Jacinda Ardern junto al príncipe Guillermo durante un encuentro en Londres. /
Su dimisión ocupó titulares en todo el mundo e inspiró todo tipo de reportajes y columnas de opinión sobre el llamado síndrome del burnout . Jacinda Ardern , la carismática primera ministra de Nueva Zelanda, dejó su puesto después de cinco años en el poder alegando que «el tanque estaba vacío» y que necesitaba dejar la política para dedicarse a su familia.
Tres meses después, el futuro de Ardern, convertida en una de las líderes más carismáticas y respetadas del mundo gracias a su gestión de la pandemia, pero también de asuntos domésticos como los ataques terroristas de Christchurch o la erupción del volcán Whakaari, empieza a tomar forma y a trazar alianzas estratégicas con líderes como Emmanuel Macron y royals como el príncipe Guillermo .
La relación entre Ardern y el heredero de la corona británica viene de lejos. En concreto, desde que en 2019 elpríncipe y su mujer, Kate Middleton , visitaron Nueva Zelanda y fueron recibidos por la primera ministra. Y el pasado verano, fue el turno de Ardern, que en su viaje oficial al Reino Unido fue recibida por el príncipe en Kensington Palace. La última vez que coincidieron fue durante los funerales de Isabel II . El vínculo entre ellos es estrecho.
Así lo ha demostrado ahora el fichaje de la ex primera ministra como consejera de los Premios Earthshot, una iniciativa medioambiental impulsada por el príncipe y David Attenborough que cada año, desde 2020, distingue a personas que han contribuido a la protección medioambiental y otorga un millón de libras a los galardonados para seguir con su labor.
«Hace cuatro años, antes de que The Earthshot Prize tuviera un nombre, Jacinda fue una de las primeras personas con las que hablé, y su aliento y consejo fueron cruciales para el éxito inicial del premio. Le estoy enormemente agradecido por unirse a nosotros mientras da los siguientes pasos en su carrera», explicó el príncipe hace unos días al anunciar su incorporación a una iniciativa que cuenta son Rania de Jordania , Cate Blanchett o Shakira como embajadoras y se considera el premio medioambiental más importante del mundo.
Jacinda Ardern hace unos días recogiendo sus cajas en su despacho del parlamento de Nueva Zelanda. /
No es el único proyecto de Ardern, que también ha confirmado que trabajará como enviada especial de Christchurch Call, una organización nacida después de los ataques terroristas de la mezquita de Christchurch que pretende que las compañías tecnológicas colaboren con los gobiernos para combatir el extremismo en las redes sociales. Ardern fundó la iniciativa junto al presidente francés Emmanuel Macron, que hace unos días la felicitaba a través de Twitter por continuar liderando la labor de la organización.
Es de esperar que en los próximos meses su agenda vaya incluyendo más compromisos. Algunos analistas apuntan a que Ardern tiene el perfil adecuado para liderar un organismo de la Naciones Unidas. Existen precedentes como el de Michelle Bachelet, que después de ser presidenta de Chile durante dos mandatos y convertirse en un icono progresista a nivel global, desempeñó el cargo de Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Refugiados entre 2018 y 2022.
Otra opción sería poner en marcha su propia fundación (al estilo de las que lideran los Clinton o los Obama ) o una ONG para cubrir una causa específica. Contactos, desde luego, no le faltan. Habilidad para la gestión, tampoco.
Hace unos días, en un emotivo discurso oficial de despedida en el parlamento neozelandés, Ardern desveló su lucha contra la infertilidad justo antes de llegar al gobierno, pero aprovechó también para reivindicar un nuevo estilo de liderazgo. «Espero haber demostrado algo totalmente distinto. Que se puede ser ansiosa, sensible, amable y llevar el corazón en la manga. Que puedes ser madre o no. Puedes ser una ex una mormona o no. Puedes ser una empollona, una llorona, una abrazadora. Puedes ser todas estas cosas. Y no sólo puedes estar aquí, puedes liderar como he hecho yo».
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