Encuentro Mujerhoy Cancer Care 2024

Mujerhoy Cancer Care 2024: la fotoprotección, clave para disminuir la curva ascendente del cáncer de piel

La importancia de la prevención, las nuevas estrategias en su abordaje y las necesidades y acompañamiento al paciente centraron el encuentro Mujerhoy Cancer care 2024, donde quedó patente la necesidad de protegernos mejor del sol y los avances recientes para tratar la enfermedad.

Alberto Conde Taboada, Valeria Moriconi, Vanesa Jorge, Nora García Pelluz, Pilar López Criado y Ainara Soria tomaron parte en el encuentro Mujerhoy Carncer Care 2024.

Silvia Capafons
Silvia Capafons

Las jornadas Mujerhoy Cancer Care son, a día de hoy, escenario clave para que los pacientes puedan informarse sobre los recientes avances y la mejor manera de enfocar la enfermedad. Ayer, miércoles 22 de mayo, tenía lugar la última con un leitmotiv: el cáncer de piel. Gracias al apoyo de MD Anderson Cancer Center Madrid y del colaborador académico Universidad Europea, especialistas en dermatología, oncología, psicología y enfermería especializada debatían sobre ello en la sede de Vocento en una charla y dos mesas redondas.

Como mensaje principal, quedó patente la importancia de disminuir la incidencia de un tipo de tumor que sigue creciendo cada año: según datos de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), el 1,7% de la población europea está afectada por el cáncer de piel y en España se diagnostican más de 78.000 nuevos casos cada año. La cifra más impactante, aún así, es la siguiente estimación: en 2040 el melanoma, el tipo más agresivo, se convertirá en el segundo tumor en incidencia global.

La prevención, en nuestra mano

Arrancaba el encuentro con una charla sobre prevención y concienciación para la detección temprana del cáncer de piel, en la que la Dra. Natalia Jiménez, dermatóloga del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, subrayaba la relevancia de la protección solar como medida principal para frenar el cáncer cutáneo. A pesar del alto porcentaje de pacientes que padecen este tumor, la dermatóloga lanzaba un mensaje en positivo al afirmar que «en gran parte, está en nuestra mano bajar la cifra haciendo un buen uso de la fotoprotección».

La Dra. Natalia Jiménez (Dermatóloga del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid) junto a Silvia Capafons, periodista y colaboradora de Mujerhoy. / luca lópez

Por buen uso se entiende, explicó, utilizar un SPF 30 o 50, la cantidad adecuada equivalente a dos dedos para el rostro y la misma por cada zona de piel, reponerla cada 2 o 3 horas en verano y después de cada baño, y tener especial cuidado en caso de fototipos bajos (piel, cabello y ojos claros) o si genéticamente hay antecedentes de este tumor. Y aunque la concienciación gracias a las campañas de las sociedades médicas es cada vez mayor, la Dra. Jiménez se sorprendía al constatar que aún muchos jóvenes relacionan el bronceado con la belleza. «Empiezan a llegar a mi consulta algunos que sí tienen muy claro que estar moreno no merece la pena, por suerte», apuntaba. Un dato relevante, sin duda, ya que la piel, reseñaba la experta, tiene memoria, y los años de mayor riesgo son la infancia y la adolescencia.

Vídeo. Aquí puedes ver el encuentro Mujerhoy Cancer Care 2024 al completo.

Autoexploración, el punto departida

La Dra. Jiménez reivindicaba la importancia de explorar desde casa la piel como primer paso preventivo mediante dos reglas. «La del ABCDE es la base: a partir de un lunar, debemos estar atentos ante la A de asimétrico, B de bordes irregulares, C de color heterogéneo, D de diámetro (si es mayor de 6 milímetros) y E de evolución, en caso de que crezca rápidamente. La segunda es la regla del patito feo: si una mancha nos llama la atención porque tenga una coloración más oscura, sangre, moleste o haga una herida que no termine de curar». También refrendaba la necesidad de acudir anualmente al dermatólogo a revisar los lunares, algo que solo hace el 26% de la población, según la AEDV.

