Con los actores sumándose a la huelga que los guionistas llevan a cabo en Hollywood desde hace semanas, el espectáculo continúa y las plataformas de streaming siguen con su calendario de estrenos. Una de las últimas en llegar a Prime Video ha sido El horror de Dolores Roach, una miniserie que vas a ver en una tarde y tira de humor negro para criticar la gentrificación y desmitificar las empanadas .
Compuesta por ocho episodios de media hora, la historia que cuenta esta producción nació en 2015 como una obra de teatro y poco después se transformó en un podcast de ficción. Ambos recogían el clásico de Sweeney Todd, el barbero diabólico de Londres que fue llevado al cine en 2007 con Johnny Depp como protagonista, para transformarlo en una historia protagonizada por una mujer latina que vive en Nueva York .
Ella es Dolores Roach, la mujer que da título a la miniserie de Prime Video y a la que da vida Justina Machado, conocida por su trabajo en producciones como A dos metros bajo tierra y Día a Día. Junto a ella en el reparto nos encontramos a Alejandro Hernández, al que hemos visto recientemente en la serie médica New Amsterdam.
La serie arranca precisamente en un teatro del Off Broadway, donde la obra termina y los espectadores aplauden. Poco después vemos a la actriz protagonista en el camerino, recibiendo halagos y preparándose para una fiesta. Hasta que aparece Dolores Roach, la mujer a la que acaba de interpretar sobre las tablas, que quiere contarle su «verdadera» historia.
A través de un flashback nos trasladamos a la juventud de Dolores, cuando vivía feliz en Washington Heights, enamorada de un narcotraficante y estudiando en la universidad en busca de un futuro mejor. Sin embargo, la policía no tarda en llamar a su puerta y descubrir el negocio con el que se ganaban la vida. Pero el hombre por el que ha hecho de todo en los últimos tiempos ha desaparecido, y será ella quien cargue con todo el peso de la ley.
Ese peso son 16 años de cárcel y cuando Dolores cumple su condena se siente sola, pero con ganas de retomar las riendas de su vida. Sin embargo, le aguardan varias sorpresas. El barrio que dejó, ese que tras el 11-S experimentó un cambio que llevó a sus habitantes a reforzar su comunidad, ya no tiene nada que ver con sus recuerdos. Restaurantes elegantes, turistas que se hacen fotos en cada esquina, runners que ocupan las aceras… Dolores cree estar viviendo una pesadilla.
Esta sensación solo empeora cuando descubre que su amado no ha dejado ni rastro y ya no vive en el piso que compartían. Tampoco está allí el dinero que habían ahorrado. Dolores está sola en el mundo y sin un céntimo. Hasta que, caminando desesperada por la calle, descubre su propio oasis, Empanada Loca. El único local que ha sobrevivido a la gentrificación y que ahora dirige Luis, el hijo del dueño que, la última vez que le vio, era tan solo un adolescente.
Luis, que no ha dejado de pensar en ella mientras Dolores pasaba sus días a la sombra, se ofrece a acogerla en su sótano de su negocio, que también es su hogar. Y será ahí donde la expresidiaria comience a labrarse un futuro como masajista. Un trabajo que se le da especialmente bien y que aprendió gracias a su compañera de celda, que era manca.
Con este tono El horror de Dolores Roach se sumerge en la situación que afrontan los barrios ante la gentrificación y se adentra en una espiral truculenta que rebaja con mucho humor negro y un cúmulo de sucesos que solo añadirán dificultades a la complicada vida de su protagonista. Una mujer que lucha por conseguir sus sueños mientras el destino se empeña en complicarle el camino.
Con una Justina Machado que deja claro lo que lleva años demostrando, que es una gran actriz, y un Alejandro Hernández que sigue sumando papeles interesantes a su carrera, El horror de Dolores Roach es una nueva muestra de las posibilidades que ofrece la ficción sonora, el podcast, para el audiovisual.
Ágil y llena de sorpresas, la nueva comedia negra de Prime Video es una ficción perfecta para el verano, una propuesta ligera que no nos pide demasiado y nos asegura un buen rato frente al televisor. O para llevarla en tu dispositivo de cabecera y hacer más llevadero el viaje a tus vacaciones. Cualquier momento es bueno para disfrutar de una propuesta original y con sentido del humor. Aunque sea muy particular (y truculento).
20 de enero-18 de febrero
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