Tener un hijo adolescente es un desafío constante. Discusiones , malas caras, portazos... A veces puedes sentir incluso que te odia pero en otras ocasiones, aunque nos cueste admitirlo, también somos nosotros quienes sentimos esa especie de odio o frustración ante las acciones de nuestro hijo.
«Los adolescentes están construyendo su propia identidad, y en muchos casos esto supone la contraposición al mundo adulto, junto a la búsqueda de referentes en amigos, personajes de redes sociales, actores o actrices...«, nos comenta la psicóloga Beatriz Galván , con la que ya hemos hablado en otras ocasiones sobre estos temas.
Esto puede hacer que nuestro hijo adolescente apoye las ideas y propuestas de sus amigos u otros referentes de su edad en contraposición a las nuestras, lo que puede generar discusiones. Y si esta situación se repite en el tiempo, puede ocasionar un mal clima familiar que desgaste la relación con tu hijo.
«Muchos padres y madres pueden experimentar sentimientos de frustración, rabia o resentimiento hacia sus hijos, lo que puede generar también culpa al conectar con estas emociones. Es importante mencionar que esto es algo que puede ocurrir en la relación y es normal que experimentes en algunos momentos estas emociones«, nos ha asegurado la experta.
Pero, ¿por qué puedes experimentar estos sentimientos de rabia o frustración en la relación con tu hijo? «Puede ser que te sientas cansado al llegar a casa, tras la jornada laboral, y esto suponga un impedimento para comunicarte de forma abierta y calmada con tu hijo. En otras ocasiones, puedes sentir frustración al ver que te falta tiempo para dedicar a aquello que realmente te gusta o por no poder influir en sus decisiones de la manera que quisieras«, nos comenta Galván.
La falta de comunicación, el comportamiento rebelde, las faltas de respeto, una toma de decisiones que consideramos inadecuada... son varias las razones que pueden hacer que sintamos rabia hacia nuestro hijo, sensación que se intensifica en momentos de estrés. Por tu bien y por el de tu hijo, es mejor afrontar estas emociones para aprender a gestionarlas.
«Sentir rabia es normal en ciertas situaciones, pero es importante gestionarla de manera adecuada para no dañar la relación con tu hijo«, nos comenta Beatriz Galván. Por eso, si experimentas estas emociones de manera frecuente, debes tomarlo como una señal de que hay aspectos a trabajar. Esto es lo que puedes hacer ante estas situaciones:
«Trata de organizarte para dedicar espacios en el día y durante la semana para cuidarte: hacer ejercicio físico, practicar relajación, caminar, leer, compartir un espacio para hablar con alguien cercano...«, nos aconseja la experta. Y es que, cuanto mejor nos sintamos con nosotros mismos, más paciencia tendremos para afrontar los pequeños baches en la relación con nuestro hijo.
«Cuando sientes rabia o frustración, observa: ¿qué notas? ¿Con qué te conecta? En ocasiones el enfado puede venir de asuntos que tienen que ver con nosotros mismos, con cómo gestionamos nuestras emociones o con cómo fuimos atendidos en nuestra infancia o adolescencia«, apunta Beatriz Galván.
«También puedes sentir frustración al ver que tu hijo no hace lo que tú quieres que haga. Comprende que está desarrollando su personalidad, que tiene derecho a tener sus propias ideas y a tomar sus decisiones, siempre dentro de unos límites y normas que debéis consensuar en conjunto«, concluye. No es fácil, pero tu hijo comienza a volar solo y debes ayudarle a emprender un camino, pero respetando que es una persona individual y que no va a hacer siempre lo que tú quieres que haga.
«Antes de reaccionar impulsivamente, tómate un momento para respirar hondo y reflexionar sobre la situación. Trata de mantener la calma y responder de manera racional en lugar de dejarte llevar por el enfado. Estando regulado, podrás comunicarte de forma abierta y conectando con tu hijo«, nos aconseja la experta.
No siempre es fácil ponerte en el lugar de tu hijo, puesto que nuestras motivaciones y emocionalidad cambian con el paso de los años. Es fácil dejarte llevar por la tentación de decir la típica frase «cuando seas mayor lo entenderás», pero ¿de verdad piensas que esto va a entenderlo un adolescente?
«Trata de ponerte en el lugar de tu hijo y entender sus motivaciones y emociones. La empatía puede ayudarte a ver las situaciones desde su perspectiva y encontrar maneras de lidiar con los conflictos de una manera más compasiva«, nos propone la experta.
«Habla con tu hijo sobre lo que te molesta y cómo podéis trabajar juntos para resolver los problemas. Escucha su punto de vista y trata de comprender sus sentimientos«, aconseja. Muchas veces, las conversaciones giran en torno a las emociones del adolescente, pero tú también las tienes y mostrarte humano y vulnerable ante él puede hacer que mejore vuestra relación.
«Si sientes que tus sentimientos de resentimiento o rabia hacia tu hijo adolescente son para tí muy intensos y/o difíciles de controlar, considera buscar el apoyo de un psicoterapeuta que pueda ayudarte a manejar estas emociones, para poder encontrarte mejor y potenciar una buena relación con tu hijo«, concluye Beatriz Galván. Gestionar nuestras emociones no siempre es fácil y no tienes por qué hacerlo todo sola.
«Recuerda que es normal sentir frustración o enfado hacia tu hijo adolescente en ciertas situaciones, pero es importante aprender a manejar estos sentimientos de una manera saludable para que podáis mantener una relación positiva y constructiva«, nos asegura la experta.
20 de enero-18 de febrero
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