Avances en tratamiento

Tras la charla con la Dra. Jiménez tenía lugar la primera mesa redonda, donde se trataron las principales estrategias en el abordaje de este tipo de cáncer y los últimos avances. Los tres principales tipos de cáncer cutáneo fueron expuestos por el Dr. Alberto Conde Taboada, jefe de servicio de dermatología de MD Anderson Cáncer Center Madrid: basocelular, epidermoide y melanoma, el más agresivo de todos. El especialista recalcó la importancia de un diagnóstico precoz con una frase contundente: « Los melanomas, si se diagnostican a tiempo, se curan».

La periodista Silvia Capafons modera la charla con la Dra. Pilar López Criado (Oncóloga responsable de la Unidad Multidisciplinar de Piel y Melanoma. MD Anderson Cancer Center Madrid); el Dr. Alberto Conde Taboada (Jefe del Servicio de dermatología. MD Anderson CancerCenter Madrid), y la Dra. Ainara Soria (Responsable de Tumores Cutáneos y Tumores de Cabeza y Cuello del Servicio de Oncología Médica. Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid). / luca lópez

En tumores iniciales basocelulares o epidermoides, de menor gravedad, el tratamiento quirúrgico es el 'gold star' de los procedimientos, a juicio del dermatólogo, que también resaltaba el éxito de la cirugía de Mohs, consistente en extirpar el tumor y hacer control histológico de todos sus márgenes. «Permite no quitar mucho tejido sano, y en España vamos varios pasos por delante en esta técnica. El problema es que, además de dermatólogo, se necesita un patólogo que lo analice, un técnico y un laboratorio, y eso solo es factible en hospitales grandes y especializados».

Siguiendo con las técnicas no invasivas, también hizo alusión a la terapia fotodinámica como solución en caso de tumores de bajo riesgo. «Bien indicada, permite quemar el tumor sin prácticamente cicatriz». Una reivindicación: «Hacen falta dermatólogos. La tasa de especialistas no aumenta al mismo ritmo que la del cáncer de piel; formar médicos especializados lleva 10 o 12 años, y formarse en tumores cutáneos y cirugía algunos más», exponía el Dr. Conde Taboada.

Una vacuna en ciernes

La Dra. Pilar López Criado, oncóloga responsable de la Unidad Multidisciplinar de Piel y Melanoma en MD Anderson Cáncer Center Madrid tomaba el relevo para explicar las opciones terapéuticas en una fase más avanzada de la enfermedad, como pueda ser un melanoma metastásico. «No hay una estrategia única; depende del paciente y de dónde esté localizado, de comorbilidades. La mitad del melanoma depende del BRAF, un gen que muta; está el tratamiento frente a ese gen que da lugar al melanoma o la inmunoterapia, fármacos en combinación». La oncóloga lanzaba también una advertencia: «El riesgo del melanoma no es hoy, una vez extirpado, es mañana con el riesgo de recaída».

Y aún así, el tratamiento para este tipo de tumor en estadio cuatro, el más grave, está evolucionando. Pilar López Criado quiso destacar la buena salud del abordaje multidisciplinar en nuestro país. «Es sorprendente lo que están consiguiendo los equipos coordinados de cirugía plástica, maxilofacial, dermatólogos, otorrinos, etc. de cara a una reconstrucción tras una cirugía, el resultado cosmético está siendo muy bueno». ¿La esperanza? La vacuna para este cáncer, el más agresivo. La Dra. Ainara Soria, responsable de tumores cutáneos y tumores de cabeza y cuello del servicio de oncología del Hospital Ramón y Cajal, detalló en qué consiste y la fase en la que se encuentra.

