EDUCACIÓN Siete cosas que puedes hacer cuando tu hijo tiene una rabieta que lo calma en tiempo récord

La psicóloga Sonia Martínez nos da ciertas pautas para gestionar las rabietas de la mejor manera posible.

Las rabietas en el niño son inevitables pero puedes aprender a gestionarlas. / Imagen de Racool_studio en Freepik

Sara Flamenco
Sara Flamenco

La etapa de la adolescencia es la más temida por los padres. Es en ese momento cuando empiezan las discusiones con él y muchas veces puedes llegar a sentir que tienes un extraño en casa. Pero antes de este momento, hay otro que también puede poner a prueba la paciencia de los padres, y es la etapa de las rabietas en los bebés.

Sólo quienes tengan hijos pueden entender el desasosiego que provocan las rabietas. Un estallido de emociones acompañadas de gritos, llantos y enfado que muchas veces no sabemos cómo gestionar. Una situación que pone a prueba la paciencia de los padres, generando que también se activen emocionalmente y, en numerosas ocasiones, no reaccionen de la mejor manera.

Para aprender a gestionar estas rabietas, tan comunes en los niños de entre 18 meses y 2 años, hemos hablado con Sonia Martínez, psicóloga, directora de los Centros Crece Bien y autora del libro Descubriendo Emociones. Porque creemos que, para enfrentarnos a estos momentos tan duros, es necesario saber qué son y por qué surgen, para desmitificarlas y eliminar esos miedos irracionales.

Qué son las rabietas y a qué se deben

«Las rabietas son comunes a partir de los 18 meses-2 años, ya que en esta edad los niños comienzan a desarrollar su independencia, pero aún no tienen la capacidad para manejar sus emociones o expresar verbalmente lo que sienten«, nos explica Sonia Martínez. Así que tranquila, no es algo que sólo vivas tú ni le pasa nada a tu niño, es una situación completamente normal y forma parte de su desarrollo.

Y no creas que puedes evitarlas siguiendo unos sencillos pasos, porque muchas veces no tienen una explicación lógica. «El desencadenante de una rabieta puede ser que tenga hambre, cansancio o falta de comprensión de lo que esta ocurriendo. A menudo, las rabietas están relacionadas con situaciones inmediatas, como no obtener lo que desean o no poder hacer lo que quieren. Sin embargo, también pueden ser debidas a la búsqueda de autonomía o atención«, nos explica la psicóloga.

No, no puedes evitarlas dándoles lo que quieren en cada momento, porque este estallido emocional no tiene por qué ser una respuesta a algo racional (por no hablar de las impliclaciones educativas de este cuestionable método). Así que lo mejor es que aprendas a gestionarlas de la mejor manera y, para ello, la directora de los Centros Crece Bien nos ha dado ciertos consejos.

Consejos de la psicóloga Sonia Martínez para gestionar las rabietas en los niños. / Imagen de Freepik

Cómo enfrentarnos a una rabieta de la mejor manera

1. Pon palabras a lo que está sintiendo

«Reconocer sus sentimientos y poner palabras a lo que está sintiendo ayuda a que comprendan qué les pasa y puedan manejarlo. Es importante, aunque difícil, hacerlo sin juzgar, sin justificar o razonar«, nos aconseja Sonia. Y es que muchas veces, ellos no tienen las herramientas suficientes para poner en palabras lo que están sintiendo, por lo que puede ser interesante mostrárselo nosotros.

2. Habla con él

« Dedicar tiempo a explicarle qué se espera que haga, qué puede o no hacer, qué puede elegir y que no puede elegir en un momento en el que esté tranquilo, hará que disminuyan las rabietas«, nos ha dicho. Pero ten en cuenta que esto puede hacer que disminuyan, no que se eliminen por completo.

3. Distráele

« Cambiar su atención, distraerle con algo que está pasando ayuda a disminuir la intensidad de la rabieta«, aconseja. No siempre funciona, pero algo tan simple como hacerle cosquillas, cantarle una canción que le gusta u ofrecerle su muñeco preferido puede hacer que salgan de esa espiral.

4. Acompaña la emoción de tu hijo

Esto lo hemos oído infinidad de veces, pero no siempre entendemos su significado. Sonia Martínez nos lo explica: «Significa validar sus sentimientos, mostrándoles que entendemos su frustración o enfado, sin necesariamente ceder ante su comportamiento. Esto les enseña a reconocer y gestionar sus emociones«, nos aclara.

5. Siéntate a su lado sin intervenir

«Estar presente sin intervenir activamente puede ser suficiente en algunos casos. Les muestra que estás ahí para apoyarlos, incluso si no estás cediendo a sus demandas«, dice la experta. No es fácil estar sentada junto a tu hijo que no para de llorar y patalear, pero eso le hará saber que no está solo y puede acudir a ti cuando lo necesite.

6. No grites

Sabemos que no es fácil, que a veces nos crispan los nervios y que podemos gritar a nuestros hijos porque no podemos más. Pero es importante que sepas que esto, lejos de solucionar el problema, puede agravarlo más. Un instante de desahogo puede significar una rabieta más larga e intensa.

«Si los padres pierden los nervios y gritan, puede intensificar la rabieta. Es importante que los padres también aprendan a gestionar sus emociones y, si ocurre, disculparse y explicar sus sentimientos al niño más tarde«, asegura la psicóloga. Esto no va de culpas, pero nunca está de más disculparte con tu hijo si no te has comportado como debieras.

Los terribles 2 no son fáciles, pero es una etapa más en el desarrollo del niño y debes asumirlo como tal. Ármate de paciencia, porque su intención no es chantajearte para que hagas todo lo que él quiere, no tiene la capacidad de hacer tal cosa.

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