Descubre qué le pasa a tu cuerpo cuando tienes un orgasmo

Explicar qué se siente cuando se tiene un orgasmo es muy difícil. Es tal el terremoto de sensaciones que experimenta el cuerpo que no existe una única forma de definirlo.

Cada mujer es diferente y también lo son los orgasmos. Hay algunas mujeres que llegan al orgasmo fácilmente (incluso varias veces), otras a las que les resulta más complicado y hay quienes necesitan muchos preliminares para poder alcanzar el clímax.

Seas cómo seas, y sean cómo sean tus orgasmos el objetivo es poder experimentar ese intenso placer que te recorre todo el cuerpo y que te hace hasta temblar. Pero, ¿quieres saber qué es lo que le pasa exactamente al cuerpo cuando tienes un orgasmo?

Cuando estamos sexualmente excitadas las mujeres segregamos un lubricante natural que facilita la penetración y hace que el coito sea más satisfactorio. Además, los labios vaginales se aplanan, se abren y el interior de la vagina se alarga y se ensancha. Esto se debe a que, durante el sexo, la sangre se concentra en el área pélvica dando sensación de calor en la zona. ¡La temperatura sube (y no es un decir)!

Cuando se llega al orgasmo nuestro cuerpo sufre una serie de contracciones rítmicas en la vagina, útero y ano que pueden llegarse a repetir entre 3 y 15 veces dependiendo de la intensidad.

Cuanto más aumenta la excitación los efectos anteriores son más notorios. Sin embargo, el clítoris se contrae reduciendo su tamaño un 50% justo antes de llegar al clímax. Se podría decir que es como si cogiera impulso porque, una vez alcanzas el orgasmo, el clítoris aumenta su tamaño.

La piel es también muy sensible por lo que no es extraño que sufra cambios y alteraciones cuando llegamos al clímax. Por un lado, al llegar al orgasmo el corazón se acelera y bombea más sangre por lo que la piel tiende a enrojecerse.

Además, los cambios en la piel también se notan después del coito ya que suele estar más luminosa con un aspecto más radiante.

Cuando se alcanza el orgasmo los pechos se hinchan ligeramente y los pezones se endurecen y se ponen erectos. Nada exagerado y poco duradero ya que desaparece junto con el orgasmo. Y en cuanto a las pupilas, estas se dilatan por la activación radical del sistema nervioso simpático que controla las reacciones y reflejos más profundos.

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