Beneficios del running y razones por las que lo amarás cuando lo pruebes

Correr es como el wasabi en el sushi. La primera vez piensas que es horrible, pero con el tiempo ya no puedes comer nigiris sin él, porque engancha. Y es que correr muscula, sobre todo, tu fuerza de voluntad, cuenta Cristina Mitre, creadora del movimiento Mujeres que corren. Si quieres sumarte a las fans del running, aquí tienes siete razones para lanzarte, según Jorge Herranz, preparador del club David Lloyd Aravaca.

1. Tonificarás el cuerpo. Si buscas una figura atlética, sé persistente. Cuando partes un tono bajo, ganas masa muscular, aunque este deporte endurece el músculo, sobre todo si trabajas la velocidad o las series cortas. Ejercitarás piernas, abdomen, zona lumbar, glúteos e incluso brazos.

2. Adelgazarás. Probablemente, es uno de los deportes en los que más calorías se queman. Aunque depende de numerosas variables (estado físico, velocidad, etc.), se estima entre 700 y 850 calorías por hora.

3. Mejorará tu estado de ánimo. Debido a su intensidad media-alta, correr produce una liberación de endorfinas enorme, que se nota al final. Esa sensación provoca adicción. Además, ponerte objetivos y alcanzar esas metas mejora la autoestima.

4. Reducirás estrés. Ese momento placentero se prolonga en el tiempo. Correr de manera habitual reduce los niveles de ansiedad y el insomnio, si se siguen hábitos adecuados y una correcta alimentación.

5. Harás buenos amigos. Correr en compañía es el mejor disuasor de la pereza. Compartir una pasión en la que interviene el esfuerzo y la colaboración procura satisfacción personal y forja lazos de amistad.

6. Optimizarás tu salud cardiovascular. Aumenta el ritmo del corazón, que en reposo bombea más sangre con menos pulsaciones. ¿Consecuencias? Reduce la tensión arterial y baja los triglicéridos y el colesterol, dice la doctora Eva Ferrer en su libro Cambia de vida, ponte a correr. No obstante, es importante una exploración médica previa, sobre todo a partir de los 40.

7. Es simple y barato. Correr no requiere demasiada equipación y tiene un alto componente intuitivo, aunque con peros. Casi todos los calzados tienen un drop elevadísimo (diferencia de altura entre la punta y el talón), así que la pisada no es natural. Lo importante es tener buena técnica y contar con la ayuda de un especialista.