FITNESS DE FAMOSAS
FITNESS DE FAMOSAS
Cuando nos estamos acercando a los 50, nuestro metabolismo se ralentiza y cuesta más perder peso. Por eso es vital cuidar nuestra alimentación, disminuyendo la ingesta de alimentos ultraprocesados y azúcar pero no sólo eso, sino también realizar rutinas deportivas centradas en aumentar la masa muscular, eligiendo actividades cardiovasculares y ejercicios de fuerza intensos.
Un gran ejemplo de todo esto que te hemos contado es Mónica Carrillo que a sus 47 años hace deporte casi todos los días con ayuda de su entrenador personal, Daniel Jiménez, que diseña para ella entrenamientos personalizados basados en las rutinas de fuerza, lo que ya de por sí consigue acelerar el metabolismo.
Bandas elásticas, TRX, pesas, ejercicios con el propio peso corporal... Mónica Carrillo le da a todo. Y es que un entrenamiento de fuerza intenso acaba con las reservas de grasa acumulada, especialmente en la zona del abdomen y las cartucheras, donde más se almacena con la llegada de la menopausia.
Con el transcurso de los años, la función ovárica comienza a disminuir y, como resultado, hay una reducción gradual de la secreción de estrógenos que afecta el ciclo menstrual, lo que suele ocurrie en torno a los 45-55 años, según la OMS. Con la llegada de esta etapa, y a raíz del cambio hormonal, aparecen los temidos síntomas: sofocos, osteoporosis, afecciones del sistema cardiovascular, trastornos del sueño... y el ejercicio puede hacer que estos síntomas desaparezcan o, al menos, se alivien.
Entrenar fuerza es importante en todas las etapas de la vida; sin embargo, teniendo en cuenta la rápida disminución de nuestra densidad mineral ósea, la masa muscular y la salud articular, este tipo de ejercicio se vuelve aún más importante con la llegada de la menopausia, según The North American Menopause Society (NAMS).
Mancuernas, pesos libres, barras, kettlebells... todo este tipo de material te va a permitir incrementar tu fuerza, una de las capacidades físicas básicas clave para cualquier función que desees realizar en tu día a día, desde subir una escalera hasta llevar las bolsas de la compra o levantar a tu hijo en brazos.
Además, este tipo de entrenamiento de fuerza lo que hace es aumentar el gasto calórico, debido a que tu masa muscular tambien aumenta. ¿Y esto por qué? Porque el músculo es un tejido metabólicamente activo y, aunque no lo entrenes, necesita más calorías para mantenerse que obtiene de tus reservas de grasa.
Al producirse un descenso en la producción de hormonas, las mujeres tendemos a subir de peso con facilidad. Esto es debido a que los estrógenos ayudan a metabolizar la grasa, por lo que, al descender sus niveles, quemar los lípidos se hace cada vez más difícil y tienden a acumularse. Además, el descenso en la producción de la progesterona incide en una mayor retención de líquidos, también ligada al aumento de peso. El metabolismo se ralentiza y el organismo necesita menos energía para mantenerse.
Este déficit estrogénico también produce cambios en ciertas zonas del cerebro que controlan no solo los estados de ánimo y la ansiedad sino también las compulsiones alimentarias. Además, la menopausia puede favorecer la aparición de cambios de humor e irritabilidad, que a su vez se asocian a un consumo emocional de comida.
La evidencia científica está ahí, pero esto no significa que no puedas hacer algo para ponerle remedio. Además de seguir una dieta equilibrada, en la que primen frutas y verduras, debes comenzar cuanto antes a iniciarte en el entrenamiento de fuerza, tengas la edad que tengas. Sólo debes contar con la ayuda de un profesional para que adapte los ejercicios a tu estado físico para no sufrir lesiones, ser constante y tener un poquito de fuerza de voluntad.