El diseñador asturiano Arturo Obegero se está convirtiendo en el diseñador de las celebrities. / / CORTESÍA

arturo obegero

El diseñador asturiano que no conoces pero viste a Lady Gaga y Beyoncé: «Todo lo consigo yo solo, mandando mensajes a todos los estilistas y siendo muy pesado»

Arturo Obegero ha conseguido vestir a Lady Gaga de rojo y encaje. «Embrujarla», más bien. Antes lo hizo con Adele o Beyoncé. No se pone límites. De hecho, sueña con ser el primer director creativo español de Balenciaga. Nos lo ha contado desde París.

Arturo Obegero (Tapia de Casariego, Asturias, 1993) lo ha vuelto a hacer. Esta vez ha conseguido que Lady Gaga, nada más y nada menos, haya lucido uno de sus diseños. Fue en el último Saturday Night Live de la cadena norteamericana NBC, precisamente cuando el popular programa está de celebración por su cincuenta aniversario. Antes se había coronado de laurel al vestir a Beyoncé, Adele o Harry Styles. Y a la nominada Aixa Villagrán en los últimos Goya.

Obegero tiene hechuras muy lorquianas. Él no es un poeta de Granada en Nueva York, pero sí un diseñador asturiano en París. Lo de Lorca lo decimos por el rojo de los claveles y el dramatismo de los encajes. Algo que nunca falta en su pequeño atelier. Y justo lo que añadió pasión a la ya de por sí apasionada Lady Gaga.

El look, que luego la artista modificó, lo forman un top de guantes con cristales bordados en las yemas de los dedos, confeccionado en encaje elástico, y un pantalón de pinzas holgado con corsé desmontable en lana y encaje. Para rematar, un tocado muy Obegero: inspirado en la peineta española y hecho a mano en moiré rojo y rejilla. Ambas prendas son parte de su colección El amor brujo, que presentó en la Semana de la Moda de París el pasado verano. Era un homenaje a Manuel de Falla por la música (1925) y a Carlos Saura por la película (1986). En las entretelas de sus trajes suenan también canciones de fuego fatuo y amor dolido, y campanas al amanecer. Poniéndole sur a su norte.

Hemos hablado con Arturo Obegero sobre cómo es su vida en París, cómo se está abriendo paso en el mundo de la moda y cómo consigue colarse en el armario de las celebrities. Todo ello prácticamente en solitario, sin apenas recursos y sin ningún contacto. Claro que siempre le gustó la moda, le volvían loco los desfiles de McQueen, remató su formación en la londinense Central Saint Martins y se curtió en Lanvin. Por eso no extraña que sueñe con ser el primer español director creativo de Balenciaga, después, por supuesto, del ilustre de Guetaria.

MUJER HOY. ¿Qué ha sentido al ver a Lady Gaga lucir uno de sus diseños en el Saturday Night Live?

ARTURO OBEGERO. La verdad es que estoy muy contento, muy orgulloso. Yo crecí con Lady Gaga. Ella es una de las razones, junto con Alexander McQueen, por las que decidí dedicarme a la moda. Me acuerdo de tener unos 15 años y estar viendo las colaboraciones para la colección Plato's Atlantis, por ejemplo. Fueron momentos icónicos en mi vida. Así que estoy muy satisfecho. Y espero que dentro de poco podamos hacerle un look a medida y perfecto para ella.

Lady Gaga con el diseño de Arturo Obegero. /

¿Lo considera un paso más en su carrera?

Obviamente, sí. Viniendo de Tapia de Casariego con una mano delante y otra detrás, sin dinero, sin contactos, sin recursos, sin prácticamente nada, ir consiguiendo poco a poco estos objetivos es una pasada. Encima Lady Gaga, que la amo, la sigo y la seguiré toda mi vida, pues yo encantado.

Todo apunta a que sus creaciones son muy del gusto de la divas y divos de la música. ¿Lo suyo es el mundo del espectáculo?

La verdad es que el mundo de la alfombra roja, del espectáculo, de la alta costura, incluso de las novias, es algo que encaja más con mi firma porque mis diseños tienen un toque muy dramático. Lo llamo minimal drama. Son diseños muy limpios y minimalistas, pero a la vez superdramáticos. Por eso pienso que tienen más que ver con esta parte de la moda.

Las celebrities a las que ha vestido Arturo Obegero

¿Cómo consigue que los famosos se pongan sus diseños?

