Coches clásicos e históricos, cuando la nostalgia también es cool

Tener un vehículo clásico no es algo que está solo al alcance de unos pocos. Hay auténticas joyas que cuestan muchos millones de euros, pero también se puede experimentar el encanto de conducir el coche que ha pertenecido a la familia desde hace décadas, aunque sea mucho más modesto y no lleve el emblema de una marca de lujo .

Sentarse al volante de un coche histórico permite disfrutar de algo muy especial, porque todo es diferente. No hay electrónica, alertas, avisos, testigos o pantallas. Y la conducción se hace de una forma mucho más tranquila, disfrutando de las sensaciones que transmite y de ver cómo el resto de usuarios observa con admiración el encanto y la simpatía que despierta un automóvil con tantos años.

Además, desde el año pasado, conducir ese coche vintage al que tanto cariño tenemos es más fácil gracias al nuevo Reglamento de Vehículos Históricos, que ha facilitado el trámite de catalogar un coche como histórico.

Un coche se considera clásico cuando ya ha cumplido los 25 años, pero para que tenga la categoría de histórico debe tener al menos 30 años y haber pasado un trámite burocrático. Antes, ese proceso era más largo y costoso, pero eso ha cambiado.

Si el coche con 30 o más años se matriculó desde el principio en España y tiene la ITV en vigor, ahora solo es necesario realizar un procedimiento administrativo que se puede hacer en el día en la Jefatura Provincial de Tráfico que corresponda, pasar posteriormente la ITV y ponerle una pegatina con la letra H (de histórico). Todo ello con un coste de 30€ en Tráfico, a los que hay que sumar otros 35€, aproximadamente, por pasar la ITV.

Las ventajas de registrar un vehículo como histórico son varias, aunque también tiene algunas limitaciones. Desde el momento en que un coche se convierte en histórico, la ITV se pasa cada dos años hasta que llegue a los 40. A partir de ese momento, será cada tres años; y cuando cumpla los 45, la pasará cada cuatro años. Si tiene 60 o más años, ya no tendrá que volver a pasar una ITV.

En cuanto a tasas y seguros, algunos ayuntamientos contemplan descuentos e incluso la exención del Impuesto Municipal de Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM) y hay compañías de seguros especializadas en vehículos históricos que ofrecen pólizas con precios especiales.

Otra ventaja es que los coches con más de 30 años que hayan sido catalogados de históricos pueden acceder libremente a las Zonas de Bajas Emisiones. Pero, con el fin de evitar que la ciudades se llenen de coches veteranos para el uso diario, los históricos solo se pueden utilizar 96 días al año.

Se entiende que estos coches son para uso ocasional y no como un transporte cotidiano, pero todavía no está claro cómo se va a controlar ese uso limitado. En una gran ciudad repleta de cámaras, como Madrid o Barcelona, es imposible «escapar» a esa limitación, pero en ciudades más pequeñas será difícil que el ayuntamiento o la DGT controlen cuántos días se usa anualmente un vehículo histórico.

Una prueba más de que la nostalgia está de moda es la vuelta del Renault 4, uno de los iconos de la marca francesa, que se fabricó desde 1961 hasta 1992. El R4 del siglo XXI es un eléctrico de 4,17 m de largo, con la misma silueta y los mismos rasgos de diseño del original, además de su característico techo corredizo de lona. Se pondrá a la venta antes del verano, con una autonomía de unos 400 km y un precio estimado desde 30.000 €.

Llega la nueva generación del descapotable de cuatro plazas más pequeño del mercado, con sus 3,88 m de largo. Mantiene el encanto y las funcionalidades de su techo de lona, pero con un espectacular interior mucho más tecnológico, en el que la iluminación y el color cobran un especial protagonismo. Está a la venta desde 35.750 € y se puede elegir entre dos motores gasolina de 163 y 204 CV, siempre con cambio automático.