En los últimos tres años, además de actuar en casi una docena de películas y dirigir su primer largometraje -todo eso mientras se convertía en un icono de estilo-, Noémie Merlant (París, 1988) ha descubierto qué relación quiere tener con el mundo. Ahora, la actriz francesa del momento llega a los cines españoles con 'Un año, una noche', la reflexión del cineasta Isaki Lacuesta sobre el trauma colectivo por el atentado en la discoteca parisina Bataclan en 2015.
«Dudé antes de decidirme a protagonizarla; no estaba segura de tener legitimidad para hablar del asunto-reconoce-. Pero creo que, si realmente queremos cerrar la herida colectiva que este suceso tan trágico causó en todos nosotros, hay que dialogar de forma saludable sobre él.
Y esta película, en mi opinión, adopta el enfoque adecuado. No se centra en los detalles escabrosos de los atentados, sino en los esfuerzos de quienes más directamente la pedacieron para seguir adelante, esforzándose por llevar una vida llena de amor, de sexo, de amigos, de risas...».
NOÉMIE MERLANT
MUJERHOY. ¿De qué modo percibe esa herida en su día a día?
NOÉMIE MERLANT. Tengo muchos amigos que vivían en París y que, tras el atentado, se mudaron a otro lugar. Muchos parisinos, además, han dejado de tomar el autobús o el metro, o de asistir a conciertos o al cine. Y, por supuesto, la tragedia de Bataclan ha contribuido dramáticamente a que crezcan el odio, la desconfianza, la xenofobia y la ultraderecha, no solo en Francia sino en toda Europa. Es algo que me causa una terrible inquietud.
MUJERHOY. ¿Cómo cree que el atentado la afectó a usted personalmente?
NOÉMIE MERLANT. Solo dos días antes de los atentados habíaestado tomando algo en la terraza de Le Carillon, una de las cafeterías que atacaron, y esa casualidad me produjo mucho miedo. Aún hoy, cualquier ruido inusual que oigo por la calle me sobresalta. Siempre he sido propensa a los ataques de ansiedad, y durante un tiempo sentí que se agravaban.
MUJERHOY. ¿De qué manera se manifiestan?
NOÉMIE MERLANT. Cuando tengo que hablar en público o con la prensa me asalta el miedo a no elegir las palabras adecuadas, a decir algo estúpido o parecer idiota. Afortunadamente, aprendí a controlarlos a través de la meditación, el psicoanlálisis y, sobre todo, el trabajo. Meterme en la piel de un personaje, escaparme a la ficción, me resulta balsámico.
MUJERHOY. Se dio a conocer al gran público con Retrato de una mujer en llamas (2019). ¿Cómo describiría el impacto de esa película en su vida?
NOÉMIE MERLANT. Más allá de abrirme muchas puertas, esa película me transformó. Trabajar con una cineasta como Céline Sciamma cambió mi visión de la relación entre hombres y mujeres. Antes me parecía casi normal que un cineasta fuera autoritario conmigo.
NOÉMIE MERLANT
Había asumido que mi función era adaptarme a lo que otras personas podían eseprar de mí. Gracias a Céline, comprendí que los deseos femeninos siempre han estado aplastados por el patricarcado y que es importante contar historias sobre mujeres que atienden a los suyos. Las decisioens profesionales que he tomado desde entonces van en esa línea y han cambiado mi manera de verme y relacionarme con el mundo.
MUJERHOY. ¿En qué sentido?
NOÉMIE MERLANT. En muchos. Mi forma de moverme o de hablar no eran necesariamente mías, sino modeladas por las expectativas de los demás. Ya no trato de mostrarme ultrafemenina, visto ropa menos ajustada, menos sexy.
MUJERHOY. Antes que actriz, fue modelo. ¿Cómo recuerda esos años?
NOÉMIE MERLANT. Me permitió viajar y ganar confianza en mí misma, me proporcionó dinero y amistades que aún mantengo. Pero al cabo de untiempo sentí que mi cuerpo no me pertenecía, que yo no era más que un pedazo de carne. La transición al cine no fue fácil, porque para muchos solo era otra modelo empeñada en hacer películas, pero he logrado sentir que mi trabajo es útil, que gracias a él puedo cambiar las cosas. Las historias pueden audarnos a abrir debates necesarios.
MUJERHOY. A good man (2020), en la que dio vida a un hombre trans que se queda embarazado, generó cierat controversia.
NOÉMIE MERLANT. Por entonces, yo no pensaba que un personaje transgénero tuviera necesariamente que ser encarnado por un intérprete transgénero. Pero, cuando empecé a leer los comentarios sobre la película, comprendí que me había equivocado.
En el cine y en la sociedad, casi todo el espacio está ocupado por personas cisgénero, blancas y heterosexuales, y las personas trans siempre han sido representadas en las películas como malvadas o chistes andantes. La peli´ula quería fomentar la inclusión y la aceptación, y mi presencia en ella no ayudó.
MUJERHOY. Mi iubita, mon amour (2021) es su primera película como directora. ¿Por qué decidió hacerla?
NOÉMIE MERLANT. Harta de contemplar el trato a la comunidad gitana, decidí entrar en contacto con ella. No entiendo la ligereza con la que se caricaturiza y se los reduce a clichés que fomentan la discriminción y el racismo. Sentí que podía hacer algo para contribuir a su integración, así que empecé a participar en trabajos sociales. Retratarlos es algo que llegó después.
MUJERHOY. ¿Cómo surgió su interés en dirigir?
NOÉMIE MERLANT. Hace 13 años, mi padre sufrió un accidente que lo dejó discapacitado. Pasé mucho tiempo en el hospital, a su lado. Ahí comencé a escribir, epro no empecé a filmar hasta siete años después. Esa película está ahora en fase de edición. Es un homenaje a mi madre, que dedica su vida a cuidar de mi padre y de mi hermana, que sufre una discapacidad mental.
MUJERHOY. ¿Su situación familiar la ayuda a mantenerse con los pies en el suelo?
NOÉMIE MERLANT. Soy consciente del estilo de vida al que invita mi trabajo, pero para mí ser actriz significa ponerme a diario en la piel de otras personas. En otras palabras, es una demostración profunda y constante de emptía. Soy incapaz de permanecer indiferente a una sociedad tan injusta y desigual como la nuestra.
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