Las terrazas madrileñas para disfrutar de una propuesta gastronómica impecable sea cual sea tu plan
Con tu pareja o con tus amigas, elegante o informal, tenemos las 10 terrazas en las que exprimir el verano madrileño a base de buena comida y estupendos cócteles.
Aunque en esta ola de calor resulta difícil pensar en comer al aire libre, tenemos mucho
verano
por delante y muchas
cenas y comidas
en las que disfrutar del buen tiempo, de una
buena comida
y una mejor compañía. En una ciudad como Madrid las posibilidades son casi infinitas, pero en esta selección nos hemos preocupado por incluir propuestas para cualquier momento del día, cualquier bolsillo y cualquier plan. Diez
terrazas en las que comer será un placer y seguro que repites en las próximas semanas. O no, porque tal vez quieras probarlas todas. Prepara boli y papel porque el disfrute gastronómico y las veladas inolvidables están aseguradas.
El Jardín de Arzábal
En el Edificio Sabatini del Museo Reina Sofía encontramos esta propuesta gastronómica en la que también tienen un apartado propio las mesas altas en las que disfrutar de una copa antes o después de cenar. Su nueva carta se inspira en la cocina de memoria y los bares de tapas, y nos permite comenzar con un picoteo en el que lo mismo degustamos unos Fish and Chips que una selección de embutidos italianos. Para los platos principales, pastas y arroces, además de carnes y pescados a la parrilla, una seña de identidad de la firma creada por Álvaro Castellanos e Iván Morales. El Jardín de Arzábal se divide en varios espacios diferentes, con un interior compuesto por una amplia zona de barra, un salón interior y un reservado y una zona exterior con una terraza al aire libre y un cenador acristalado. Una gran variedad de propuestas que nos permiten disfrutar de una bonita velada con una persona especial u organizar una cena de amigas en las que la noche comience por todo lo alto.
El jardín de Arzábal
Makkila
Carpaccio de pulpo con granizado de queso de cabra y ajoblanco, ceviche de corvina y gambones o sus tradicionales y famosas croquetas de carbonara original y queso de cabra son algunos de los platos que podemos encontrar en la nueva carta de verano en Makkila. Un nombre que ya llevan cinco locales en Madrid. Los podemos encontrar en Núñez de Balboa, Fernando VI, Serrano, Príncipe de Vergara y Almagro, y, a excepción del último, todos tienen unas estupendas terrazas en las que el ambiente combina a la perfección con una propuesta gastronómica para todos los gustos. La selección de raciones también incluye otro de sus platos fuertes, la ensaladilla rusa, a la que se suman productos típicos del país como la cecina de León y recetas cargadas de tradición como el bienmesabe gaditano. Ensaladas y pastas y arroces, son algunos de los platos previos a decantarnos por los pescados o las carnes, las fish and chips o la entraña, el rabo de toro o la raya con crema de ajo negro. Para el postre, cuatro tartas y la infalible torrija, para que nada le falte a nuestra experiencia gastro. En definitiva, una propuesta a tener en cuenta si buscamos un ambiente relajado, una cocina tradicional sabrosa y uno de los lugares de moda en Madrid.
Makkila
La Biblioteca Gresca - Hotel Santo Mauro
En el número 36 de la calle Zurbano, en los jardines que rodean el fabuloso Hotel Santo Mauro se encuentra el restaurante La Biblioteca Gresca, un oasis en el corazón de Madrid que bien merece que nos demos un capricho. Con una atención exquisita y personalizada y una carta selecta y deliciosa, este precioso espacio que cuenta con una pequeña fuente, una encantadora zona con una pérgola y una vegetación frondosa lo tiene todo para una noche inolvidable, especialmente si vamos bien acompañados. En su carta, breve pero intensa, la cocina liderada por Rafa Peña apuesta por unos platos en los que tradición y modernidad se dan la mano para conquistar al cliente. Berberechos con vinagreta suave sobre cama de sal, ensaladilla con buey de mar y caviar son algunos de los entrantes con los que podemos hacernos una idea de lo que nos aguarda con los segundos. Carnes y pescados con platos para todos los gustos y una propuesta ineludible, aunque tal vez no sea para todos los estómagos: la molleja glaseada con parmentier de patata. La fiesta culinaria continúa con los postres, con clásicos como la tarta de chocolate o propuestas que siempre funcionan como la pavlova. Platos impecables en un ambiente lleno de encanto para los que siempre merece la pena reservar una noche de verano.
