multimillonaria

El extraño enigma de Jacqueline Mars, la cuarta mujer más rica del mundo: un misterioso imperio del chocolate y un trágico accidente que ha marcado su vida

La reina del chocolate (y heredera del imperio de las chocolatinas Mars) es una de las multimillonarias más enigmáticas del mundo. Su nombre saltó a los titulares hace una década, después de protagonizar un dramático accidente.

Jacqueline Mars, herdera del imperio del chocolate.

Ixone Díaz Landaluce
Ixone Díaz Landaluce

Creció entre caramelos, toneladas de chocolate y azúcar y un imperio familiar tan enigmático como dulce. Durante años apodada como la princesa del chocolate, cuando su padre, Forrest Mars, murió en 1999 y ella y sus dos hermanos tomaron el control del imperio Mars, ascendió de rango y se convirtió en la queen of chocolate. También en una de las mujeres más ricas del mundo. Con un patrimonio estimado en más de 39.000 millones de dólares, a sus 83 años Jacqueline Mars es la cuarta mujer más rica del planeta, solo por detrás de Françoise Bettencourt Meyers , Alice Walton y Julia Koch .

Mars pertenece a la tercera generación de propietarios del imperio que fundó su abuelo, Franklin Clarence Mars. Después de que su madre le enseñara a cubrir caramelos con chocolate mientras superaba un caso leve de polio, con 19 años empezó a vender chocolate en la cocina familiar y, más tarde, montó un negocio propio con su segunda mujer, Ethel.

Tras un primer intento fallido, en 1920 la familia se estableció en Minneapolis para empezar a producir las famosas barras de chocolate Mars y desarrollar productos como la Milky Way, muy popular en Estados Unidos, los Snickers o los M&Ms. Cuando el fundador falleció de manera repentina a los 50 años, su hijo Forrest tomó el control de la compañía y decidió diversificar introduciendo otros productos de alimentación, pero también de comida para mascotas. La empresa empezó a crecer de manera exponencial.

Dos matrimonios, dos divorcios y muchos caballos

Pese al éxito del negocio familiar, Jacqueline y sus tres hermanos crecieron en un hogar frugal, donde si querían recibir la paga semanal, tenían que hacer las tareas domésticas. Durante largos periodos de tiempo, sus padres vivieron en residencias separadas: él en una enorme granja en Virginia; su mujer; Audrey, en un lujoso apartamento del edificio Watergate (escenario del archifamoso caso que dio lugar a la dimisión de Nixon) en Washington.

Después de graduarse en Antropología, Jacqueline se casó a los 22 años con David H. Badger con el que tuvo a sus tres hijos: Alexandra, Christa y Stephen. A principios de los 80, cuando sus hijos ya eran más mayores, se incorporó a la empresa familiar como presidenta de la división de productos de alimentación y en 1999, cuando su padre murió a los 95 años, ella y sus dos hermanos tomaron el control del negocio del que formó parte activa hasta 2016.

Pese a su destacado perfil empresarial, su vida privada siempre ha estado rodeada de misterio: se sabe, eso sí, que se divorció de su primer marido en los 80 y se casó con Harold 'Hank' Vogel en 1986, aunque el matrimonio sólo duró ocho años. Con él compartía su pasión por los caballos de carreras.

Amante de la ópera y propietaria de una granja de cultivo ecológico en Virginia, Mars es conocida por ser una generosa donante del partido republicano, pero también por su gusto por las joyas, la ropa y los coches de lujo.

El trágico accidente que ha marcado sus últimos años

Su obsesión por mantenerse alejada de los focos ( apenas existen fotos de ella, jamás ha concedido una entrevista y los eventos sociales a los que ha asistido pueden contarse con los dedos de una mano) se vio alterada hace una década, cuando su nombre ocupó los titulares tras protagonizar un trágico accidente de tráfico. Mars conducía un Porsche que se estrelló contra un vehículo con seis ocupantes. El accidente se saldó con la vida de una mujer de 86 años. Unos días después, la mujer embarazada que viajaba en el vehículo perdía al bebé que esperaba.

Acusada de conducción temeraria, Mars, que dio negativo en las pruebas de drogas y alcohol, confesó que se había dormido al volante. Después de declararse culpable, y de pagar una multa de 2.500 dólares, emitió un comunicado. «No puedo ir atrás en el tiempo. No puedo cambiar lo que sucedió. Siempre viviré con el luto y la pérdida causada por esta tragedia».

Curiosamente, su historia recuerda a la de Alice Walton, la mujer más rica de Estados Unidos y la segunda fortuna femenina del planeta, que en 1989 provocó un accidente de tráfico en el que murió una mujer de 50 años.

El episodio fue un mazazo también para la política de hermetismo de la empresa familiar, presente en más de 70 países y con una plantilla de 80.000 personas. Famosos por haber hecho del secretismo su bandera corporativa, su sede en Virginia se conoce popularmente como 'el Kremlin' por el empeño de la familia por operar bajo una discreción absoluta que en los últimos tiempos ha ido, poco a poco, relajándose. Pese a todo, los Mars siguen siendo una de las sagas más enigmáticas del mundo. Quizá porque, sólo así, pueden ser también una de las más ricas.