distopía feminista
distopía feminista
Las mujeres jóvenes son capaces de emitir una descarga eléctrica mortal con sus manos en el libroEl poder (Roca Editorial), de Naomi Alderman (y la serie cuyos primeros capítulos puedes ver en Amazon Prime Video). Esta distopía sobre qué sucedería en el mundo si las mujeres fueran ahora las agresoras fue elegido uno de los mejores libros de 2017 por The New York Times. El periódico la definió, además, como «El cuento de la criada para millenials», una comparación que no es una mera frase promocional: Margaret Atwood fue la mentora de Naomi Alderman cuando lo escribía gracias a un programa para jóvenes escritores.
El argumento de la serie, protagonizada por Toni Collette y John Leguizamo, se centra en cómo cambia el equilibrio de poder en el mundo cuando unas adolescentes en todo el mundo desarrollan la capacidad de electrocutar con sus manos y los hombres comienzan a temer a las mujeres. Algunas de ellas utilizan su poder para romper redes de tráfico sexual o regímenes misóginos y otras optan por apoderarse de los privilegios masculinos en su propio bien (como la dictadora inspirada en la versión femenina de una mezcla de Putin y Berlusconi).
La serie se estructura a través de la historia de la hija de una alcadesa en Estados Unidos, un periodista en Nigeria, una adolescente en una casa de acogida, la hija de un mafioso británico y la esposa florero de un dirigente en un país del Este. Los primeros nueve capítulos de venganza feminista adaptan un tercio del libro (antes de que las cosas se pongan realmente inquietantes), por lo que puede ser la primera de más temporadas. ¿Qué harías si estuvieras en esta situación? es la pregunta que la autora lanza con este libro y con la serie, cuyo primer capítulo ha escrito y de la que es productora.
El poder es el cuarto libro que ha publicado Naomi Alderman. El primero de ellos, Desobediencia (no editado en español), lanzado en 2006, cumplía con la recomendación a cualquier escritor primerizo: escribe sobre lo que conoces. Alderman recurrió al ambiente en el que había crecido para contar la historia de una mujer expulsada de una comunidad judía ortodoxa del norte de Londres por besar a otra mujer que regresa años después cuando muere su padre. Rachel Weisz, Rachel McAdams y Alessandro Nivola protagonizaron la adaptación cinematográfica de esta novela, que causó cierto revuelo en 2017 por una escena sexual entre las dos actrices.
Hija de una profesora de arte y de un historiador, fue criada en un ambiente intelectual judío ortodoxo. Aunque sus padres eran modernos, en la escuela en la que estudió los niños recitaban cada mañana: «Gracias, Dios, por no hacerme una mujer». Y las niñas: «Gracias, Dios, por hacerme según tu voluntad».
Esta educación es uno de los traumas que Naomi Alderman ha conseguido superar a través de la escritura y de una brillante sonrisa que reparte generosamente. Pero no es el único. Crecer bajo el canon físico del heroin chic de los 90 (que lideraba Kate Moss) cuando su físico no podía ser más contrapuesto la hizo disociarse de su cuerpo y plantearse casarse con un amigo gay del que se había enamorado para no tener que enfrentarse a las relaciones sexuales.
Alderman es además una superviviente de manipulación y abusos sexuales por parte de un amigo de la familia, el lingüista judío Sidney Greenbaum. Autor del libro de gramática Oxford English Grammar y profesor de Lengua y Literatura en el University College of London fallecido en 1996, fue declarado culpable de «asalto indecente» a tres niños en 1990. No obstante, la comunidad judía en la que ofrecía clases privadas no le condenó públicamente (más bien, acusó a los padres de exagerar) y en el obituario publicado en los periódicos tras su muerte no se mencionó este hecho.
Tras obtener una licenciatura en Filosofía, Política y Economía en el Lincoln College de Oxford, Naomi Alderman trabajó como abogada en Nueva York. A su vuelta al Reino Unido, comenzó una exitosa carrera literaria (nominada como una de las mejores novelistas jóvenes por la revista Granta en 2013) que compagina con artículos en prensa sobre tecnología y la participación en la creación de videojuegos (Zombies, run!) y apps.
Con El poder no solo ha conseguido colocar un libro de ciencia ficción en las listas de los mejores del año, también ha trasladado a audiencias jóvenes un discurso feminista de empoderamiento. «Cuando era una adolescente en los 90 se decía que no quedaban batallas feministas por ganar. Ahora, por desgracia, es obvio que no es así. Internet lo deja claro: puedes leer en los foros a hombres que odian a las mujeres y quieren violarlas y dominarlas. Durante la última década se han vuelto más visibles ciertos tipos de misoginia y tenemos que abordarlos», afirmó en una entrevista publicada en The New York Times.
En su próximo libro, The Future, que se edita este otoño, Naomi Alderman reflexiona sobre otro poder, el tecnológico y, después de quitar el poder a los hombres, plantea hacerlo con los Mark Zuckerberg, Bill Gates o Elon Musk. «Hemos permitido que surja un mundo en el que unos pocos multimillonarios de la tecnología son increíblemente ricos y poderosos, sin cuestionar realmente cómo hemos llegado a esto, si creemos que es justo y si queremos que esas personas estén a cargo de la cantidad del mundo que controlan», explica.