Esto es un no parar. Si ayer hablábamos de los tonificados brazos de la reina Letizia (y hace poco hacíamos lo mismo con sus abdominales) ahora tenemos que hacer una mención especial a los brazos de Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. ¿Y por qué? Porque nos ha sorprendido presumiendo de brazos hipertonificados y musculados que no cualquier puede tener a los 47 años.
Sí, la envidia nos corroe, y es que no es fácil eliminar la grasa de esta parte de nuestra anatomía cuando la década de los 40 ya ha hecho su aparición en nuestras vidas. El cuerpo femenino está sujeto a multitud de cambios fisiológicos debido a nuestra actividad hormonal y uno de ellos es la acumulación de grasa en distintas partes de nuestro cuerpo, entre ellas los brazos que, sumado a la escasa ejercitación del tríceps, da como resultado la aparición de las temidas alas de murciélago.
Pero eso a Begoña Gómez no le pasa y mientras no tengamos claro que ha instalado un rocódromo en Moncloa, como sí ha hecho Letizia en Zarzuela (según dicen las malas lenguas), tendremos que asumir que es el resultado de ejercicios específicos realizados en el gimnasio o en su propia casa, pero adaptados a esta parte de su anatomía.
Perder peso está muy bien, pero si quieres eliminar la grasa localizada y tonificar los brazos, el ejercicio de fuerza es imprescindible. Y para ello, uno de los elementos prácticamente imprescindibles son las pesas. No creas que vas a empezar levantando varias decenas de kilos el primer día, ni podrías hacerlo sin lesionarte ni es necesario, pero siguiendo unas sencillas pautas, tú también puedes utilizar unas mancuernas sin problemas.
Y es que sin trabajo de fuerza, no vas a conseguir nada. Para tener unos brazos sin flacidez y tonificados es fundamental trabajar la fuerza mediante nuestro propio peso corporal o bien con las clásicas pesas. Y Begoña Gómez con 47 años y la reina Letizia con 49 se han tomado muy en serio esta labor, clave para la pérdida de masa muscular que sufrimos a partir, sobre todo, de la menopausia.
Estamos absolutamente convencidas de que ambas levantan una buena cantidad de peso y lo hacen varias veces por semana. Lo que consiguen las pesas es ir quemando grasa mientras aumentan la masa muscular, por lo que la flacidez provocada por la acumulación de grasa en la zona del tríceps irá desapareciendo paulatinamente, diciendo adiós a las alas de murciélago.
De pie y con las piernas ligeramente abiertas a la anchura de los hombros, coge una mancuerna con cada mano. Con los brazos estirados por encima de la cabeza, baja las pesas lentamente y controlando el movimiento doblando los codos por detrás de la cabeza. Regresa a la posicion inicial de un sólo movimiento fuerte mientras exhalas. Al hacer el ejercicio, ten cuidado de no mover ninguna otra parte del cuerpo que no sea la articulación del codo.
Colócate de pie, con las piernas ligeramente flexionadas y separadas el ancho de la cadera. La espalda debe permanecer recta y en cada mano debemos sujetar una mancuerna, mientras los brazos permanecen a los lados del cuerpo o delante de los muslos, levemente flexionados. Tomando aire eleva las mancuernas hasta que los brazos queden alineados con los hombros y desde allí baja lentamente mientras exhalas.
Las clásicas de toda la vida no sólo sirven para trabajar el pecho, sino que también tonifican los brazos pero, eso sí, cuando más pegados los tengas al cuerpo, mejor cumplirán su función. Apoya las palmas de las manos en el suelo y las puntas de los pies con el cuerpo recto. Las manos deben estar justo debajo de los hombros. Comienza a bajar lentamente controlando el movimiento flexionando el codo hacia atrás y hacia afuera hasta quedar a unos 5 centímetros del suelo y vuelve a subir.
Colócate, ya sea sentado o de pie con la espalda recta y pon los brazos en forma de candelabro con una mancuerna en cada mano. Las mancuernas deben quedar a la altura de los hombros y las palmas de las manos cerradas mirando hacia delante. Levanta lentamente el peso por encima de tu cabeza, haciendo una forma triangular que termine con ambas pesas juntas encima de la cabeza y vuelve a la posición inicial.
Colócate de pie y sujeta una pesa con cada mano con las palmas de las manos mirando hacia arriba. Asegúrate de que tu antebrazo y el suelo están colocados de forma paralela y sube lentamente hasta tus hombros sin despegar los codos de tu cuerpo. Después, vuelve a la posición inicial manteniendo el control del movimiento en todo momento.
20 de enero-18 de febrero
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