Helados, mejor con ingredientes naturales

Los polos son la opción más refrescante y pueden ser sin azúcar añadido a la par que nutritivos. Para lograrlos sólo hace falta una licuadora y frutas de temporada. La sandía, muy rica en agua, es una de las frutas ideales para hacer polos. Basta con preparar el zumo y poner a congelar en poleras. Sin embargo, le puedes dar un aire aún más refrescante con unas gotas de zumo de limón y unas hojas de hierbabuena. Para desmoldar al instante podéis pasar la polera bajo el grifo.

Tutti-frutti. Se trata de hacer un polo de colores, delicioso y súper bonito. La elaboración necesita de tiempo ya que hay que hacerlo por etapas, pero es muy fácil. Sólo hace falta un poco de paciencia. Empieza eligiendo frutas de colores diferentes, por ejemplo, naranja, kiwi verde, cerezas bien rojas y piña para el amarillo o melón para el blanco. Se trata de hacer zumo por separado de cada una de las frutas e ir congelando por niveles. Así, empieza por ejemplo con la naranja y deja congelar, al menos, media hora. Cuando esté listo, raspa con un tenedor la superficie helada de naranja para hacer surcos con los que se una el siguiente sabor, que puede ser kiwi y así sucesivamente hasta lograr un estupendo arcoíris de color y de sabor. Puedes usar moldes tipo ‘calipo’ o vasitos y poner el palito a partir de la segunda o tercera capa. Con las poleras tradicionales no se pueden incorporar los nuevos sabores.

Cremoso de fresa y plátano: Pela un plátano y lava y limpia un puñado de fresas por la mañana. Para la tarde, las frutas ya estarán congeladas y podrás preparar una merienda sana y deliciosa al instante. Basta con partir las frutas con cuidado y triturarlas con un chorrito de leche de almendras. El resultado es cremoso y puede conservarse en el congelador y servir cuando os apetezca ya que se mantiene igual de cremoso. Ideal para decorar con trocitos de almendra para enriquecer y aportar un extra de energía.

Con yogur: Elige un yogur de calidad y frutas carnosas como las fresas, el plátano, el kiwi, las cerezas, el melocotón, los albaricoques… busca en el mercado la que más os guste y tras prepararla bien lavada y seca, pelada, en su caso, hay que hacer un puré que se mezclará con el yogur. Luego se trata de congelar en moldes la mezcla. También se puede congelar la fruta troceada para triturarla al momento con unas cucharadas de yogur, lo que hará que sea especialmente cremoso. En este caso, reserva un trozo de fruta fresca para trocear bien pequeño y colocar por encima para decorar y aportar textura.

Tarta de queso: Si en casa adoráis la tarta de queso y al llegar el verano os pasáis al helado de queso y frambuesa, podéis hacer una deliciosa preparación en casa con frambuesas y queso cremoso quark. En este caso sí se incorpora azúcar, en tanto que el queso no es un producto dulce por eso hay que prestar más atención a las cantidades. Así son necesario 110 gramos de frambuesas frescas, 130 de queso quark espeso, 50 de azúcar invertido, 10 de azúcar y unas gotas de esencia de vainilla. Se trata de lavar y secar bien la fruta, preparar un puré con ella y luego, incorporar todos los ingredientes para hacer una crema. Cuando quede homogénea, sólo queda congelar y degustar llegado el momento.