Puede que el yoga restaurativo no sea el primer tipo de yoga en el que piensan los fanáticos, pero incorporar esta práctica a tu rutina de ejercicios solo una vez por semana puede tener efectos profundos en su cuerpo y mente . Es una variante que solo tiene un objetivo: relajarse. Por eso es perfecto para hacerlo antes de irte a la cama. Aquí vas a poder leer las tres mejores posturas para eliminar toda la tensión del día y acceder por fin al relax y la calma.
El yoga restaurativo es una práctica de yoga profundamente relajante centrada en el estiramiento pasivo y la estimulación del sistema nervioso parasimpático para reducir el estrés. Esta es la parte del cerebro que te ayuda a descansar y digerir en lugar de a luchar o huir, que es desencadenada por el sistema nervioso simpático.
Existen algunas diferencias entre el yoga tradicional y el yoga restaurativo. En el yoga restaurativo, por ejemplo, las posturas se mantienen durante mucho más tiempo que en una clase de vinyasa. Las asanas estándar se mantienen de tres a cinco minutos, y algunas posturas duran hasta siete minutos. Los accesorios se utilizan para ayudar al cuerpo a encontrar la máxima relajación.
Los beneficios del yoga restaurativo parecen infinitos. Además de ayudar a aliviar el dolor crónico y estimular la recuperación muscular, algunos estudios incluso sugieren que puede incluso estimular el sistema inmunológico. Al igual que la meditación, el yoga restaurativo puede ayudar a equilibrar el sistema nervioso, reducir la presión arterial y promover una sensación de calma y relajación. Esto es gracias a la respiración profunda y reguladora que se experimenta en la práctica, junto con estiramientos profundos.
Esta postura se puede realizar casi en cualquier lugar. Si estás fuera, incluso puedes recostarte y apoyar las piernas contra un árbol. Ayuda a estimular el sistema nervioso parasimpático, invierte el flujo sanguíneo desde las extremidades inferiores hacia el centro y ayuda a realinear la columna y aliviar la tensión lumbar.
Comienza sentándote con la cadera y el hombro derecho pegados a una pared. Ahora flexiona las rodillas, acerca los talones a las nalgas y mantén la cadera cerca de la pared. Inclínate hacia atrás, apoyándote en los codos y vete desplegando las piernas por la pared y girando hasta que tu espalda esté completamente apoyada en el suelo.
Tu cuerpo debe esta r simétricamente alineado en el suelo. Con las piernas verticales sobre la pared, elige la posición de tus brazos que más cómoda te resulte: abdomen, a lo largo del cuerpo, estirados por encima de la cabeza… Relaja los hombros y mantén la parte posterior del cuello alargada.
A esta asana también se le conoce como postura del cadáver. Esencialmente se hace acostada. Puedes colocar un rodillo debajo de las rodillas o una almohada debajo del cuello, según veas que te relaja más. Para practicar savasana, túmbate boca arriba y estira las piernas con las palmas de las manos hacia arriba. Una vez en esta postura, relaja el cuerpo y poco a poco la mente también se relajará.
Dado que e xige un buen esfuerzo mental para relajarse, es bueno crear el ambiente adecuado para esta postura. Ponte algo por encima para evitar pasar frío cuando tu cuerpo se relaje y antes de empezar hazte un pequeño masaje de las sienes y el cuello con un aceite de masaje de aroma relajante. Un antifaz para los ojos también es un accesorio muy útil. Y busca tu postura cómoda antes de entrar en relajación.
Esta postura es similar a savasana, excepto que en lugar de estirar las piernas, las doblas en forma de diamante. Poner así las extremidades inferiores es como hacer un estiramiento de mariposa, una gran variación para abrir más la pelvis y la parte interna de los muslos. Como en la anterior asana, propicia el mejor ambiente para poder relajarte.
La respiración practicada durante el yoga restaurativo es clave para obtener sus beneficios y ayudar a relajar el sistema nervioso. Deja que tu respiración se convierta en tu guía fiel, que te lleve suavemente al momento presente. Observa las sensaciones de tu respiración, notando su profundidad, ritmo y cualquier área de restricción en tu cuerpo. A través de esta mayor conciencia, puedes cultivar una conexión profunda entre tu cuerpo y tu mente, invitando a una sensación de paz y tranquilidad interior.
20 de enero-18 de febrero
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