Marta Pérez Dorao, presidenta de la Fundación Inspiring Girls. / cortesía

11 octubre: Día de la Niña

Marta Pérez Dorao, presidenta de la Fundación Inspiring Girls: «No hay trabajos de hombres o de mujeres. El talento no tiene género»

Hablamos con la presidenta de la Fundación Inspiring Girls, Marta Pérez Dorao, con motivo del Día de la Niña, que se celebra este 11 de octubre.

Mujeres que inspiran a mujeres, aunque estas todavía sean niñas y adolescentes. Pero es que las niñas de hoy son las mujeres que mañana transformarán el mundo siendo lo que quieran ser. Cumpliendo sueños sin límites ni etiquetas. Eso es a lo que aspira Fundación Inspiring Girls con su labor en nuestro país desde hace más de siete años. Y ese es el mensaje que nos recuerda su presidenta, Marta Pérez Dorao, con motivo del Día de la Niña.

La Fundación Inspiring Girls busca facilitar a las niñas y a las jóvenes el acceso a referentes femeninos basados en valores de igualdad y equidad a través de las experiencias personales y profesionales de mujeres inspiradoras. «Desde charlas hasta formación especializada, la Fundación cuenta con un amplio programa de acciones que busca aumentar la ambición profesional y la autoestima de las niñas en edad escolar, superando límites y estereotipos», definen.

A través del programa 'Una hora al año para las mujeres del futuro', mujeres profesionales de distintas disciplinas STEM visitan colegios para enseñar a las niñas que no hay profesiones de chicas o chicos, que pueden ser bomberas o fresadoras si es lo que desean. También fomentan el acercamiento de las más jóvenes a la tecnología, la ciencia o el mundo financiero con acciones disruptivas que visibilizan otras realidades. Así nos lo explica Marta Pérez Dorao, presidenta de Inspiring Girls.

Marta Pérez Dorao, presidenta de Inspiring Girls. / cortesía

MUJERHOY: Cuéntenos qué es Inspiring girls, qué buscan con esta Fundación y por qué es y sigue siendo tan necesaria

A las niñas nos hacen llegar la idea de que no tenemos las mismas oportunidades profesional que los chicos. Perciben que sus opciones profesionales son menores. Y esto se debe a tres factores principales: los estereotipos y los sesgos que nos van influyendo, esa idea de que hay cosas de chicas y cosas de chicos. Y aunque cuando son pequeñas las niñas son iguales que los niños, luego van perdiendo mucha confianza en sí mismas. De hecho, entre la infancia y la adolescencia pierden 3,5 puntos más de confianza en sí mismas y autoestima que los chicos, y no sabemos por qué.

También ocurre que no conocen a mujeres que le puedan servir de referente, porque aunque las mujeres que estamos en todos los sectores, en muchos no somos visibles. Por eso, necesitamos darle a las niñas ejemplos o espejos en los que mirarse para que se inspiren, para que apunten alto, para que no se autolimiten. Y eso es lo que hacemos en Inspiring Girls es a través de la experiencia de estas mujeres voluntarias, que las niñas sepan que pueden ser lo que quieran ser, rompiendo estereotipos y etiquetas. Que piensen «si ella ha podido, yo también puedo», que sepan que no hay trabajos de hombres y trabajos de mujeres, que el talento no tiene género y que nunca deben creérselo cuando oigan aquello de «eso no es de niñas».

¿Qué podemos hacer como madres y padres, desde las escuelas, desde las familias, para no caer, aunque sea de forma inconsciente o involuntaria, en esos estereotipos de género con nuestros hijos que parece que vienen casi intrínsecos desde pequeños?

Es muy importante el lenguaje, cuidar siempre el lenguaje. Darles a niños y niñas todas las oportunidades, las mismas, teniendo en cuenta y observando sus tendencias y no cortándoles las alas. Y también nuestras acciones, es importante lo de los juguetes. No darle solo carritos con muñecas a las niña, porque haciendo eso ya le vas encaminando desde pequeñas. Porque nosotros también estamos sesgados, al fin y al cabo somos producto de nuestro tiempo y por eso tenemos que ir con un cuidado especial, para que no se traslade a nuestros niños.

cortesía inspiring girls

¿Nos siguen faltando referentes femeninos en ciencia, en tecnología, en puestos de alta dirección? ¿En qué role models pueden inspirarse las niñas de hoy?

Pues claro que nos faltan. Mujeres hay en todas las profesiones, pero en muchas son invisibles. Tenemos la obligación moral de dar el paso adelante y de ser visibles, porque si las niñas no nos ven, cómo van a optar a determinadas profesiones. Es muy poderoso el ver que tú puedes influenciar en su futuro. A los 11, 12, 13 años son más permeables y vemos que realmente los mensajes impactan. Lo que estamos detectando es que todas las mujeres tienen una historia que a una niña le puede valer y hacer click, porque es es muy difícil aspirar a lo que tú no sabes ni que existe.