Siendo un pesado. No tengo relaciones públicas ni agencia de prensa porque no me lo puedo permitir. Lo hago todo yo solo, y es muy complicado porque estás compitiendo con gente que tiene todos los contactos, todas las listas y todos los teléfonos. Mi madre me ha dicho siempre que yo entro por una pared. Y en este caso sabía que Lady Gaga iba a actuar en el Saturday Night Live porque lo habían anunciado. Entonces me puse a escribir por Instagram a todos los estilistas, a mandarles emails, a contactarles por LinkedIn. O sea, hasta que alguien respondiera. Tengo claro que las cosas no vienen a mí normalmente, las tengo que buscar. Entonces, a por todas.

Aparte de Lady Gaga, Adele, Beyoncé y Harry Styles, ¿quién más ha lucido diseños de Arturo Obegero?

Vestí a Solange, la hermana de Beyoncé, que es una cantante que me encanta. También a Carla Bruni y a Pamela Anderson. A Tamino y a Róisín Murphy, otros artistas que me gustan mucho. En los Goya, a Aixa Villagrán, que estaba nominada a mejor actriz de reparto por La virgen roja, y a Eva Amaral. A Roy Wang, un cantante muy famoso en China, le hicimos un traje a medida muy guay. Estos son los que me vienen ahora mismo a la cabeza.

El diseño de Arturo Obegero es realmente muy Lady Gaga. /

¿Qué hace un asturiano en París? 

Sobrevivir y luchar día a día para que la gente me conozca, para que descubran mi trabajo y para poder conseguir oportunidades. Porque, como te comentaba, yo vengo de un pueblo de cuatro gatos en Asturias, que es maravilloso, pero a nivel de moda no hay nada. Llego aquí con mi porfolio a buscarme la vida y es muy difícil. Una cosa es lo que se ve en Instagram y otra es la realidad.

¿Cómo se llevan el chic francés y el encanto astur?

Yo es que de francés tengo poco. Yo soy muy asturiano, muy tapiego, muy español, y lo que quiero es demostrarles que da igual del pueblo que vengas, los contactos que tengas o no tengas, o lo rica o no rica que sea tu familia, que puedes conseguir tus objetivos luchando. Y luego algo que me gusta mucho de ser asturiano y de venir de pueblo, de una familia normal, es que yo tengo claro que a mí nunca se me va a subir a la cabeza. Sé de dónde vengo, sé quiénes son mis amigos, sé lo que es una amistad de verdad... Ser de pueblo te hace tener los pies en el suelo y te hace ver las cosas de otra forma totalmente distinta. Entonces, no puedo estar más orgulloso de ser de Tapias y de ser de Asturias.

Un máster en Londres y pasión por el flamenco

¿Cuándo se cruzó en su vida El amor brujo?

Me acuerdo que en 2015-2016, cuando empecé el máster en Londres, me puse a investigar más el trabajo de Carlos Saura y encontré la película. Ya conocía las composiciones de Manuel de Falla, pero nunca había visto El amor brujo de Saura. Y cuando la vi, me marcó. Fue de las personas que hizo que me enamorase del flamenco y de esa parte de la cultura española. Me demostró que se podía mostrar el flamenco de una forma moderna, internacional y limpia. Además, con Antonio Gades, que es uno de mis musos. Desde aquel momento lo tengo en mi mente y le doy vueltas. Esta colección, la décima ya, era la ocasión perfecta para dar rienda suelta a esta inspiración.

¿De dónde le viene la pasión por el flamenco y la danza?

A mí siempre me ha encantado bailar, actuar, lo que es la performance. De pequeños, en mi pueblo, mis amigos y yo creábamos coreografías y bailábamos todos los veranos cuando era la feria de Campomar. Luego quedábamos siempre para ver musicales o escuchar música juntos. La música y el baile son muy importantes en mi vida y forman parte de mis inspiraciones. Para mí, la música y la moda, o la performance y la moda, van de la mano. Las veo como un campo artístico incluso, más que por separado.

¿Qué le evocan los nombres de Balenciaga y Alexander McQueen?

Genios, inspiración, objetivos, ambición. Eso es a lo que aspiro y eso es lo que me inspira.

¿Lo que está viviendo en París lo podría vivir en Milán? ¿Qué le aporta la ciudad del Sena?