La Dra. Pilar López Criado (Oncóloga responsable de la Unidad Multidisciplinar de Piel y Melanoma. MD Anderson Cancer Center Madrid); el Dr. Alberto Conde Taboada (Jefe del Servicio de dermatología. MD Anderson CancerCenter Madrid), y la Dra. Ainara Soria (Responsable de Tumores Cutáneos y Tumores de Cabeza y Cuello del Servicio de Oncología Médica. Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid) / luca lópez

«No es vacuna como tal ni la misma para todos: secuencian el ADN del pulmón, por ejemplo, y el del enfermo, lo cruzan y distinguen qué fragmentos del ADN de este órgano no los tiene presentes el paciente y podrían ser interesantes para el sistema inmunológico del paciente. Se encuentra en ensayo clínico fase III, pendiente de sacar la autorización». Podría decirse que estamos ante una vacuna personalizada, y por tanto, teme la oncóloga, difícil de financiar. «Pero es que cada melanoma es único, y cada paciente también, no podemos tratarlos todos por igual, aquí está el gran reto. La industria está haciendo fármacos muy potentes, pero seguimos sin hacer una supra selección», denunció la Dra. López Criado. «Probablemente nuestros hijos, en 20 años, sean quienes tomen realmente conciencia de la relevancia de una buena protección frente al daño solar», concluía la experta.

El acceso a las terapias, el gran reto

Por su parte, la Dra. Ainara Soria se centró en la terapia adyuvante, el tratamiento complementario que se administra después del primario para disminuir el riesgo de que el cáncer regrese. Mencionó también la terapia dirigida con inhibidores del gen BRAF que ha demostrado eficacia pero no se encuentra disponible en España por su alto coste, «en cambio sí lo está la inmunoterapia, el hecho de entrenar a nuestras propias defensas para que sean competentes gracias a fármacos.

El cáncer tiene que aprender a evadir el sistema inmune, que normalmente es competente para romper una célula fea, y cuando la enfermedad se desarrolla es porque hemos perdido esa capacidad. El cáncer engaña diciéndole al sistema inmune que no es malo». Estar atento a los efectos adversos, imprevistos y variables, es crucial. «No hay que tenerle miedo, los resultados son incontestables. Ojalá tuvieran el resto de tumores adyuvancias tan completas como las que tiene el melanoma a día de hoy», refería la Dra. Soria.

La oncóloga denunció la falta de recursos económicos en los hospitales a la hora de suministrar un tratamiento adyuvante. «Los fármacos anti-diana no están aprobados en adyuvancia para el cáncer preventivo ni en la sanidad pública ni en la privada, se ha elegido dejar como tratamiento de prevención la inmunoterapia porque los costes son menores. El objetivo es que tengamos múltiples alternativas para tratar a los enfermos», denunciaba.

Destacaba el Dr. Conde Taboada como avance la neo adyuvancia: lograr reducir un tumor grande con tratamiento oncológico de inmunoterapia y combinación de fármacos antes de ser operado para obtener un mejor resultado post quirúrgico. Ainara Soria ponía de relevancia la importancia de reducir las listas de espera en la sanidad pública reconociendo que «muchos melanomas son diagnosticados por dermatólogos residentes de guardia al acudir el paciente directamente, harto de esperar su cita. La sanidad pública funciona muy bien cuando tienes un problema serio, pero cuando no, o si no se sabe, es otra cosa. No hay lista de espera en oncología». Por último, lanzaba un llamamiento a los jóvenes que practican deporte al aire libre en las horas centrales del día volviendo a la prevención, «cada vez es más habitual, pero si no se utiliza el fotoprotector, habrá un repunte aún mayor de cáncer de piel en el futuro», advertía.

Apoyo a todos los niveles

En un momento en el que la salud mental adquiere su necesario protagonismo, la importancia de escuchar las necesidades del paciente y acompañar sus emociones durante el proceso cobraron protagonismo en la segunda mesa redonda de la jornada. Normalizar cualquier emoción en un paciente con cáncer fue la principal petición de la profesora de la Universidad Europea de Madrid, psicóloga y experta en psico oncología Valeria Moriconi.

