Javier Goyeneche (Madrid, 1970) es el hombre que ha conseguido unir a pescadores de todo el Mediterráneo para recoger residuos del mar como ninguna institución había logrado antes. Ni siquiera la Unión Europea ofreciendo incentivos. Ahora, son más de 3.500 los marineros voluntarios que depositan los desperdicios del fondo marino atrapados en sus redes en contenedores de Ecoalf al volver de sus travesías.
Su objetivo es reclutar a 10.000 para 2025. La compañía, fundada por Goyeneche en 2009, no solo ha sido pionera en materia de moda sostenible en nuestro país, también está implicada en proyectos ecológicos de todo tipo a través de su fundación homónima: desde limpiar el fondo del Mediterráneo y Tailandia, con la iniciativa Emergensea, hasta implicarse en el saneamiento del río Jarama, mediante Waterlovers. Su progreso no cesa desde los últimos cuatro años y el empresario nos cuenta sus claves para seguir creciendo, sin comprometer la sostenibilidad.
Mujerhoy. Ha sido pionero en España en el ámbito de la moda ecológica, pero ¿cómo surgió este compromiso?
Javier Goyeneche. Cuando vendí Fun&Basics en 2008, decidí que quería dedicarme al mundo de la sostenibilidad. Después de casi un año buscando proyectos potentes para crear impacto, me di cuenta de que solo había activismo de protesta. Está genial hacer ruido, pero por sí solo no es suficiente. Por eso entendí que era necesario crear una compañía que aunara todo.
¿Cómo ha vivido que durante estos más de 10 años otras marcas adoptaran principios que para Ecoalf ya eran fundacionales?
Cuanta más gente vaya en la misma dirección, mejor. La industria de la moda es muy bonita, pero muy contaminante. Hace unos meses se publicó que la mayor compañía de algodón había quemado 400 hectáreas de bosque etíope. No podemos seguir agotando recursos para hacer camisetas que terminan en vertederos.
¿Qué responsabilidades debe asumir la industria? ¿Es realista que aspiremos a que deje huella cero?
Uno de los retos que más nos preocupa es la circularidad. No es posible reciclar prendas si no las diseñamos sin mezclar filamentos y las hacemos de calidad. Dejar de mezclar poliéster y algodón es una decisión que la industria debe tomar en bloque. Nosotros dejamos de hacerlo en 2015 porque desprenden alrededor de 20.000 microfilamentos en cada lavado. Tampoco hacemos promociones y, aunque afecta a la cuenta de resultados, es lo correcto.
¿Es posible que una firma como Ecoalf pueda cumplir objetivos de crecimiento globales y mantenga intactos sus compromisos de sostenibilidad?
Somos una compañía B Corp y queremos conseguir emisiones netas 0 en 2030, sin compensar. No vale plantar árboles para ser neutro. El mayor problema ahora es el mundo digital: el 70% de nuestras emisiones de CO2 procede del canal online, que para nosotros solo representa un 20% de ventas. Si creciéramos más en digital, nos alejaríamos de nuestro compromiso.
¿Puede ser la artesanía bajo pedido y de producción lenta una solución?
Sin duda. Lo más sostenible, de hecho, es lo que se hereda. Y eso tiene que ver con la artesanía y con la calidad.
¿Cuál diría que es el futuro de la moda sostenible?
No debería plantearse un futuro que no lo fuera. No nos queda otra, igual que en la alimentación, los transportes...
¿Cuál es el destino que proyecta para las prendas cuando termina su vida útil?
Es importante que el tejido no genere residuos. Hemos conseguido prendas 100% recicladas con una caída espectacular, cuando en 2015 no pasaban del 20%, porque el hilo se rompía. Además, son reciclables al 97%. Queda mucho por recorrer, pero queremos crecer con riqueza de materiales circulares.
Lidera una firma eco y forma parte del comité de la Madrid Fashion Week, ¿Ha calado su mensaje en la moda española?
