Elisenda Pascual Martí es psicóloga, psicoterapeuta, escritora y poeta. Ahí está su poemario Maternidad invisible (Pol·len Edicions, 2022), que escribió a raíz de tres pérdidas gestacionales. Antes, en 2008, había viajado a Australia para estudiar las culturas aborígenes. Una experiencia que le abrió de par en par los ojos y le enseñó que «la historia empieza mucho antes de ser escrita».
Ahora tenemos entre las manos su último libro, Amor de piel adentro (Diana). «Una propuesta para reconectar con tu verdadera esencia y aprender a amar(te) mejor». Así se presenta. Bueno, también con un subtítulo que no tiene desperdicio: «El arte de revisar patrones para quererse bien».
Hemos hablado con Elisenda Pascual sobre querernos mejor, el amor con mayúsculas y salir del laberinto en el que a menudo nos metemos.
«En el fondo es aprender a vivir con un sistema nervioso relajado, en paz y con una autoestima alta », señala la también fundadora del centro Acompanyament Familiar. «Eso empieza por querer a esa parte infantil que muchas veces no fue querida de la manera que necesitábamos, ya sea por defecto o por exceso. Puede ser tanto por negligencia afectiva como por sobreprotección». ¿Qué podemos hacer entonces según esta psicóloga?
1. Equilibrar el amor en nuestra vida. «Hubo algo en nosotros que se articuló desde la carencia. Y quererse bien implica asumir la responsabilidad de darnos aquello que no tuvimos o tuvimos en exceso. Porque si yo no equilibro el amor interno, difícilmente encontraré un amor externo equilibrado», apunta Pascual Martí.
2. Alcanzar mayor estado de paz. Elisenda empezó trabajando con niñas y niños, y ahora lo hace con madres y padres. Desde su experiencia asegura que «la crianza se ve muy influenciada por los patrones que heredamos de nuestra propia historia». Eso la llevó a hablar del amor: «Pero no del amor romántico , sino del que nos permite alcanzar un estado de mayor paz, que consiste en trabajar la autoestima y darnos lo que no tuvimos en la infancia. El amor que merecemos por el simple hecho de existir».
3. Volver al niño que fuimos. Hacerlo es inevitable, «porque desde la psicología evolutiva sabemos que en la infancia se ponen los ingredientes con los que hacemos el pastel que después nos vamos a comer en la vida adulta». Lo cual «no significa que estemos totalmente condicionados y no podamos cambiar nada. Mirar al niño interno es tener información de lo que nos conforma para saber si lo seguimos alimentando o no».
Elisenda Pascual se define como humanista. Contempla con asombro el mundo. Lo que nos pasa como sociedad lo ve a diario en su consulta: «Actualmente, una de las grandes pandemias a nivel social es la velocidad a la que vivimos». Siempre con prisas y agobios . ¿El antídoto?
● Bajar el ritmo. «Nos hemos olvidado de que somos seres analógicos y necesitamos unos ritmos mucho más orgánicos, más lentos. Para procesar información, para generarla, para pararnos, respirar y ver lo que nos sucede en el día a día».
● Digerir lo vivido. «Esa velocidad hace que pasemos demasiado rápido por las experiencias vitales, tanto positivas como negativas, lo cual nos acaba haciendo esclavos de nuestras vivencias no resueltas».
● Menos tecnología. «Los últimos diez años han sido vertiginosos a nivel de tecnología y tengo la sensación de que hemos aprendido que hay que hacerlo diferente». Queda la esperanza: «Cada vez salen más iniciativas de lugares sin tecnología en distintos países. También en las escuelas nos estamos dando cuenta de que hace falta destecnologizar los procesos básicos».
Lo poesía entra y sale con mucha naturalidad de sus páginas. Elisenda Pascual utiliza a menudo la metáfora. «Es un canal directo al pensamiento simbólico. Ya no solo como personas sino como humanidad», argumenta. Dice, por ejemplo, que «para salir del laberinto hay que llegar al centro». Más en estos momentos cuando «parece que todo lo que nos da felicidad está fuera. Es este hedonismo del salir, conquistar, tener y mostrar». ¿Sus consejos al respecto?
1. Regresar al centro. Insiste en que «necesitamos volver a ese lugar del que partimos para podernos dar, ahora sí como adultas, aquello que nos faltó porque, si no, seguiremos buscando que nos lo den de fuera».
2. Mirarnos mucho el ombligo, «penetrarlo y navegar por los confines de nuestra historia personal». Es hora «de poner luz a lo incómodo y mirar nuestro guion vital con nuevos ojos».
3. «La conciencia nos dibuja la puerta, pero quien la abre es la voluntad. Y eso nos cuesta mucho porque vivimos en una sociedad del placer inmediato, y la voluntad, la perseverancia y el cambio de hábitos requieren de un sacrificio, que no es el judeocristiano, sino un acto diario para transformar lo que no nos sirve».
La poesía es, en el fondo, otra manera de vivir la vida. La suya: «Veo el mundo en términos poéticos. Esto me ayuda a no ver nada cerrado y a vivir sin dogmas. Algo que en el proceso psicoterapéutico es esencial porque cuando acompañas a una persona no puedes ir con una verdad absoluta por delante. Tienes que ir con la curiosidad por delante». Elisenda Pascual abunda en el poder terapéutico del arte . Lo hace desde la psicología más integradora y humanista:
● «La poesía permite que cada persona entre al lugar que le evoca cada palabra. Y es ahí donde el proceso de transformación del presente tiene lugar».
● «Tenemos que ser creativos. Si no creamos algo nuevo, no dejamos de ser quienes somos».
● «No puede existir salud mental si no hay actos creativos. Todo lo que tiene que ver con la creatividad, con la expresión del dentro para fuera, nos procura salud. Cualquier arte es beneficioso para el bienestar humano».
20 de enero-18 de febrero
Con el Aire como elemento, los Acuario son independientes, graciosos, muy sociables e imaginativos, Ocultan un punto de excentricidad que no se ve a simple vista y, si te despistas, te verás inmerso en alguno des sus desafíos mentales. Pero su rebeldía y su impaciencia juega muchas veces en su contra. Ver más
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