Carlos III dando un discurso. / Gtresonline

el secreto de su longevidad

Largas caminatas a paso rápido, el secreto de Carlos III para mantenerse en buena forma a los 74 años

El monarca sigue una estricta dieta flexitariana y sale a caminar todos los días a paso rápido para mantenerse en forma y cuidar de su salud.

A poco menos de un mes de recibir la corona como Rey de Inglaterra, donde podremos ver al rey Felipe y a la reina Letizia, Carlos III se ha propuesto ser el monarca más longevo de la historia. Pero es consciente de que, para conseguirlo, debe seguir una vida sana que incluye una alimentación equilibrada y la práctica de deporte de manera habitual.

Pero claro, con 74 años esto último se complica, por lo que ha estipulado una férrea disciplina que incluye un paseo diario a buen ritmo, casi una marcha, en la que casi deja atrás a sus guardaespaldas, mucho más jóvenes y en forma que él. «Se necesita esfuerzo para que un hombre en forma de la mitad de su edad pueda seguirle el ritmo», dijo en su momento uno de sus ex asistentes.

Permanecer de pie durante horas seguidas requiere resistencia, y el Rey se asegura de tenerla fijándose objetivos todos los días, para lo cual recurre a la disciplina y a la fuerza de voluntad. Su objetivo es mantener su peso de 72 kilos, que combinado con su altura de 1,78, le da un índice de masa corporal casi perfecto de 22,8. Para lograrlo se requiere una combinación de buena dieta y ejercicio, algo que ha mantenido con entusiasmo durante toda su vida adulta«.

La dieta flexitariana de Carlos III

Durante la década de 1970, el próximo Rey de Inglaterra coqueteó con la idea de hacerse vegetariano, pero finalmente se decidió por un camino intermedio, estipulando una estricta dieta flexitariana. Este tipo de alimentación es un poco más libre y cada uno estipula sus propias normas.

En el caso de Carlos III, esas normas incluyen evitar la carne y el pescado durante dos días a la semana, absteniéndose de tomar lácteos el tercero. Además, se salta el almuerzo, por lo que su desayuno es más copioso incluyendo fruta de temporada, frutos secos, semillas, huevos pasados por agua y una taza de té.

Carlos III sonriendo frente a un futbolín. / Gtresonline

Algo muy curioso es que tampoco toma agua entre las comidas, aunque esto no es debido a su dieta, sino para evitar tener que ir al servicio mientras está trabajando. Eso sí, lo que no perdona es el té de las 5 de la tarde, que acompaña con una selección de pequeños bocadillos y un trozo de pastel de frutas. «Si los bocadillos que se preparan para el martes no se comen el martes, volverán a servirse el miércoles e incluso el jueves si es necesario«, revela una fuente.

Además, en los viajes al extranjero el Rey siempre viaje con su propio chef. Pero no es una exigencia típica de las estrellas del rock, sino que con ello intenta evitar un problema que le aparte de sus labores: «se trata de una necesidad absoluta que tu propio equipo te prepare la comida con la mayor frecuencia posible, porque minimiza el peligro de intoxicación alimentaria«, afirman.

Pero Carlos III también se da sus caprichos, y no perdona el cóctel antes de la cena. En su caso, toma un Martini seco (que tiene que estar mezclado a su gusto, esté donde esté) pudiendo acompañar a la Reina con una copa de vino durante la cena, aunque esto último puede saltárselo sin problemas.

Esta estricta dieta da como resultado que el futuro Rey todavía puede usar muchos de los uniformes militares que le hicieron cuando era joven, algo de lo que está inmensamente orgulloso, incluido el uniforme de la RAF (Real Fuerza Aérea) que usó cuando ganó sus alas en 1971.

La marcha, el deporte favorito de Carlos III

Sin embargo, estar delgado no es suficiente para hacer frente a los rigores físicos de una vida laboral ajetreada casi una década después de la edad normal de jubilación. Por eso el Rey trabaja duro para mantenerse en forma, sobre todo porque a día de hoy, todavía sufre las consecuencias de varias lesiones deportivas.

Carlos III dando un discurso con traje azul. / Gtresonline

En su juventud, el Rey practicaba polo con asiduidad, lo que tuvo como consecuencia varias caídas del caballo, lo que le ha provocado un problema degenerativo en la columna vertebral que le genera intensos dolores de espalda que hace que le resulte complicado estar sentado durante mucho tiempo.

Al igual que su padre, el Príncipe Felipe, el Rey comenzaba el día con el entrenamiento 5BX, diseñado para la Fuerza Aérea Canadiense, que incluye flexiones, abdominales, extensiones de espalda, estiramientos y sprint sin moverte del sitio durante 12 minutos. Pero ahora, con 74 años, este entrenamiento ya ha quedado descartado.

Ahora, el futuro Rey prefiere las largas caminatas a paso ligero, ya que está demostrado que no sólo importa la cantidad de pasos que des al día ( 10.000 pasos, según los expertos) sino también el ritmo que adquieras en el paseo. Caminar rápido mejora la respuesta muscular, aumenta el consumo de calorías y facilita el control del peso, activa la circulación cardíaca, disminuye los niveles de colesterol y de glucosa, contribuye al control de la presión arterial y mejora las funciones respiratoria e intestinal.

Según un estudio, caminar a paso ligero durante unos 30 minutos al día reduce el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas, cáncer, demencia y muerte, en comparación con caminar un número similar de pasos pero a un ritmo más lento. Además, el tejido muscular incrementa su volumen, de modo que absorberá cada vez más glucosa.

Por eso Carlos III se inclina por este tipo de ejercicio para mantenerse en forma a sus 74 años, ya sea por el campo o por los amplios jardines del Palacio de Buckingham o de Clarence House. Porque no sólo quiere ser la persona de más edad en acceder al trono, sino que también quiere convertirse en el primer monarca en llegar a los 100 años. Y así, seguro que lo consigue.