Las marcas españolas queremos ser más internacionales. Fuera tenemos grandes monstruos de moda rápida, pero faltan marcas de autor. Nuestro talento necesita ese punto de diferencia y la sostenibilidad te permite ser disruptivo. Los diseñadores españoles jóvenes están muy concienciados.
Hay otras industrias muy contaminantes, pero ¿por qué la moda suele ser más escrutada en este sentido?
Uno de los problemas es que es un sector más visible, porque la imagen es muy importante. También creo que ha contribuido la dañina vorágine de consumismo que impera. Las firmas deben dejar de incentivarlo constantemente; y los usuarios deben frenar sus hábitos.
Apuestan por el I+D porque es la forma de conseguir nuevas técnicas no contaminantes para conseguir cuidar el medioambiente, ¿es igual de fuerte el compromiso social?
Por supuesto. Tenemos que comunicar mejor nuestro compromiso social. Deberíamos abrir las fábricas para que se vea cómo son los procesos, darle a la trazabilidad de la prenda la misma transparencia que al origen de los materiales.
Después de una trayectoria larga y asentada, ¿le gustaría crear nuevas gamas de productos?
Vamos a lanzar nueve líneas de deporte por especialidades: yoga, running... además de la principal y la 1.0 (premium). Cada proyecto nuevo requiere mucho esfuerzo, por ahora tenemos suficiente.
¿Qué siente cuando ve gente popular luciendo sus prendas?
Lo bonito es que Ecoalf une a personas de distintas profesiones. Nos enorgullece que las vistan actrices y actores como Gwyneth Paltrow, Javier Bardem o Richard Gere. Dani Martín en el mundo de la música, al igual que Miguel Bosé o Alejandro Sanz, y rostros populares del periodismo o del arte, y eso ayuda mucho a la visibilidad de la marca.
Han recorrido el Mediterráneo y llegado a Tailandia con Upcycling the Oceans. ¿Qué objetivos se plantean ahora con el programa Emergensea?
Empezamos en 2015 y hemos llegado a 44 puertos. Cada semana firmamos nuevos acuerdos en Francia, Italia, Grecia... y hemos trabajado también con el gobierno tailandés. Requiere mucho esfuerzo, porque nos desplazamos para convencer a los pescadores, además de a la autoridad portuaria para conseguir los permisos de recogida de basura, que luego categorizamos. También hemos empezado a trabajar en el río Jarama junto a Biotherm, para limpiar sus 140 kilómetros de cauce y restaurar 42. Es una prueba piloto que podría ampliarse a todos los ríos de España: si nuestros ríos están limpios, nuestras costas lo estarán más.
¿Cuál es el papel de los pescadores en este tipo de acciones y cómo acceden a llevarlas a cabo?
Son gente maravillosa, están muy comprometidos y desde el principio han querido colaborar. Si crees que lo correcto es recoger basura para ayudar a resolver el problema del mar, yo te pongo el contenedor y te lo recojo. Empezamos con tres pescadores en Alicante y ahora son más de 3.500.
Tomfoolery ha creado un poema y la fotógrafa Ai Futaki se ha sumergido en los mares de Japón para concienciar, ¿qué relación tienen con la importancia de educar a los jóvenes?
Dedicamos demasiado tiempo en pensar qué tipo de planeta vamos a dejar a nuestros hijos y deberíamos pensar qué tipo de hijos vamos a dejar en el planeta. Eso tiene mucho que ver con la educación. Por eso damos charlas en colegios y universidades y Tom y la fotografía nos ayudan a darle un toque emocional a problemas reales.
¿Te planteas realizar colaboraciones con otras marcas para sumar mayores beneficios en este sentido?
Ya hemos colaborado con Camper por medio de la Fundación Ecoalf y con Biotherm. Queremos hacerlo con todos los sectores. Tenemos que solucionar los problemas del planeta rápido; y cuanto más unidos vayamos, mejor.