En una entrevista Helen Mirren (que nació Ilyena Lydia Vasilievna Mironov, nieta de un coronel zarista) contó que le encantaría interpretar a Catalina la Grande y sus deseos, como si ella misma hubiera sido la legendaria emperatriz rusa, fueron órdenes. HBO y Sky la llevaron a San Petersburgo a reencontrarse con sus raíces y este 12 de octubre COSMO reestrena la miniserie de cuatro episodios de 50 minutos para disfrute de los amantes de Rusia, los Romanov y las ficciones de época.
«Era una persona que hacía bromas y muy dulce pero también muy curiosa, tenía muchas ganas de aprender. Era definitivamente una intelectual», contaba Mirren a Mujerhoy (en una entrevista con Marta L. Ogando en la que le confesó sus rutinas de belleza). De entre todas las concepciones erróneas sobre la emperatriz Catalina -su crueldad, su promiscuidad, su oportunismo-, la intérprete destaca que era una intelectual muy monógama: «Sabía que si se comportaba como cualquier hombre en esa situación, cualquiera de sus éxitos políticos o de otro tipo, cualquier cosa que hiciera, sería degradada por la historia».
Mirren se ha puesto a las órdenes de Philip Martin, director de varios capítulos de The Crown, y le acompañan Jason Clarke como Grigory Potemkin, comandante y gran amor de Catalina, Gina Mckee como la condesa Bruce (amiga y confidente de la emperatriz), Rory Kinnear, al que vimos en la exitosa Years and Years, o Joseph Queen (Los miserables)...
Catalina era una noble alemana a la que sus padres casaron con el que sería Pedro III, nieto de Pedro el Grande, uno de los muchos Romanov que no estuvo a la altura de la Historia. Un hombre infantil y violento al que su mujer acabó deponiendo del trono para salvaguardar su propia seguridad y que murió asesinado.
Catalina consiguió sobrevivir en la corte rusa después de eliminar de la ecuación a su marido, el zar, durante nada más y nada menos que 40 años. Para ello tuvo que ser tan astuta, contradictoria, violenta y despótica como cualquiera de sus homónimos de la época, pero ni la historia ni su hijo y sucesor, Pablo, la perdonaron por ello.
Después de contarnos la historia de esta figura poderosa y controvertida, Helen Mirren está trabajando para meterse en la piel de otra mujer gobernante, la que fuera primera ministra israelí Golda Meir: «Para preparar esos papeles tienes que leer mucho, estudiar el personaje, el físico, la voz y la gestualidad del personaje (en el caso de Golda es muy distinto al mío)».
Y si de una entrevista nació el proyecto de Catalina la Grande, por aquí le hemos preguntado qué otra espinita tiene después de ser Cleopatra y las dos reinas Isabel de Gran Bretaña: «Hay alguien a quien me encantaría interpretar. He estado leyendo recientemente sobre Marie Curie y me parece una persona increíble, que consiguió muchísimas cosas». Plataformas de streaming, realizadores, productores… Aquí queda dicho.