FELICIDAD
FELICIDAD
Hay quien piensa que ser feliz implica tener mucho dinero, hacer grandes viajes o ser socialmente reconocido. Todo ello implica unas exigencias que no siempre se consiguen, lo que puede llevarte a la frustración en lugar de a la felicidad. Por eso la forma japonesa de entender la felicidad es mucho más beneficiosa para la salud mental.
«En Japón, la felicidad no es una experiencia privada y tampoco es un objetivo. El objetivo es la aceptación«, explica el psicólogo Scott Haas en su libro Por qué ser feliz?. Esa aceptación es lo que ellos llaman el ukeireru y trata de aceptarse uno mismo y aceptar las cosas que ocurren como la clave para tener una vida feliz.
Según afirman en Japón, el ukeireru describe lo que pasa cuando te pones de lado frente al viento o en la corriente de un río para que no te dé tan fuerte. Es el aceptar las cosas como vienen e intentar que te afecten lo menos posible. Es cuando nos damos a los demás y cuando mostramos gratitud, tanto a los otros como hacia nosotros mismos.
Aunque signifique aceptar la realidad, no quiere decir que seas sumiso o cedas siempre. Es entender que cada uno de nosotros estamos definidos también por los que nos rodean. Es admitir la realidad y dar forma a contextos que amplíen la perspectiva estrecha, limitada y agotadora del yo.
En occidente el individuo tiene más autoridad que el grupo, lo que muchas veces es un abono para la infelicidad, porque como individuo no siempre logras llegar a la cima. En Japón es el grupo el que establece quién eres por encima del yo, e incluso el líder se disculpa por encabezar el grupo.
Aunque sea una filosofía extendida en japón, no es necesario ser japonés para empezar a practicar este método. Es suficiente con que intentes alcanzar un nivel de aceptación de ti mismo y de todo lo que te rodea. ¿Y cómo se llega a alcanzar este nivel de aceptación? Mediante los tres pasos del ukeireru:
1. Aprecia el tiempo: el psicólogo Scott Haas aconseja disfrutar de los pequeños momentos del día a día. Algo tan pueril y habitual como comer o beber, pero haciéndolo de manera consciente y relajada. Disfrutar de una buena siesta o de un simple paseo por la naturaleza.
2. Aprecia al otro: en contra del individualismo imperante en occidente, el ukeireru anima a ser respetuoso con los demás, reconociendo que la felicidad de uno mismo no importa menos que la de toda la comunidad. Eso implica trabajar la empatía, teniendo en cuenta los sentimientos del resto y no solo los propios.
3. Ten paciencia: tener paciencia pasa por saber estar en silencio. Y es que el silencio significa muchas cosas, como por ejemplo, saber escuchar a los demás y no solo querer exponer tus puntos de vista. Te hace reconocer a los otros. «Saber que no estoy solo disminuye mi estrés», asegura Haas.