Se habla mucho de promover el aprendizaje STEM entre las chicas, de romper la brecha de género a la hora de elegir estudios… ¿Se están viendo avances o sigue habiendo carreras o profesiones de chicos y de chicas?

La realiadad nos dice no se está avanzando, en algunas incluso se está retrocediendo. Yo creo que hay un grave problema de comunicación, de enseñar y mostrar a las niñas de forma más atractiva esas profesiones STEM. Hay que hacer hincapié en que las profesiones mejoran el mundo para las personas, porque a las niñas les importan mucho las personas. Hay que demostrarlo con historias, con anécdota, con storytelling. Cómo esas profesiones hacen que nuestra vida sea mejor.

¿Cree en las cuotas?

A mí me parece perfecto, estoy totalmente a favor. Está demostrado estadísticamente que las compañías con órganos de dirección mixtos, con doble visión, tienen mejores resultados. Pero por la inercia natural no llegamos y las mujeres tienen que estar en los sitios de toma de decisión. Una vez que estén allí, ya veremos. Alguien decía que la igualdad llegará cuando haya el mismo número de mujeres inútiles que de hombres inútiles en el poder.

¿De verdad somos nuestras peores enemigas o también es una etiqueta que nos han puesto y hemos terminado creyéndonos?

Nada, es una pamplina. De hecho, es al revés. Hay muchísimas mujeres que salen de nuestras sesiones y dicen «ojalá hubiera tenido yo esto cuando era pequeña», porque ven la necesidad de apoyar a otras chicas, a otras mujeres, para que no tengan que pasar por lo que pasaron ellas no. En nuestro programa de colegios, 'Una hora al año para las mujeres del futuro', se dan cuenta de qué les hubiera hecho falta a ellas, al mismo tiempo que es muy gratificante ver cómo les abren un horizonte que antes de venir no tenían. Y esa sensación es 'una droga' muy potente.

Cortesía inspiring girls

Parece que nos ha costado demasiado demostrar que calladitas no estamos más guapas… ¿Nos ponemos nosotras mismas límites solo por ser mujeres?

Sin duda. Sí, sí, sí, sí, sí. Estoy totalmente de acuerdo contigo. El impacto que el síndrome del impostor tiene en las mujeres es una cosa con la que yo me he encontrado toda la vida y que a mí también me ha afectado. He tenido que hacer introspección y decir «vamos a ver, que a mí esto no lo ha regalado nadie». Y eso es así todos los días, con todo tipo de mujeres.

Eva Nogales, que dio una charla maravillosa en nuestro congreso WomenNow, nos contaba que para ella, sus grandes referentes a la hora de dedicarse a la ciencia habían sido sus profesoras de instituto… ¿Quién le inspiraba a usted de niña?

De mujeres profesionales, no sabía nada. Pero luego, la vida de mi familia sí que me inspiró muchísimo, porque mi abuela, por ejemplo, era una señora que se casó con un señor (mi abuelo) muchísimo más mayor que ella y muy pronto se tuvo que hacer cargo de todo el negocio familiar, una explotación agraria, una cosa nunca vista en la época. Y luego está mi madre, que gran frustración fue que no le dejaran estudiar una carrera, así que la hizo ya casada y con seis hijos en el mundo.

¿Y como le gustaría inspirar a las generaciones que vienen?

Me gustaría que la gente no se autoexcluyera, que las mujeres no se pusieran límites a sí misma. Ese es el peor enemigo: no otra mujer, sino tú misma. Eso es lo que me gustaría dejar como legado, que las mujeres, se atrevieran a ir a por todas, a dar los pasos y se creyeran lo que valen, porque creo vale muchísimo.

Me gustaría que mis hijas fueran conscientes de eso, que se desarrollaran con conciencia de su propio valor y de que pueden hacer lo que quieran. Yo hay veces que creo que no llego, pero ellas se quedan con otra cosa: se quedan con la sensación de que están orgullosas de su madre y eso me encanta.

Marta Pérez Dorao en los Premios Inspiring Girls. / cortesía

¿Cree que algún día la labor de Inspiring girls dejará de ser necesaria?

Desafortunadamente, no lo veo cercano, pero en algún momento llegará, aunque todo eso requiere un cambio social bastante importante. Las mujeres siempre necesitamos ese empujón de autoestima para arriba, porque nos arrugamos en un momento dado sin razón y ahí tiene que haber un impulso exterior que nos recuerde y nos diga «oye, que tú vales mucho». Porque a nosotras se nos olvida, pero a los hombres no. Y no hay razón objetiva, pero es que está pasando. A lo mejor es por la influencia del entorno que viene de esa inercia de años, o siglos.

¿Qué le diría a su yo de niña y a su yo adolescente?

A mi yo de pequeña, que se atreviera más, que no se arrugara. Y a mi yo adolescente, igual. De lo único que me arrepiento es de lo que no he hecho, de lo que me he autolimitado. Así que me daría yo un empujón. Uy, a mí me hubiera venido estupendo que existiera esto cuando yo era chica.

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