vivir
vivir
¡Por fin ha llegado el buen tiempo! Y con él los días de sol, las tardes de playa y las escapadas (aquí te dejamos las mejores de España para que vuelvas a disfrutar de viajar). El verano abre un abanico de posibilidades para que conectemos cuerpo y mente y disfrutemos del ocio de una manera distinta. Y es que la natación, capaz de moldear todo tu cuerpo, ya no es la única alternativa para los amantes del agua. Surf, kitesurf, bodyboard, esquí acuático, buceo… hay un mundo de posibilidades que te permiten mantenerte activa y en forma mientras disfrutas de lo lindo. Tú solo prepara tu bañador, todas tus ganas y sigue leyendo para descubrir cuál es el deporte acuático que más te encaja.
Surf. Uno de los deportes acuáticos por excelencia, ese que nos hace pensar en pieles morenas y cabelleras rubiascas al viento. El objetivo es mantenerte de pie sobre una tabla mientras surcas las olas. En función del tipo de tabla existen tres categorías: shortboard (tablas de 5 a 7 pies), funboard (de 7 a 9) y longboard (más de 9 pies).
Paddlesurf. Es una modalidad de surf que seguro que has visto en los últimos años en la playa. Consiste en surfear de pie sobre una tabla larga y de mayor volumen mientras te ayudas con un remo.
Bodyboard. Es otra variación del surf y se hace sobre una tabla más pequeña, de espuma dura, y con aletas. Dentro del bodyboard puedes hacer prone (cuando vas completamente tumbada sobre la tabla), drop-knee (cuando llevas una rodilla apoyada) o stand up (algo parecido al short board ya que surfeas de pie sobre la tabla).
Kitesurf. ¿Alguna vez has visto a gente en la playa que va sobre una tabla de surf o unos esquís y estás impulsados por una cometa? Eso es el kitesfurf. Suele verse más en los sitios de viento, sin demasiado oleaje, porque los kitesurfers utilizan estas condiciones para hacer giros y piruetas.
Windsurf. Se trata de un deporte que incorpora una vela sobre una tabla muy parecida a la tabla de surf. Como la vela está articulada, puedes conducirla a tu antojo. Eso sí, es una de las actividades acuáticas que más destreza y equilibrio requiere. Pero tranquila, es cuestión de práctica.
Flyboard. Es relativamente nuevo y está basado en colocarte sobre una tabla bajo la que hay unos chorros que te impulsan sobre el agua del mar. Puede que al principio te cueste un poco, pero en cuanto conquistes la sensación, mejorarás en cada salida.
Esquí acuático. Te colocarás dos esquís (o uno, en algunos casos) y surcarás el agua mientras te agarras a una cuerda que te unirá con la lancha motora encargada de llevarte. Cuenta con distintas modalidades en función de la base sobre la que lleves los pies, que pueden ser los esquís o una tabla (wakeboard, wakeskate o wakesurf).
Piragüismo. Es lo mismo que hacer canoa o kayak. Te subirás en una embarcación, que suele ser de plástico, y te ayudarás de palas para navegar por las aguas. Una de las cosas más importantes en este deporte: la coordinación de los que remáis (si es que vais varios).
Esnórquel. Perfecto para disfrutar de la vida marina sin mucho estrés ni complicación. Bucerás a ras de superficie equipada con un tubo y una máscara y podrás contemplar la vida que hay bajo el mar. Eso sí, es imprescindible que sepas nadar.
Buceo. Si ya has probado el esnórquel y te has quedado con ganas de más, entonces lo tuyo es el buceo. Enfúndate en tu neopreno, coge el equipo y sumérgete en la riqueza del fondo marino. Si nunca lo has hecho, puedes buscar una costa que te guste y una buena escuela de buceo para hacer el bautismo.
Rafting en aguas bravas. El sumun para los que quieren una descarga de adrenalina. Este deporte, considerado de aventura, te permitirá descender aguas bravas en una barca neumática muy resistente acompañado por otras personas.
Ahora que ya has visto cuáles son algunos de los principales deportes acuáticos, solo te queda elegir cuál va más con tu estilo. Eso sí, para este tipo de prácticas no tienes que ser una profesional pero sí deberías saber nadar y mantener la calma cuando estás en el agua.