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Desde que la viralidad se hizo dueña de nuestras vidas, el éxito de las estrellas del entretenimiento ya no se mide en número de espectadores o millones recaudados, sino en la cantidad de personas que hablan de ti en internet. En retuits, posts y 'stories' de Instagram. De ahí que haya surgido una nuevo objetivo, resumido en la expresión 'romper internet', que se refiere a la capacidad para postear algo tan chocante, interesante o nunca visto como para obligar, a todo el mundo que esté conectado, a hablar de ello. Dos divas lo han intentado con todas sus fuerzas en los últimos años: Kim Kardashian y Nicki Minaj. Casualmente, con fotografías orquestadas en la misma revista ('Paper').
Rebobinemos: en 2014, Kim Kardashian mostró sus posaderas en todo su esplendor en una sesión para la revista 'Paper' que fue capaz de atraer a 34 millones de personas al 'website' de la revista. Además de la instantánea en la que su trasero monopoliza toda la atención, fue viralmente famosa otra que se inspiraba en una anterior tomada por el fotógrafo Jean Paul-Goude, en la que una modelo descorcha una botella de champagne cuyo líquido termina cayendo en la copa que sujeta justamente en su trasero. Goude fotografió a su modelo desnuda, pero Kim aparece haciendo la misma cabriola vestida con un palabra de honor de látex negro.
Esta portada supuso un tope de viralidad que, hasta ahora, parecía difícil de superar. Sin embargo, Nicki Minaj parece dispuesta a romper su récord precisamente con otra foto de portada para la misma revista, en la que la provocación sube algún grado más. Aquí, Minaj se triplica a sí misma para mostrarse desde todos los ángulos imaginables de la manera más erótico-provocadora posible. Evidentemente, aquí el componente sexual de la fotografía eclipsa casi todo, pero el detalle de que una estrella se proponga a sí misma como su propio objeto de deseo y lo haga además por partida triple, no deja de iluminar también el narcisismo total de nuestras 'celebrities', enamoradas de ellas mismas hasta extremos insospechados. ¿Para qué compartir portada con nadie cuando puedes hacerlo contigo misma?