazos y piernas y reducen el peso del cuerpo sobre las articulaciones.
¿Alergias? Deporte en interior: Las personas que sufren de alergias no tienen que ver su actividad física mermada, sólo han de adaptarse a los cambios ambientales. Los deportes al aire libre suponen una mayor afección del sistema respiratorio, sin embargo, los alérgicos pueden hacer ejercicio en gimnasios donde el aire acondicionado filtre las partículas o en su propia casa. Pesas, gimnasia de mantenimiento o correr en las cintas son actividades muy recomendables. No lo es tanto la natación, aunque sea en piscina cubierta, dado que el cloro del agua puede afectar a la irritación ya causada por las alergias, con mayor incidencia en tiempos primaverales.
Al practicar cualquiera de estos ejercicios es importante vigilar la respiración y las pulsaciones. En el caso de producirse dificultades en la respiración o aumento desmesurado del ritmo cardiaco será necesario parar y tomar las precauciones adecuadas.
En cualquier caso, como siempre recomendamos precuación y acudir al médico antes de empezar a hacer ejercicio. ¡Salud!