Aunque no lo creas, cómo te hablas a ti mismo influye, y mucho, en tu autoestima y tu salud mental . No, no eres el único que habla consigo mismo en su mente (si lo haces en voz alta ya es otra cosa) y hablarte con amabilidad y empatía puede hacer que te sientas mejor pero si lo haces de manera destructiva, puede que sientas que no eres lo suficientemente bueno para abordar ciertas situaciones de tu día a día.
«El diálogo interno se refiere al proceso de comunicación interna que ocurre en la mente de una persona, donde reflexionamos, evaluamos y procesamos información, emociones y pensamientos. El diálogo interno puede ser consciente o inconsciente, y puede influir en nuestras percepciones, emociones, decisiónes y conductas«, nos comenta la psicóloga Beatriz Galván .
El diálogo interno puede variar de una persona a otra. Hay quienes tienen un diálogo interno más positivo y alentador, mientras que otros pueden tener tendencia a ser más autocríticos. Y la forma que tienes de hablarte a ti mismo depende de ciertos factores que nos explica la experta:
«El tono del diálogo interno puede depender de varios factores, como la personalidad, las experiencias pasadas, las creencias y los patrones de pensamiento«, nos comenta Beatriz Galván. Y como ocurre en tantas ocasiones, estos factores tienen mucho que ver con la forma en la que nos hemos desarrollado en nuestra infancia y adolescencia.
«Si en nuestra infancia recibimos constantes mensajes de infravaloración o de desprecio, aprenderemos a vernos de ese modo, y a hablarnos internamente con mensajes muy negativos. Si en nuestro entorno fuimos valorados, cuidados, acompañados emocionalmente, y los mensajes que recibimos fueron de valoración y de apoyo, interiorizaremos esa manera de vernos y de tratarnos a nosotros mismos en la edad adulta«, asegura Galván.
Cambiar nuestro diálogo interno requiere práctica y conciencia para saber identificar cómo nos estamos hablando y las emociones que acompañan a este diálogo interno. Galván nos aporta seis estrategias que pueden ayudar a cambiar el sentido de nuestras conversaciones con nosotros mismos:
1. Autoconciencia: «Presta atención a tus pensamientos y palabras internas. Reconoce cuando tu diálogo interno se vuelve negativo o autocrítico», nos aconseja. Como hemos dicho anteriormente, esto requiere práctica para saber identificar tus emociones y tu forma de hablarte a ti mismo.
2. Cuestiona tus pensamientos: «Podemos identificar pensamientos negativos cuando magnificamos, minimizamos, si nuestro pensamiento es muy polarizado, cuando ocurre algo y enseguida pensamos que es nuestra culpa... Cuestiona tus pensamientos, ya que pensar algo, no hace que eso sea cierto«, comenta la psicóloga.
3. Háblate de forma amable: «Piensa en cómo le hablarías a aguien a quien aprecias. No te digas nada a tí mismo lo que no le dirías a otra persona. Sé cercano y amable contigo mismo», aconseja. Muchas veces nos decimos a nosotros mismos lo que jamás les diríamos a los demás por considerarlo demasiado incisivo y Galván nos pide que hagamos lo mismo con nosotros.
4. Redirige tu pensamiento a cogniciones positivas: Nos pide que nos digamos cosas como «Yo valgo, »Yo puedo, «Soy capaz»... La tendencia puede ser al contrario y al decirnos que no somos capaces de hacer determinadas cosas, corremos el peligro de dejar de hacerlo por miedo al fracaso.
5. Actividades agradables: «Cuídate mediante el ejercicio físico y practica actividades con las que disfrutes», nos pide. Y es que este tipo de hábitos harán que te sientas bien contigo mismo y que tu diálogo interno sea más positivo, lo que redundará en positivo en tu autoestima .
6. Apoyo social: Trata de rodearte de personas con las que te sientas bien. Si tú no eres capaz de hablarles mal a tus amigos, ellos tampoco lo harán contigo. Si tu entorno te refuerza, es más fácil que tú seas más benevolente contigo mismo, cambiando el sentido de tu propio diálogo interno.
«El diálogo interno positivo nos ayuda a cambiar la perspectiva, puesto que nos enfocamos en nuestros propios recursos y en las posibles soluciones. Mediante los mensajes positivos promovemos la confianza en nosotros mismos y potenciamos nuestra autoestima«, asegura Beatriz Galván.
Un diálogo interno negativo puede tener varias consecuencias en nuestra vida y bienestar emocional. Para empezar, el hablarte mal puede hacer que tu autoestima se vea reducida. «Puede socavar nuestra confianza y autovaloración, haciéndonos sentir menos capaces y dignos de éxito», nos dice la experta.
«También hace magnifiquemos las dificultades y los problemas. Al centrarnos en los pensamientos negativos, viviremos las situaciones con estados emocionales que nos generarán malestar (tristeza, culpa, rabia...), y nuestras estrategias de afrontamiento no estarán ajustadas a la situación real en la que nos encontramos«, asegura.
Esto hace que seamos menos resolutivos en nuestro día a día puesto que partiremos de la base de que no somos capaces de afrontar los retos, afectando de este modo no sólo a nuestro estado emocional, sino también a nuestras acciones. «Todo ello puede generar sintomatología ansiosa, estados depresivos y problemas en la relación con las personas que nos rodean», advierte Galván.
20 de enero-18 de febrero
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