Anne Hathaway en los SAG 2024. /
Después del Óscar en 2013 por Los miserables, Anne Hathaway (Brooklyn, 1982) tuvo un bache profesional que cristalizó en un hashtag: #Hathahate. La palabra concentraba todo la inquina en redes volcada hacia la actriz por ser demasiado perfecta , en palabras de sus haters. Una década después, aquella oleada de repulsión remitía y hoy vuelve a contar con el respaldo de crítica y público.
«La gente que siente tanto odio y tiene el hábito de expresarlo en internet va a seguir haciéndolo –reconoce la intérprete–. Del mismo modo que los que tienen la costumbre de ser amables lo son de forma natural. Todo depende de lo que cultives en la vida. Las redes sociales me ponen un poco nerviosa. Me encanta cuando me educan, cuando me entretienen e iluminan, pero limito mis interacciones. Prefiero leer libros como La idea de tenerte».
La publicación a la que se refiere es el debut literario de Robinne Lee, una fanfiction que se hizo viral porque se basa, en parte, en la etapa de Harry Styles en el grupo One Direction. El próximo 2 de mayo se estrena en Prime Video su adaptación al cine, protagonizada por Hathaway junto a la estrella emergente Nicholas Galitzine.
En la comedia romántica dan vida a una pareja a la que separa una quincena de años de diferencia. «Me gusta que esta película cuestione las razones que llevan a la gente a morderse la lengua cuando reparan en una relación entre un hombre y una chica joven, y en cambio se sienten muy libres de opinar cuando la mujer es la mayor», señala.
'La idea de tenerte' es una película sensual, con una innegable química entre sus protagonistas, que explora los perniciosos efectos secundarios de la fama, el deseo femenino y la invisibilización de las mujeres a partir de los 40.
La actriz rodó la escena en la que su personaje celebra su entrada en esa década un día después de hacerlo ella misma en la vida real. «Todos me insisten en que es un acontecimiento importante, pero yo no lo considero como un hito. Lo que sí te puedo decir es que ahora siento la vida como algo más real y tengo como prioridad disfrutarla».
La protagonista de El diablo viste de Prada lleva casada nueve años con el padre de sus dos hijos, Adam Shulman. Asegura que la base para una relación duradera es «el sentido del humor y estar ahí para tu compañero, ofrecer tu confianza y tu apoyo a esa persona y que la respuesta sea recíproca. Ser honesta, amable y creer en su mejor versión».