Es cuestión de lógica: cuando sales fuera a caminar, te expones a la luz del sol y esa pequeña dosis de vitamina D te ayudará a sentirse más despierta al instante. No solo hará que tu sangre bombee, sino que también podrás disfrutar de todo lo que ves a tu alrededor te puede ofrecer. Un lujo que apenas cuesta y que necesitas. Y más a partir de los 50 años.
También es un momento en el que puedes dejar de lado lo que te estresa y concentrarte en lo que esperas lograr ese día. Pero caminar no solo es bueno para la mente; también es bueno para tu cuerpo. Debido a que es una actividad de bajo impacto, casi cualquier persona de cualquier nivel físico o edad puede realizarla sin entrenamiento ni experiencia previa. Dado que es fácil para el cuerpo, muchas personas sienten que no están haciendo nada de ejercicio cuando salen a caminar, pero es todo lo contrario.
Según la Clínica Mayo, caminar puede ayudar a que tu corazón se mantenga saludable al prevenir y controlar afecciones como enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. Además, incluso puede ayudar a ciertas personas a perder peso, según la Escuela de Medicina de Harvard.
Más o menos una hora antes de que te despiertes, tu cuerpo comienza a prepararse para el día. En este momento, tu presión arterial comienza a subir, así como tu pulso, y las glándulas endocrinas empiezan a secretar mayores cantidades de hormonas para preparar tu cuerpo, incluida la hormona tiroidea. Al caminar todas las mañanas, reduces este aumento en la presión arterial y frecuencia cardíaca, y por lo tanto mejora tu salud cardiovascular.
Un paseo por la mañana es bueno para tus pulmones. Caminar es una actividad de bajo impacto y puede mejorar la capacidad del cuerpo para usar oxígeno. Las investigaciones indican que los pacientes con enfermedades respiratorias que caminan al menos 60 minutos por día reducen su tasa de rehospitalización por EPOC en un 50 %. El objetivo es hacer 5.000 pasos.
Los expertos recomiendan caminar al menos 150 minutos a la semana y 30 minutos al día debe ser un gran objetivo. Caminar por la mañana te ayuda a prevenir o manejar varias condiciones de salud, mejorar el estado cardiovascular, mejorar el estado de ánimo, reducir el estrés y hasta disparar tu metabolismo. Cosas que te vienen muy bien a partir de los 50 años y que te ayudan a envejecer mejor.
Un paseo matinal fortalece los músculos, despeja la cabeza, mejora la salud mental y reduce el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer. Una revisión realizada en 2020 encontró que las mujeres que caminaban más tienen menos deterioro cognitivo. Está completamente demostrado.
Si eres propensa a coger catarros y virus, caminar es una forma sencilla de mantenerlos alejados. Un paseo diario ayuda decisivamente a aumentar la función inmunológica y puede reducir el riesgo de contraer enfermedades infecciosas. No lo duces: tu organismo lo agradecerá y serás más fuerte contra las amenazas externas.
Este elemento básico de la rutina matinal puede reducir la cantidad de días de enfermedad que tienes durante todo el año. Los estudios han demostrado que las personas que caminan al menos 150 minutos por semana tienen alrededor de un 40% menos de días de enfermedad. Eso significa que tendrá más tiempo para hacer las cosas que te encantan en lugar de pasar sus días encerrada en casa con medicamentos para el resfriado.
Los beneficios para la salud del corazón de caminar con regularidad continúan: debido a que tu ritmo cardíaco aumenta durante una caminata (muchas veces sin que lo notes), eso te puede ayudar directamente a reducir la presión arterial. Comenzar el día con un paseo te brinda la oportunidad de aprovechar estos beneficios durante toda la jornada.
Realmente no necesitas mucho para salir a caminar por la mañana. Basta con un calzado adecuado, una ropa que transpire bien y buenas dosis de ánimo. Ni siquiera necesitas un gimnasio para estar en forma. Recuerda que para aprovechar todos sus beneficios, debes ser capaz de convertirlo en rutina; es decir, hacerlo un mínimo de cinco días a la semana.