Santo Mauro
Urrechu Velázquez
Es posible comer en una terraza en Madrid y olvidarse del mundanal ruido. Y la prueba está en el 150 de la calle Velázquez, donde Urrechu tiene uno de sus restaurantes más solicitados en esta época del año. Y es que es difícil resistirse a los encantos de su terraza, situada en el interior del local y orientada hacia un precioso jardín que rodean un par de fuentes. Un remanso de paz que podemos acompañar con una carta deliciosa e infalible de la que todo el mundo habla en Madrid. El negocio que dirige el donostiarra Íñigo Velázquez apuesta por el producto de cercanía y la cocina tradicional pero sin olvidarse de echarle un poco de imaginación y riesgo a sus platos. El resultado es una sucesión de creaciones culinarias a las que resulta difícil resistirse y quedarse solo con una. Si la ensalada de bogavante con cebolleta trufada y vinagreta de su coral te roba el corazón, tampoco te va a dejar indiferente su ensaladilla con esfera de oliva o sus salmonetes, recién llegados a la carta. Y, cómo no, la exitosa y solicitadísima costilla de pecho de vaca, que se confita en su jugo durante 10 horas y se disfruta como pocas carnes. Algo a lo que por su puesto, contribuye el parmentier que le acompaña. De postre, el chocolate y el queso están presentes en diferentes platos, pero los dados de torrija artesana con crema helada de café son un must, aunque no estemos en Semana Santa.
Urrechu
La Pagoda
En Félix Boix, muy cerca de Plaza Castilla, se encuentra La Pagoda, la reinvención de unos hosteleros que comenzaron hace décadas con restaurantes chinos y ahora proponen a sus clientes una cocina asiática de fusión, con sabores de siempre y conceptos occidentales. Platos llenos de personalidad que podemos disfrutar en su pequeña pero agradable terraza, en la que deja de dar el sol por la tarde, y así está más fresca al llegar la noche. Rollitos Nem, langostinos viet wraps, crepes de pato o el pollo en curry verde son algunos de sus platos más deliciosos y picantes, en los que los amantes de este tipo disfrutarán gracias al sabor de todos sus platos. El tartar de atún o los solicitados tacos coreanos son otras de sus creaciones estrella, que están presentes en una carta en la que no falta el sushi y postres tradicionales como los mochis. Un lugar agradable y una propuesta culinaria hecha para convencer, que resulta ideal para las reuniones de amigos y las noches en las que no hay prisa por recogerse, las noches de verano.
La Pagoda
Benares
Quienes disfrutan de la cocina llegada de lejos, y más concretamente de India tienen que pasarse por el número cinco de la calle Zurbano, allí se encuentra Benares. Con Iván Ortiz Fernández a la cabeza Benares combina producto local de temporada con técnicas actuales en una experiencia que acerca al cliente a la alta cocina india. Y lo hace con clásicos como el delicioso (e imprescindible) Tikka Massala, el incansablemente repetible Jhinga Tandoor, con langostinos marinados acompañados de bisqué de marisco, o menús como el Thali ejecutivo, en el que se combina una proteína con cuatro acompañamientos clásicos. Con terraza en la calle Zurbano y en el patio interior, en la que hay un pequeño estanque, Benares es ideal para dejarse aconsejar por los encargados de sala y adentrarse en un intenso viaje por una gastronomía que todos creemos conocer pero que pocos hemos probado a ese nivel. Elegante y distinguido en su interior y sofisticado sobre la mesa, es la opción perfecta para quienes buscan una propuesta gastronómica atrevida y de calidad.
