La retirada de Marisol sigue siendo indescifrable. En la iconografía cinematográfica nos encontramos el personaje de Norma Desmond en 'El crepúsculo de los dioses', y a la actriz Greta Garbo y el síndrome que lleva su nombre. En Italia, la cantante Mina se apartó de la vida pública, pero sigue grabando discos superada la barrera de los 80 años. En España Concha Piquer no volvió a cantar por su rigurosa autoexigencia artística. Sin embargo, ninguno de los ejemplos anteriores tiene ese halo de misterio que trata de descifrar el documental 'Marisol llámame Pepa', que se estrenó en el pasado festival de Málaga y llega este 10 de mayo a los cines.
Para adentrarnos en los entresijos de una figura tan fascinante como la de Marisol, cuya identidad artística final fue Pepa Flores, entrevistamos a la directora de esta apasionante película, Blanca Torres, quien, todo hay que decirlo, es muy fan de esta estrella tan singular. «Hay pocas personas en la lista que puedan tener el dinero y la fama al alcance de la mano cuando ellas quieran como Pepa Flores desde hace 40 años. Ella se retira para ser una persona anónima, no para encerrarse como Greta Garbo, sino para fundirse con Málaga. En ese sentido ha conseguido lo que buscaba: volver a ser una mujer como cualquier otra», nos comenta.
«Lo hemos visto en el festival de Málaga, tiene la protección y el cariño de toda una ciudad, es flipante. Me ha conmovido entender en primera persona que ella puede caminar por la calle y que nadie la va a molestar», asegura la directora, que ha contado para su largometraje con los testimonios de figuras como Vicky, la hermana de Marisol , Cristina Almeida, Fernando Méndez-Leite, Elvira Lindo, Cristina Hoyos y Enrique Cerezo, entre otros.
Uno de los momentos más emotivos es cuando Pepa Flores recibe en su casa de Málaga a Amaia Romero, porque es una gran fan y había actuado en la gala en la que sus tres hijas recibieron en su nombre el Goya de Honor. ¿Te gustaría que te ocurriera a ti lo mismo?
Igual que a ti… ¡Claro! Es un mito. Es como abrir una puerta a la fantasía, prácticamente. Nos la hemos imaginado tantas veces… Hay también una especie de respeto y de dejarlo así. Te mentiría si te dijera que no me gustaría, pero tampoco lo voy buscando.
Pepa ha hecho muy contadas excepciones para volver a la vida pública. Una de ellas fue cuando grabó un dúo con la cantautora malagueña Aurora Guirado. Hay mucha leyenda urbana. Se dice que Pedro Olea la consideró para protagonizar 'Más allá del jardín', que Víctor Erice también la llamó… ¿Habéis investigado sus posibles vueltas?
Por un lado teníamos claro que en el 85 ella decidió irse y que a partir de ahí no nos íbamos a meter. Queríamos ser bastante respetuosos con su vida en este aspecto. Por otro, hablando con su familia sabemos que ha tenido ofertas muy suculentas, muy difíciles de rechazar. No soy la portavoz de Pepa, pero tengo la sensación de que no le ha interesado regresar. Como dice su hermana Vicky en el documental, antes muerta que volver.
Ha habido muchas niñas prodigio en todo el mundo. Se me ocurren dos leyendas como Judy Garland y Céline Dion. En ellas no se aprecia un cambio tan radical en su voz como en la de Marisol. Pasa de ser angelical a rugosa, con mucha textura, áspera. ¿No crees que es casi una metáfora de su vida?
Es cierto. No solo hay dos nombres sino dos voces. También es muy significativo en los temas que elige para cantar. Hay como un desgarro vital que se nota en la propia voz.
En el documental se desvela que Marisol estuvo a punto de trabajar con Roman Polanski, a quien admiraba mucho. Lo curioso es que su vida en la etapa de Marisol es casi como 'La semilla del diablo', la emblemática película de terror del director.
¡Un poco, sí! Hay elementos de terror y de cine fantástico en la primera Marisol.
También podría haber sido un personaje de Dickens, por la pobreza de su infancia y cómo pone su vida en las manos de un productor…
Sí, lo hace desde la necesidad. Cuando ya es Pepa Flores habla de ello abiertamente. Igual que Antonio Gades , fue el hambre lo que les hizo empezar a trabajar desde tan pequeños. Y siguiendo con tu alusión a Dickens, ella vertebra mucho su historia a través de la identificación con su clase de origen.
En la época actual hay menos conciencia de clase, las fronteras entre ellas están quizás más diluidas, pero Marisol en ese momento reivindica precisamente la suya para pelear por una vida más digna.
En muchos momentos del documental se hace una reflexión desde el punto de vista feminista, pero creo que si hay una lucha que Pepa verbaliza constantemente es el orgullo y la dignidad de los obreros. En la película no lo pusimos al final, pero está en la hemeroteca… El oro de las condecoraciones que le dieron durante la época franquista las donó a la causa contra la dictadura. Su biografía está salpicada de este tipo de gestos.
En la película mostráis como el régimen encuentra en ella el epítome de los valores de Pilar Primo Rivera y la Sección Femenina, de esa mujer a la que se educa para ser ama de casa y complacer al marido.
Era el modelo femenino de la época. Marisol se convirtió, igual que otras artistas, en la cara visible del régimen. Hay mucha prensa en la que aparece como perfecta ama de casa y ángel del hogar. Recuperar esos reportajes de la época ha sido oro. Es alucinante cómo se reflejaba en las revistas a las mujeres de los años 60 en esas publicaciones..
Precisamente también se recuperan artículos de opinión demoledores del final de la Transición y del principio de la democracia. Grandes firmas como Maruja Torres o Francisco Umbral mantienen en ellos que Pepa Flores no tiene pensamientos propios sino que adopta los de Antonio Gades.