Yo ahora llevo en París siete años, pero si me surge una oportunidad laboral en Milán, Nueva York, Amberes, donde sea, yo encantado de probar. Sí que he de decir que, después de mi paso por Lanvin, mi inspiración, mis colecciones y mi estética han cambiado mucho. Todo es más romántico. Trabajo con telas mucho más ricas y opulentas, como encajes y bordados, y también con más colores. Todo eso me viene de cuando trabajaba allí, de que nos pasábamos el día investigando las prendas de Jeanne Lanvin, que eran muy ricas en cuanto a materiales y texturas. Además, el vivir en París, simplemente el caminar por la ciudad, ver los edificios, ver todo en general, quieras o no, se introduce en tu inspiración diaria.

El look completo que Arturo Obegero le hizo llegar a Lady Gaga. /

¿Qué es la moda? ¿Cómo la concibe?

La moda está cambiando mucho, pero para mí es una forma de expresión artística que te permite contar historias únicas con las que emocionar a la gente y hacer que sienta cosas, que al final del día es lo que quieres con este trabajo. A los 15 años yo estaba como loco aguardando el desfile de McQueen en casa. Ahora espero poder crear en algún momento esa sensación en la gente joven o en los que me siguen, porque la ropa no solo es la foto de Instagram. Es muchísimo más. Con la moda puedes llegar a inspirar a los demás y hacerles sentir a gusto en su piel, que es algo increíble.

Cómo es el proceso creativo de un joven diseñador

¿Rojo y negro definen a Arturo Obegero?

Rojo, negro y blanco son colores con los que siempre trabajo y creo que identifican mucho a la marca. Son literarios, poéticos, dramáticos, y me ayudan a centrarme en uno de mis fuertes principales que es la silueta. También son colores que son superespañoles y muy ligados a nuestra liturgia y dramaturgia. Pueden ser extremadamente románticos y poéticos, y a la vez extremadamente severos e incluso agresivos. Esa dualidad y ese contraste entre ambos mundos es lo que busco.

¿Cómo es su proceso creativo?

Cambia mucho dependiendo de la colección. Normalmente siempre empieza con un par de imágenes que me dan la inspiración principal y, a partir de ahí, ya voy construyendo el universo o la esencia que quiero que la colección tenga. Trabajo mucho con fotos, con imágenes, y siempre intento crear una playlist con cada colección porque la música me inspira, me ayuda a crear la atmósfera. Y luego me pongo a dibujar directamente mirando las imágenes o hago collages, o escribo palabras que quiero que se trasladen a la colección o que me ayuden a configurarla. Además, hago mucha investigación de moda para buscar prendas antiguas, detalles, etc.

Y mientras estoy haciendo el patronaje, es cuando me vienen la mayoría de las ideas, porque cuando te pones a construir la prenda en 3D, ya ves qué puede funcionar, qué no, cómo lo puedes mejorar. Ese es el mejor momento, cuando más creo, cuando estoy cien por cien concentrado en eso y la inspiración me llega más potente.

¿En qué está trabajando ahora?

Ahora mismo en buscar sponsors para las siguientes colecciones y proyectos que tengo en mente. Estoy dibujando mucho para muchos artistas. Tengo varias cosas entre manos, pero no me gusta confirmar nada antes de que esté ya hecho y puesto porque nunca se sabe. Pero, bueno, espero que vengan más y más oportunidades porque por ganas de trabajar no va a ser.

Cinco años de su firma y diez colecciones, ¿en qué punto se encuentra?

La vida no es lo que se ve en Instagram. Una cosa es vestir a Beyoncé, Adele o Harry Styles, que es maravilloso, o desfilar en París, que es increíble, y otra el día a día cuando no tienes un duro, vienes de un sitio sin conexiones y estás a diario luchando para hacerte ver. Pero oportunidades como esta de alguien que admiro como Lady Gaga, que cree en mí y se pone mi ropa, me dan un empujón y las ganas de continuar.

¿Hasta dónde piensa llegar?

Mi objetivo es convertirme en director creativo de una maison con herencia. Siempre dije, lo digo y lo diré que me encantaría ser el primer español director creativo de Balenciaga, después de Cristóbal. Pero esta es una industria que cambia diariamente y en la que, tristemente, valores que antes eran importantes se están dejando ir. Todo se está convirtiendo en llamar la atención por cinco minutos y desaparecer, que es algo que a mí no me interesa.