«Si te fijas, cada vez más actores terminan al otro lado de la cámara». A Eva Pardavila, directora de la escuela de creación actoral MADS, le sobran los ejemplos. Habla de Los Javis , claro. Pero también de Phoebe Waller-Bridge , creadora de Fleabag. O de Ana Rujas : «Solo le ofrecían papeles de chica monísima y ella quería hacer otra cosa. Y tuvo que crear el papel que buscaba. Así es como escribió Cardo». Los actores, dice Pardavilla, ya no son solamente intérpretes, sino productores, directores o guionistas en potencia. De esa reflexión nació MADS (Madrid Audiovisual Drama School) que abrió sus puertas en 2022 y que está cambiando la forma en la que se enseña interpretación en España. Tanto en el fondo como en la forma.
«Yo que siempre me he dedicado a producir, me empeñé mucho en que los alumnos, además de interpretación, aprendieran un poco a escribir, a dirigir, a producir…». Pardavila ha hecho y ha sido de todo en la industria audiovisual española: fue directora de Universal Studios Networks para España y Portugal, ha dirigido productoras en Madrid y Miami, ha producido series, documentales, programas de televisión… «En ese camino conocí a Eva y Yolanda», cuenta.
Se refiere a Eva Leira y Yolanda Serrano, las famosas directoras de casting que además de trabajar con todos los grandes cineastas de la industria nacional −desde Pedro Almodóvar y Alejandro Amenábar a Daniel Sánchez Arévalo o Los Javis− también han colaborado con directores como Alejandro González Iñárritu, Steven Soderbergh o Ken Loach. De hecho, son miembros de la Academia de Cine de Hollywood. Ellas, junto a Pardavila, pusieron la semilla del proyecto, pero sobre todo su filosofía.
MADS, explica su directora, pretende ofrecer un enfoque alternativo a la manera en la que, tradicionalmente, se ha enseñado interpretación en nuestro país. «Por un lado está la RESAD, que es una universidad maravillosa, pero está más orientada al teatro. Para series y cine necesitas una formación distinta. Hay muchas escuelas privadas muy conocidas que nacieron en los años 80 y que están muy basadas en la introspección, en el análisis psicológico… La nuestra es una escuela libre de sufrimiento. En general, pensamos que todo lo que se puede enseñar con técnica: a respirar, a llorar, a cantar… También teníamos claro que no queríamos que fuera una escuela de gurús», explica.
Para Pardavila tener una formación integral también es fundamental para que los actores entiendan mejor el ecosistema en el que se mueven y para que sepan comunicarse con un guionista o un director y hacer propuestas solventes. También es una herramienta útil para lidiar con la inestabilidad del sector. «En esta profesión hay momentos de más trabajo y otros de menos. Y en los momentos de menos trabajo no queremos que se pongan a trabajar de dependientes en Zara. Queremos que tengan recursos suficientes para escribir monólogos, preparar una webserie, hacer microteatro…», explica.
A diferencia de otras escuelas, MADS permite que sus alumnos compatibilicen las clases con el trabajo, si por ejemplo consiguen un papel en una película o una serie. «De hecho, les ayudamos a preparar los castings y nos adaptamos para que sus clases no coincidan con los rodajes… En ningún sitio se aprende tanto como en un rodaje. No hay ninguna razón para que no puedan ir».
A la escuela, que requiere una prueba de acceso, llegan todo tipo de perfiles: desde estudiantes anónimos con una gran vocación por el teatro a actores de musical, pero también modelos o influencers conocidos dispuestos a desarrollar una nueva faceta artística. Reconoce que a muchos les faltan dos cosas fundamentales: disciplina y perseverancia. «Hacemos hincapié en lo importante que es ser disciplinado y en que si un día son famosos, no pueden hacer esperar al coche de producción y retrasar un rodaje. Otra cosa habitual es que la mayoría tiene demasiada prisa por llegar».
Para gestionar todas esas emociones trabajan una vez a la semana con un psicólogo especializado en interpretación. Y los sábados asisten a masterclasses impartidas por algunos de los actores más cotizados del momento. Por las aulas de MADS han pasado ya Nerea Barrios, Macarena García , Ana Rujas o Tristán Ulloa. «Les pedimos que sean muy sinceros con ellos y les cuenten cómo ha sido su camino, cuáles son sus frustraciones, qué pasa cuando dejan de llamarte, cómo se supera eso… Somos muy conscientes de que esta es una profesión difícil. No te digo que ser ingeniero informático sea fácil, pero seguramente es más estable. Es una profesión complicada, inestable, pero también muy bonita», resume la productora.
También hay muchas más oportunidades que antes. «Ahora el mercado demanda perfiles distintos. Hace 20 años, necesitabas un galán, una madre, un amigo… Casi daba igual la serie porque el esquema siempre era el mismo y los perfiles, también. Ahora que las plataformas permiten visionados más individuales, hay producciones para todo tipo de públicos: jóvenes, mujeres mayores, hombres a los que les gustan el true-crime, contenidos LGTBI…». Y eso, explica la directora, es más trabajo para más tipos diferentes de actores.
También para los alumnos con pocos recursos. MADS ofrece becas que cubren el 100% de la matrícula durante los tres cursos que dura su Diploma y que están financiadas por empresas de la industria audiovisual como Disney, Showtime o Mediaset. En el tercer y último año, los alumnos protagonizan un largometraje mientras van metiendo la cabeza en el sector.
«Tenemos un par de alumnos con papeles protagonistas en series de televisión y una de nuestras estudiantes va a trabajar como ayudante en la próxima película de Amenábar», dice Pardavila con orgullo. «No hay nada más emocionante que ver su progresión».
20 de enero-18 de febrero
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