QUÉ ES EL 'SIATODISMO'
QUÉ ES EL 'SIATODISMO'
Cuando tenía 15 años Ferran Cases empezó a sentir mareos y vértigos. Un día, se desmayó en clase. Poco a poco, la ansiedad había ido tomando el control de su vida hasta que, con 21 años, desarrolló una parálisis corporal que le tuvo casi dos años sin salir de casa. «Me di cuenta de que no podía trampear más con la ansiedad, que tenía que ponerme las pilas y salir de ahí. Además de ir a terapia, empecé a descubrir cosas que podía hacer por mí mismo. Hay muchos hábitos que pueden ayudar a rebajar o hacer desaparecer la sintomatología de la ansiedad», explica. Ahora dirige una clínica especializada en Barcelona, da charlas, escribe libros y evangeliza sobre lo que aprendió durante aquel calvario personal.
Paradójicamente, su experiencia le ha convertido también en un experto en felicidad. «Sufrir ansiedad me ha ayudado a vivir en un estado de gran serenidad. La manera más rápida de aprender que tiene el ser humano es tocar fondo. Ahora que lo veo con distancia puedo decir que no habría aprendido lo que he aprendido y no sería la persona que soy si no hubiera pasado por eso», recuerda.
Cases presenta ahora su quinto libro Sí a (casi) todo (Editorial Diana) y defiende el «casitodismo» con una forma efectiva de enfrentarse a la vida. «Después de varios libros dedicados a la ansiedad, quería hablar de la actitud que no deja la puerta abierta a que aparezca y que consiste en entender que la vida no es perfecta, pero que hay que vivirla y disfrutarla», apunta.
En realidad, son tres actitudes en lugar de una: sudar, apostar y amar. «A veces pensamos que todo tiene que ser fácil y rápido y las cosas no son así. L a felicidad también nos la tenemos que currar, igual que si queremos tener abdominales». De ahí, la necesidad de sudar la camiseta. Apostar tiene que ver con marcarse objetivos. «A veces, tenemos una gran dispersión mental y es importante apostar por algo en firme. Yo, por ejemplo, quiero divulgar sobre la ansiedad. Realmente consiste en centrarse». La tercera se explica sola: «Si no hacemos las cosas con amor nada funciona».
El «casi» del título de su libro tiene que ver con evitar caer en «positivismos baratos de Instagram» y en apostar por un tipo de pensamiento positivo «con los pies en el suelo» y consciente de que, a veces, hay que gestionar malos momentos. También con la necesidad de, como dice Cases, «terminar con las chorradas».
Se refiere a los rituales virales, los programas de diez pasos, las dietas de moda, la propaganda de la reinvención… «Hay libros de autoayuda que te recomiendan levantarte a las cinco de la mañana y ponerte a hacer abdominales e influencers guapísimos que aconsejan beber zumos de apio en ayunas. Pero cada uno tiene que conectar con lo que le funciona. Si yo tengo un hijo que no me deja dormir por las noches, levantarme a las seis es una tortura».
En general, opina Cases, nos concentramos «mucho en aquello que no tenemos y poco en lo que sí tenemos». Otro error común es buscar la gratificación inmediata. «No necesitamos muchas de las cosas que creemos necesitar. Por ejemplo, comprarte un móvil nuevo. Eso puede proporcionarte un instante de microfelicidad. Está bien sentirla, pero hay que mirar más a largo plazo. Con los hábitos pasa igual. Los menos saludables nos proporcionan esa microfelicidad momentanea; los saludables, en cambio, funcionan a otro ritmo. Tendríamos que enfocar todo hacia hacia esa felicidad más a largo plazo».
Cases menciona un estudio reciente de un grupo de investigación de la universidad Harvard con dos conclusiones sencillas, pero poderosas. «Uno: que para ser felices necesitamos relacionarnos con personas. Hay una frase que me encanta que dice que somos la media de las cinco personas con las que más nos relacionamos« Por eso, hay que cuidar las relaciones. Es decir: amar. Por otro, hay que trabajar en el cumplimiento de objetivos. Hay que proponerse cosas y cumplirlas. Eso también está demostrado que nos hace felices», apunta.
¿Y a él, qué le hace feliz? «La felicidad es algo totalmente subjetivo. Lo que me hace feliz a mí no es lo mismo que te hace feliz a ti. En realidad, yo creo que necesitamos muy poco para ser felices. Para mí es la serenidad, es tumbarme en la cama por las noches y pensar: 'Lo estoy haciendo bastante bien», concluye.