Beatriz Álvarez, presidenta de la Liga F. / liga f

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Beatriz Álvarez, presidenta de la Liga F: «Nada de lo que pasó en el Mundial me sorprendió. Yo lo había sufrido en primera persona»

Sus dos años al frente de la Liga F han sido una auténtica carrera de obstáculos. A pesar de todo, Beatriz Álvarez es optimista y aspira a convertir la liga femenina de fútbol en una competición que llene estadios en menos de diez años. Hablamos con ella.

Beatriz Álvarez, la presidenta de la Liga F, está de gira. Lleva semanas visitando los vestuarios de todos los clubs de la competición para hablar personalmente con las jugadoras. «Está siendo muy positivo. Muchas veces no tienen toda la información que necesitan para construir su criterio. Les contamos cuál es la situación, hacia dónde vamos, cuáles son los retos…», explica.

Álvarez lleva toda la vida vinculada al mundo del fútbol. «El flechazo empezó en el colegio. Paco, el profesor de Educación Física, organizaba recreos activos y lo hacía de forma súper inclusiva. Muchas niñas jugábamos al fútbol en mi colegio», recuerda. También era socia del Real Oviedo y solía ir al campo con su padre. Futbolista en el Oviedo Moderno hasta los 22 años, siempre tuvo curiosidad por saber cómo funcionaba un club por dentro. «Y si había que hacer una entrevista o ir a un colegio, yo siempre estaba dispuesta», recuerda.

Pero entonces, pensar que el fútbol femenino podía llegar a ser profesional era poco menos que una quimera. «Ni se me pasaba por la cabeza. Estábamos muy lejos. Muchas niñas no tenían apoyo familiar, no había campos, nos daban los peores horarios y ni siquiera teníamos equipación. El fútbol femenino era prácticamente invisible», explica.

Pese a todo, terminó poniendo en marcha una escuela de fútbol mientras preparaba oposiciones como trabajadora social. Hasta que, en 2019, recibió una llamada inesperada desde el gobierno autonómico ofreciéndole convertirse en la nueva directora general de Deportes del Principado de Asturias. Fue una sorpresa mayúscula porque nunca había tenido ninguna vinculación política. «Alguien se fijó en mi perfil y pensó en mí. Y el proyecto me ilusionó». El puesto se convirtió en su trampolín para tomar las riendas de la liga profesional femenina en 2022.

Dos años al frente de la Liga F

Álvarez acaba de cumplir dos años al frente de la Liga F. No ha sido, desde luego, una etapa sencilla de gestionar. «Sabía que me iba a encontrar trabas y dificultades, pero no podía imaginar las constantes zancadillas, sobre todo por parte de la federación. La resiliencia que siempre ha demostrado el fútbol femenino nos ha dado esa capacidad de adaptarnos a cualquier situación», apunta.

Ahora, su prioridad es construir una competición más atractiva en lo deportivo y más sostenible en lo económico, algo que pasa por generar más recursos y profesionalizar las estructuras, pero también por inspirar a las nuevas generaciones y naturalizar la práctica del fútbol entre las niñas.

Álvarez asumió la presidencia de la Liga F en 2022. / liga f

Otra de sus misiones a medio plazo es mejorar las audiencias y los números de asistencia a los estadios. Y para eso, la Liga F cuenta con una baza diferencial. «Los seguidores del fútbol femenino son muy diferentes. Y eso se percibe en las gradas. Cuando, por ejemplo, hay un derbi entre el Betis y el Sevilla, el ambiente es familiar y saludable. No es un partido de alto riesgo, como ocurre en la liga masculina».

Aunque ha sido un camino plagado de obstáculos, Álvarez prefiere poner en valor lo que se ha conseguido hasta ahora. «A día de hoy, todas las jugadoras de la liga son profesionales y se dedican en exclusiva al fútbol, cosa que no ocurre en el resto de deportes. Somos pioneras. A partir de ahí, la comparación con el fútbol masculino nos hace mucho daño». Se refiere, fundamentalmente, a los salarios, un tema particularmente espinoso.

«No se trata de una brecha salarial, somos dos industrias totalmente diferentes. Ya no reclamamos la igualdad salarial porque hemos interiorizado eso. Creo que el espíritu reivindicativo del fútbol femenino cada vez tiene un enfoque más positivo. Hemos abandonado ya el discurso de la discriminación porque sabemos que el camino debe ser otro»:

Para la Liga F, en realidad, las referencias están en otra parte. Por ejemplo, en la liga femenina inglesa. O, incluso, la estaounidense. «Aún nos falta mucho para compararnos: en mentalidad, en apoyo institucional… Nos llevan muchos años de ventaja. Las cosas no se construyen de repente. No hay una varita mágica. Tenemos que ser ambiciosas y pacientes a la vez».

El Mundial de la polémica

Nueve meses después de la victoria en el Mundial, y de la tormenta que se desató a continuación, Álvarez tiene claro que todo lo que ocurrió alrededor del 'Caso Rubiales' se recordará como un punto de inflexión decisivo para el fútbol femenino en España. «Hubo momentos surrealistas y delirantes, pero a pesar de lo desagradable que fue todo, hemos ganado mucho más que un Mundial. Se han provocado cambios necesarios y se ha demostrado qué tipo de personas estaban gestionando la federación».

Ella lo sabía perfectamente. «Nada de lo que pasó me sorprendió en absoluto. Yo había sufrido muchas de esas cosas en primera persona. Pero entonces, los que denunciábamos éramos unos locos. El clientelismo, las amenazas, las coacciones, el 'o conmigo o contra mí'...», explica.

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¿Cómo es ahora la relación con la federación? «Estamos en un momento de paz: no nos atacan y nos dejan trabajar. Pero aún no hay cambios profundos. No han demostrado nada con el fútbol profesional femenino. Parece que hay buena voluntad, pero no confío ni creo ciegamente en las personas que lo gestionan. Las cosas se demuestran con hechos», apunta.

La presidenta de la liga profesional femenina tiene claro que esta generación de jugadoras será recordada por haber provocado un cambio profundo. «A veces, cuando hablo con las veteranas, me dicen: '¿De qué se quejan? ¡Tienen un salario mínimo…!' Pero yo les contesto que quedan muchísimas cosas por hacer. A las jugadoras jóvenes, suelo decirles: 'Las cosas que estáis viviendo ahora son para las niñas de mañana. Algunas, las vais a vivir vosotras; otras, las vivirán ellas'. Tenemos que intentar dejar un legado», reflexiona.

Cuando piensa en el futuro, Álvarez es todo optimismo. ¿Dónde visualiza la liga femenina dentro de una década? «Ojalá llene estadios, hayamos logrado consolidar la marca, los clubes sean económicamente sostenibles y las condiciones de las jugadoras sean mejores. Si hemos llegado hasta aquí a pesar de todo, de qué no seremos capaces. Ahora soñar es mucho más fácil».

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