La relación entre madre e hija es algo muy especial. Comienza a forjarse desde antes incluso del nacimiento, cuando el lazo entre madre e hija se gesta a través de señales como el tono de voz materno, los latidos del corazón y la atención dedicada al embarazo.
A lo largo de distintas etapas de la vida, el vínculo experimenta transformaciones significativas. Desde la marcada dependencia durante los primeros años de vida hasta el conflicto que llega con la preadolescencia , todas las etapas del desarrollo configuran la relación entre madre e hija en la etapa adulta.
Los expertos de Buencoco nos explican los diferentes conflictos que pueden surgir en la relación madre-hija a lo largo de la vida, dependiendo de la etapa del desarrollo de la hija y cómo se posicione la madre ante estos cambios. Una situación tan interesante como desafiante para quienes se enfrenten a ello.
La adolescencia es una etapa crucial en la relación madre-hija. En esta fase, según los expertos de Buencoco, la hija abandona su papel de niña y, de manera natural, comienza a cuestionar su dependencia de su madre. Las reglas de convivencia a menudo generan conflictos , provocando cambios importantes en la relación.
Estos cambios, aunque puedan resultar dolorosos, sirven como mecanismos de defensa que permiten a la joven construir su propia identidad, donde el modelo materno coexiste con el de otras figuras femeninas. Y es que durante la adolescencia, la hija busca emanciparse de su madre, lo que puede desencadenar emociones como la ira seguida de sentimientos de culpa.
El conflicto madre-hija durante la adolescencia es común, ya que este período marca el inicio del camino hacia la autonomía para la hija, lo que puede representar un desafío crucial para la madre, quien podría enfrentar dificultades para ajustarse a la creciente independencia de su hija.
En la etapa adulta surgen nuevos conflictos entre madre e hija, dependiendo de la posición de ambas con respecto a esa nueva relación que se ha generado. La madre puede no estar de acuerdo con la persona en la que se ha convertido su hija, criticándola con frecuencia, lo que las aleja irremediablemente.
Es posible que la madre, de manera inconsciente, proyecte en su hija sus propios deseos, vinculados con la creencia de saber qué es lo mejor para ella. En esta dinámica, la madre puede esperar que su hija se comporte de manera diferente a como es en realidad, imponiéndole sus expectativas de manera coercitiva.
Según los psicólogos de Buencoco, la relación conflictiva entre madre e hija puede dar lugar a peleas, malentendidos e incluso competencia en algunos casos. Pero también puede ocurrir que madre e hija no consigan comunicarse, lo que no elimina el conflicto, sino que hace que se mantenga en silencio.
Según los expertos de Buencoco, el vínculo madre-hija ejerce una influencia significativa en diversos aspectos psicológicos de la vida de una mujer, como el desarrollo de la autoestima, la búsqueda de independencia o la experiencia de la hija en su propio embarazo y maternidad.
Mejorar la relación madre-hija es posible si ambas partes están dispuestas a examinar sus propias creencias y escucharse mutuamente. Es necesario que acepten los límites de la otra , valorar los aspectos positivos de su relación, aprender a perdonar y atreverse a reabrir el diálogo explorando posibles heridas.
Sin embargo, a veces, a pesar de la sinceridad en querer resolver los conflictos, pueden surgir dificultades. En tales casos, los expertos de Buencoco aconsejan buscar la ayuda de un especialista, especialmente cuando una de las personas involucradas no se siente cómoda en la relación y experimenta sufrimiento.
20 de enero-18 de febrero
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