Eso fue muy común en esa época. Había una especie de cerrazón y de negación en la sociedad. No la aceptaban como mujer con ideas propias. Esto le costó muchísimo.
Sin embargo era una mujer muy en el mundo, que tenía la vista puesta en el cine de autor, que rodó con Mario Camus, con Juan Antonio Bardem…
Hay una parte de negación de la mujer, que es un ser con ideas políticas, culturales, con gustos propios… En ese sentido a Pepa no se la minusvalora mucho. En las entrevistas que concedió en los años 70 y 80 decía muy explícitamente todo lo que pensaba, pero había como una sordera generalizada. Era más fácil decir que estaba trastornada o que hablaba así por tener a su lado a Antonio Gades que escuchar su propia voz.
No se pueden aplicar los criterios de una época para juzgar otra distinta, pero me da la sensación de que ahora la sociedad no entendería su adhesión a cierta corriente del comunismo o sus encuentros con Fidel Castro, que tanto mimó a su marido y a ella.
Se ha cambiado mucho. Eran otros tiempos y otras ideas. No aparece en el documental, pero en aquella época había muchas subcorrientes de izquierdas, cuando llega por fin la democracia en España. Sale poco, pero en el documental dejamos ver que el régimen de Castro era dictatorial. Imágenes como las suyas con Castro serían ahora imposibles.
Estamos viviendo un revisionismo del cine de esa época que ahora se reivindica desde la intelectualidad, después de décadas en las que estuvo muy denostado.
De hecho, cuando estuvimos en el festival de Málaga hablamos con gente sobre cómo se denostó ese cine cuando llegó el nuevo cine español. Esas películas hay que analizarlas también desde una perspectiva de producción. Las tres primeras de Marisol, 'Ha llegado un ángel', 'Un rayo de luz' y 'Tómbola', tienen una visión muy americana y un sentido del musical que era nuevo en España. Fue muy impactante en aquella época.
En este sentido, en una España autócrata, el personaje de Marisol en esas películas, aunque desde el costumbrismo, se elabora como una figura exportable. Tan es así que va a Estados Unidos al programa de Johnny Carson, graba sus canciones en japonés y causa furor allí…
Marisol acaba siendo un personaje casi de ficción, como dice Amaia Romero. Es cierto que funciona muy bien fuera de España. Las imágenes que se repiten son de aeropuertos llenos de gente muy enloquecida. Da igual que sea en Latinoamérica o en Japón. A pesar de las oscuridades de Manuel Goyanes, él conjugó con acierto la maquinaria de la propaganda franquista con todo lo que llegaba del merchandising y el marketing americano. Creó una estrategia de promoción que estaba a años luz de lo que se hacía aquí en España.
Pepa Flores tampoco tuvo a su favor el público, que quería que siguiera siendo Marisol. Ella misma contaba que dar conciertos se convirtió en una experiencia traumátic.a
Es cierto que se perdona muy poco cuando eres un mitómano. Cuando Marisol empieza a buscar quién es fuera de ese personaje creado en los 60, la sociedad la recibió con algo de rechazo. También se ve en la prensa, hay cierta desconfianza. No entienden por qué tenía que cambiar. Hubo una parte de la sociedad que no se lo perdonó.
Uno de sus últimos papeles fue la serie 'Proceso a Mariana Pineda', basada en la obra de García Lorca. Retrata a una mujer que paga con su vida luchar por sus valores republicanos. También encuentro ciertos paralelismos con su vida. ¿Estás de acuerdo?
Es verdad, por eso titulamos un capítulo del documental 'El proceso a un mito'. Es que parecen historias desarrolladas en paralelo. Tenemos que pensar que ella se salía de la voz imperante en una época en la que empezaba la Movida Madrileña. Ella seguía con sus ideas de la lucha de clases. Hubo un hartazgo y fue por eso por lo que se retiró definitivamente. No era la primera vez. Hay que ser muy consciente de que sus pequeñas retiradas a Altea también fueron momentos muy felices y las necesitaba. A veces me siento como si la estuviera analizando, pero lo que sí te puedo decir es que ha dejado escrita su propia historia en las entrevistas. Es una leyenda de este país. Solo puedo ir a esos textos, confiar en que sean fiables y armar esa mitología en torno a ella. La razón fundamental de por qué se fue solo la sabe ella.
Ahora que está tan de moda 'Zorra', la canción de Nebulossa de Eurovisión, quizás pueda aplicarse una frase en la que la cantante dice estar «reconstruida por dentro». Quizás esa sea la gran labor que le quedaba a Pepa Flores cuando se fue.
Así es. En ese sentido necesitaba distancia. Mira que ha intentado no estar en el foco, pero resulta inevitable. A día de hoy cada año le felicitan su cumpleaños en todos los periódicos de este país y han pasado casi 40 desde que se retiró. Su gran don y su gran condena es ser inolvidable. Una vez que la conoces ya se queda contigo.
¿Qué huella te ha dejado investigar en su figura para construir este relato de su vida?
Me he reconocido mucho en su historia. Nos explica muy bien a las mujeres que hemos nacido después de dónde venimos y algunas cosas que todavía permanecen, como la infantilización de la mujer. Me ha ayudado a interesarme mucho por esos años de la Transición, pero desde la perspectiva de las mujeres. Es fascinante la gran evolución, que a veces se nos olvida. Nuestras propias madres nacieron y crecieron sin tener todos los derechos. Había un problema de clase con el tema del género. Dependiendo del género que tuvieras tenías unos beneficios o unos inconvenientes. Me gustaría seguir investigando, aunque hay documentales fabulosos como el de Victoria Prego o el de Cecilia Bartolomé que te enseñan un montón.
20 de enero-18 de febrero
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