Benares
El Patio de Mahou
En los jardines del Museo Lázaro Galdiano, situado en el 122 de la calle Serrano, Mahou ha vuelto a instalar su patio un verano más, y ya está listo para convertirse en una apuesta segura para cualquier velada. La propuesta: música en directo, experiencias cerveceras, gastronomía y talleres, para que no te falte de nada a la hora de disfrutar. La entrada es libre y a lo largo del recinto hay dispuestas mesas altas y bajas y hamacas, para que te pongas cómoda como más te guste. Para comer la propuesta es sencilla pero muy de tarde de cañas: gildas de pepinillo con ventresca y pimientos del piquillo, patatas chips madrileñas, pinchos de tortilla, roll de salmón marinado en Mahou 0,0 Tostada y nachos con guacamole son algunos de los platos de una carta que se completa con unos refrescantes polos. Y para aprender en los talleres, tienes desde el taller de tiraje, para convertirte en un experto tirador de cañas, al de huertos verticales, pasando por los de acuarela o el de fotografía en el móvil. En definitiva, un planazo, al que vas a querer llevarte a todas tus amigas hasta que llegue septiembre.
Mahou
Le Macao
En el Paseo de la Castellana, a la altura del Santiago Bernabéu, se encuentra una de las terrazas más originales e instagrameables de la capital, la de Le Macao. Y también una de las más exóticas y diversas. Con un ambiente de aires coloniales creado por Cousi interiorismo y una carta que combina la gastronomía japonesa y la indonesia, esta propuesta del grupo Macao es ideal para aquellos a los que les gusta comer mucho y diverso a buen precio. Porque tal y como señalan en su carta, el tamaño de sus platillos hace recomendable que cada comensal pida entre tres y cuatro platos. Una original apuesta que hace que los clientes puedan probar buena parte de su carta, ya de por sí extensa. Del sushi de autor a los platos de influencia ibero china, como el torrezno cantonés marinado en especias, pasando por las influencias japo-ibéricas, las nikkei y las Indothai, la carta de Le Macao reúne cuarenta platos que harán las delicias de los amantes de la gastronomía asiática.
Le Macao
Casa Orellana
Guillermo Salazar es el chef responsable de la propuesta gastronómica de los dos restaurantes de Casa Orellana. Situados en los barrios de las Salesas y Chamartin, tradición culinaria y producto de cercanía son sus señas de identidad a la hora de componer una carta hecha para todos los gustos. Tapas, raciones, carnes y pescados en los que los orígenes andaluces y los antepasados vascos del chef se unen en una cocina ininterrumpida que se puede disfrutar desde el mediodía hasta la medianoche. Ensaladilla de atún en escabeche casero o de centollo, sus deliciosas croquetas de rabo de toro o su típica gilda orellana, el arranque de su carta es un ejemplo de que la cocina no desprecia a sus clásicos y los comedores los aplauden. Cazón en adobo o huevos rotos en tartar de atún rojo por la parte de los pescados y el arroz en lata de presa ibérica o la chuleta de vaca vieja madura por las carnes son algunos de los platos con los que podemos continuar una velada que podemos acompañar con varias guarniciones y cerrar con tres postres infalibles: el cremoso de chocolate, la torrija con helado de turrón y la tarta de queso payoyo.
Casa Orellana
Paulaner Biergarten
Hay noches que piden comedores sofisticados y noches que piden terrazas al más puro estilo Mediterráneo, o germano, con sus mesas corridas para grupos de amigos o sus mesas bajitas para una velada relajada. Cualquiera de estás dos últimas son ideales para la Biergarten de Paulaner que se ha inaugurado esta semana en Madrid y que promete ser el punto de reunión para aquellos que quieren disfrutar de la música en vivo, la informalidad de la gastronomía bávara y unas buenas cervezas. Del 15 de junio al 25 de septiembre, junto al centro comercial Príncipe Pío codillos, salchichas, bretzels y ensaladas col-slow se combinan con espectáculos en las noches de jueves a domingo en eventos para los que habrá que adquirir entrada previamente. Un plan perfecto para grupos de amigos que apuesten por lo informal y busquen un plan que no les aleje demasiado del centro de Madrid.