Two white-collar workers exchange pounds for light bulbs.
Ha llegado esa época del año en la que, inevitablemente, nos llenamos de buenas intenciones : volver al gimnasio, retomar la dieta, leer más, llamar más a tu madre... Cualquier propósito noble vale. La mayoría tienen que ver con asuntos que posponemos o dejamos a medias, que nos cuestan un esfuerzo añadido o que suman a la carga mental . O cosas que, directamente, nos producen una pereza insondable . Sin embargo, cuando se trata de dinero y finanzas personales, procrastinar puede tener un coste que, probablemente, no puedas permitirte.
Así que, si a estas alturas de la película te encuentras sin propósito de año nuevo, no hace falta que sigas buscando: consolidar una buena rutina financiera puede cambiar la manera en la que te relacionas con el dinero . Y eso no tiene precio.
Media hora a la semana
Además, tampoco es un ejercicio tan exigente. Necesitas un poco de disciplina (la cantidad depende de tu aversión a gestionar los asuntos económicos ) y 30 minutos de tu tiempo. A la semana. Sí, media hora es más que suficiente para consolidar una rutina básica si no eres una inversora de altos vueltos y lo que buscas es garantizar tu bienestar financiero . Además, piensa que controlar tus finanzas siempre resulta empoderador y puede evitarte bastantes disgustos. Lo más importante es la consistencia .
¿Lo primero? Revisar el extracto de tu cuenta corriente . Quienes lo hacen a diario a través de la app de su entidad financiera apenas necesitan unos segundos para monitorizar los gastos , estar atentos a posibles transacciones fraudulentas o identificar patrones de gasto o hábitos de compra a mejorar. Si lo haces una vez a la semana, 10 minutos deberían ser más que suficiente.
Dedica 5 minutos a pagar tus facturas . Aunque si tienes domiciliados gastos como la hipoteca , los seguros, internet o las facturas energéticas , quizá ni si quiera las necesites. Si es el caso, aprovecha para revisar que los importes y los conceptos son correctos.
Los siguientes 10 minutos puedes utilizarlos para revisar tu presupuesto mensual (si no tienes una hoja de cálculo para llevar el balance de gastos e ingresos ya estás tardando) para identificar patrones de gasto o partidas que están sobredimensionadas o en las que podrías ahorrar (o gastar) un poco más.
Objetivos financieros
Por último, dedica 5 minutos a repasar (aunque sea mentalmente) tus objetivos financieros: si estás ahorrando para la entrada de un piso, quieres pagar una deuda antes de que termine el año o planeas unas grandes vacaciones en verano. Y si no sabes cuáles son tusobjetivos financieros, dedica esos minutos a ponerlos negro sobre blanco . No estamos hablando de un informe, sino de una pequeña 'check list' sobre tu futuro financiero. Deben ser objetivos específicos, razonables, relevantes y medibles.
A partir de aquí, tienes dos opciones: condensar esa media hora en un solo día (el viernes, por ejemplo) o emplearla en micro tareas a lo largo de la semana. De cualquiera de las dos maneras, estarás consolidando un buen hábito . Y recuerda: no seas inflexible. Revisa tu nueva rutina y ajústala. No es lo mismo el invierno que el verano, o la Navidad que el mes de abril. Quizá hayas sido demasiado ambiciosa. O demasiado poco. Ya sabes: ensayo, error y... ¡Feliz año nuevo!