Meritxell Juvé: «En los últimos cinco años, en España ha habido un cambio abismal en cuanto a la presencia de la mujer en el mundo del vino»

La CEO del sector del vino más joven de España nos cuenta en esta entrevista que confía el futuro de la centenaria bodega Juvé & Camps en la viticultura no intervencionista y la internacionalización de cavas de gama alta que se diferencien del resto.

Guadalupe Rodríguez

Pasión (por la gastronomía, los viajes, su casa y su gente) y formación se entrelazan en Meritxell Juvé, consejera delegada de J&C Prime Brands, grupo que engloba la bodega de cavas y vinos del Penedès Juvé & Camps, la marca de vinos tranquilos Propietat d'Espiells, la bodega de Ribera del Duero Pagos de Anguix y la distribuidora de vinos Primeras Marcas. «He vivido desde siempre la pasión que mi familia ha tenido por el mundo vitivinícola y siempre he tenido claro que, si había posibilidad, formaría parte de este proyecto y seguiría el legado familiar».

Este legado, urdido por cuatro generaciones, se remonta a 1921 cuando sus bisabuelos Joan Juvé Baqués y Teresa Camps fundaron la bodega Juvé & Camps, aunque su familia ha estado ligada a la vinicultura desde 1796. Para ponerse al frente de su herencia, y convertirse a sus 38 años en la directiva más joven del sector en España, se formó en Administración y Dirección de Empresas en ESADE, y en Publicidad y Relaciones Públicas en la UOC, y cursó un Máster de Viticultura, Enología y Marketing del Vino.

Al igual que otras empresas de carácter familiar, las mujeres formaron siempre parte de Juvé & Camps, pero nunca hasta ahora estuvieron en primera línea. El nombramiento de Meritxell Juvé, que lleva diez años ocupándose de diferentes departamentos dentro de la empresa, coincide con una renovación generalizada del sector del vino en España.

La CEO asegura: «En los últimos cinco años, en España ha habido un cambio abismal en cuanto a la presencia de la mujer en el mundo del vino, ya no solo como directivas, sino en todas las áreas y ámbitos de las compañías. Las mujeres se han especializado e interesado mucho más por el sector y los equipos se van equilibrando mucho más. En el panorama internacional, la presencia femenina no era tan minoritaria porque suelen ser compañías de creación más reciente».

Retos de liderar una bodega centenaria

Cuando se asume el desafío de liderar el futuro de una empresa centenaria, el equilibrio entre conservar la herencia e incorporar innovaciones para seguir desarrollándose se convierte en uno de los primeros objetivos a lograr. «No es fácil innovar en cualquier empresa, y más siendo una casa centenaria como la nuestra, con tanto arraigo a la tradición. Sin embargo, somos muy conscientes de la necesidad de adaptación que el mercado requiere, por lo que apostamos por ello y avanzamos, manteniéndonos siempre fieles a nuestra esencia, raíces y valores», reconoce Meritxell Juvé.

«El mayor reto es continuar ofreciendo lo que el cliente necesita, un producto de máxima calidad, espumosos excelentes con identidad propia y que se diferencien del resto», añade la directiva, que ha apostado por dar continuidad a la línea de elaboración de cavas de gama altas y largas crianzas, en las que la bodega es pionera. «Asimismo, la internacionalización, el I+D+i y la sostenibilidad son otros retos en la hoja de ruta que hay que seguir reforzando».

Ante ella se presentan años complicados para la viticultura debido a incidencia del cambio climático en los viñedos, sobre todo en una bodega de producción ecológica como esta. Para intentar paliar esta dificultad, ha realizado un completo estudio de los suelos de cada parcela para lograr el mayor rendimiento y la mejor materia prima de cada una de ellas.

Meritxell Juvé defiende la viticultura no intervencionista y la naturalización del viñedo, que consiste en dedicar solo 270 de las 450 hectáreas de terreno de Juvé & Camps al cultivo de la vid. El resto corresponde mayoritariamente a bosque mediterráneo tradicional, un ecosistema lleno de vida que transmite su carácter al viñedo, a la vez que lo protege y ampara.

«Es necesario trabajar el viñedo de una forma lo más respetuosa posible con el entorno, promoviendo el equilibrio de la cadena trófica, que garantizará unos viñedos más sanos y equilibrados. Minimizamos la intervención humana e intentamos corregir sus efectos, sin olvidar nunca nuestro objetivo: el cultivo de la vid para obtener unas uvas extraordinarias cada año», aboga. Y concluye: «Me encanta mi trabajo y me considero una privilegiada por poder hacer lo que hago».