¿EL DÍA MÁS TRISTE DEL AÑO?
¿EL DÍA MÁS TRISTE DEL AÑO?
Se llama Blue Monday, se «celebra» este 20 de enero y está catalogado como el día más triste del año. No lo dice la ciencia, sino una campaña publicitaria que se puso en marcha hace ahora veinte años y que, al parecer, vino para quedarse. La cuestión es que el invierno nos ha encerrado en casa, los días son cortos, hay poca luz, hace frío y aún estamos bajando del subidón navideño mientras subimos la empinada cuesta del mes.
Realmente dan ganas de cantar un blues o de convocar a la primavera. Para saber cómo sortear los efectos de este lunes y todos los días tristes, hemos hablado con la psicóloga Leticia Martín Enjuto, que nos ha dado las claves para remontar, coger aire y sentirnos llenos de vida y ganas.
Según esta profesional de la psicología, «para abordar el Blue Monday, es esencial reconocer y validar nuestras emociones». Lo primero es tener en cuenta que « sentir tristeza es una parte natural de la experiencia humana. Y permitirnos sentir lo que estamos sintiendo, sin juzgarnos, puede ser un primer paso muy liberador. Al aceptar nuestras emociones, podemos comenzar a entenderlas mejor y a encontrar maneras de gestionarlas».
Martín Enjuto nos enumera las estrategias más efectivas para esos días que no son precisamente de vino y rosas; posnavideños o no, se trate de un lunes, un miércoles o un jueves:
● Establecer rutinas saludables: «Crear una estructura diaria que incluya actividades que disfrutemos puede brindarnos un sentido de control y estabilidad». Tal vez es la hora de hacer esa ruta de senderismo o alcanzar la cumbre de aquella montaña.
● Incorporar el ejercicio regular. Esto «no solo ayuda a mejorar nuestro estado de ánimo, sino que también promueve una mejor salud física».
● «Dedicar tiempo a aficiones o actividades que nos apasionen puede ser una excelente manera de contrarrestar la tristeza». ¿Dibujar, la repostería o leer, eso que nunca falla?
Los otros, quienes nos rodean, también se ponen en la primera fila de nuestro bienestar emocional. La psicóloga se refiere a la conexión social. En este sentido apunta:
1. En los días difíciles es importante no aislarnos: «Pasar tiempo con amigos o familiares, ya sea en persona o a través de videollamadas, puede ofrecer un apoyo valioso».
2. «Hablar sobre lo que sentimos con personas de confianza puede ser un gran alivio y una fuente de consuelo».
3. La práctica de la gratitud es fundamental: «Tomar unos minutos cada día para reflexionar sobre las cosas por las que estamos agradecidos nos ayuda a cambiar nuestro enfoque de lo negativo a lo positivo».
4. Hay que incorporar prácticas de autocuidado en nuestra rutina. «Dedicar tiempo a cuidar de nosotros mismos y a desconectar de las tensiones diarias puede ser un gran alivio en momentos de tristeza. Esto puede incluir actividades que nutran nuestro cuerpo y mente, como la meditación, el yoga o simplemente disfrutar de un baño relajante».
5. «Practicar la atención plena, o mindfulness, nos permite estar más presentes y aceptar nuestras emociones sin dejar que nos abrumen».
Además, decir Blue Monday es decir año nuevo, con todo lo que eso conlleva. Ante este horizonte, la psicóloga clínica recomienda:
● Establecer metas alcanzables y específicas. Esto es, «en lugar de fijar objetivos amplios, como quiero estar más saludable, podríamos plantearnos metas concretas, como caminar 30 minutos al día tres veces a la semana. De este modo, nos permitimos medir nuestro progreso y celebrarlo, lo que a su vez fomenta una mayor motivación».
● Ejercitar la autocompasión. «Es fácil caer en la trampa de ser demasiado duros con nosotros mismos si no cumplimos con nuestras expectativas». En esta línea, recuerda que «el cambio de hábitos es un proceso que requiere tiempo y esfuerzo. Al tratarnos con amabilidad y entender que los deslices son parte del camino, podemos mantener una actitud más positiva y resiliente ante los desafíos que surgen».
Dadas las pautas, hay que destacar que «definir el Blue Monday como el día más triste del año puede tener implicaciones negativas significativas. En primer lugar, etiquetar un día específico de esta manera puede generar una profecía autocumplida», señala Martín Enjuto. Y añade: «Al anticipar que el tercer lunes de enero será un día de tristeza, es probable que las personas se enfoquen más en sus emociones negativas, lo que podría intensificar los sentimientos de desánimo y melancolía».
Así pues, toca cambiar de color este lunes porque, como resalta la psicóloga valenciana, «puede afectar no solo el estado de ánimo, sino también a la forma en que se enfrentan las actividades cotidianas. Al encasillar un día así, se simplifica la experiencia emocional humana y se ignora la posibilidad de que muchas personas puedan sentirse optimistas o felices en ese mismo día». Es más, «esto puede llevar a un sentimiento de aislamiento para aquellos que no se sienten tristes, ya que podrían pensar que sus emociones son menos válidas o que no encajan en la narrativa general».