«Vivimos en una sociedad en la que hay que estar felices todo el tiempo. Un paciente puede sentirse un bicho raro, avergonzarse, culparse; tenemos todo el derecho a estar tristes, sentir miedo. Llegan las reacciones típicas de un duelo: hemos perdido algo, la salud. Perdemos nuestra vida cotidiana y es lo primero que se nota porque nos dan control y seguridad». Recordó igualmente la dificultad emocional de muchos supervivientes de este tipo de tumores. «Al superar la enfermedad, se supone que tiene que llegar un estado de felicidad; en cambio es habitual que la persona se venga abajo, porque antes la urgencia era curarse, poner buena cara y sostener a los acompañantes. Pero después está la vuelta a la vida; ya no somos los mismos, pueden aparecer problemas relacionales, laborales, sentimentales, de amistad, etc. en unas circunstancias diferentes».

Valeria Moriconi (Profesora de la Universidad Europea de Madrid. Psicóloga y experta en psico-oncología); Vanesa Jorge (Responsable de Atención Psicosocial de la Asociación Española contra el Cáncer en Madrid); Nora García Pelluz (Enfermera oncológica. MD Anderson Cancer Center Madrid). Modera: Silvia Capafons. / Luca López

Vanesa Jorge, responsable de atención psicosocial de la Asociación Española contra el Cáncer de Madrid (AECC) puso el acento en los roles de género y el protagonismo de la mujer a la hora de tomar las riendas cuando aparece el cáncer. «Es quien suele venir a consulta, la que pide ayuda, quien acompaña, quien gestiona la vida familiar, se convierte en cuidadora principal. También en el aspecto social, a menudo la cuidadora tiene que dejar el trabajo porque no puede asumir todos los roles». Desde la Asociación contra el Cáncer la atención es integral, explicaba la encargada de atención psicosocial. Al llegar, una enfermera a la que llaman facilitadora, realiza una exploración física, psicológica y social y en función de ella se atienden sus necesidades, tanto durante el proceso como después.

« Personalizar es crucial en esta enfermedad», recalcó. Sin olvidar el cuidado al cuidador, esa figura crucial que acompaña al paciente y que necesita una orientación certera. Porque, decía Vanesa Jorge, la familia sufre igualmente el impacto del cáncer, hay que acompañar al que acompaña. «Tiene un punto más de distrés que el propio paciente, según hemos podido ver en el Observatorio de la AECC».

De ahí que la psicóloga Valeria Moriconi animara a que el apoyo del enfermo fuera una red y no una sola persona. «Hace falta crear un equipo que reme en la misma dirección de forma coordinada». Ante un momento difícil, como un mal pronóstico o una recaída, el equipo de psicólogos y atención social reciben orientación «para evitar la conspiración del silencio, no ocultar pero tampoco dramatizar; normalizar el impacto que supone el cáncer».

MD Anderson regaló una bolsa a todos los asistentes al encuentro Mujerhoy Cancer Care, celebrado en la sede de Vocento, en Madrid. (Foto: Luca López)

Más apoyo psicológico en los hospitales fue la petición unánime de las expertas del panel. Y sin duda, los cuidados físicos en el día a día durante el tratamiento, tanto en el hospital como en casa, tuvieron su espacio: la enfermera oncológica en MD Anderson Cáncer Center Madrid Nora García señalaba la confianza como el pilar básico. «Necesitamos saber cómo se siente el paciente, si tiene efectos secundarios de los tratamientos, para ver cómo enfocar la atención. Igualmente importantes son nuestras habilidades comunicativas, adaptarnos a sus conocimientos y situación, al igual que tener en cuenta el momento en el que esté: si ha tenido un mal día no puedes ponerte técnico a contar complicaciones». Ante una primera jornada de tratamiento, uno de los miedos habituales llega impulsado por tópicos en los que el cine, refería Nora García, ha influido negativamente.

«En las películas vemos que a la protagonista con cáncer enseguida se le cae el pelo con la quimio, pero cada tratamiento tiene unos efectos secundarios y cada persona es única y no a todos nos sientan igual». Por último, animó a cualquier paciente oncológico a mantener un buen estilo de vida para llevar mejor el proceso, desde una dieta mediterránea y poco procesada a ejercicio moderado pero constante y un buen descanso.

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