El cambio más radical de Bárbara Lennie, a punto de ser madre y de estrenar Los renglones torcidos de Dios: «Mi madre, psicoanalista, me hizo un mapa para entender un poco mejor la cabeza»

A punto de estrenar Los renglones torcidos de Dios, el personaje más difícil de su carrera, la actriz se prepara para la que intuye «la performance» más alucinante de su vida: ser madre.

La actriz Bárbara Lennie lleva vestido de cashmere entallado, de Sportmax. / fotos: FÉLIX VALIENTE / estilismo: sandra muñoz mañas

Manu Piñon
Manu Piñon

Con una melena rubia platino, el aire distante de Catherine Denueve, los abrigos que lucían las señoras de la alta sociedad en las páginas del ¡Hola! en los 70 y el cigarrillo constante de Gena Rowlands, Bárbara Lennie (Madrid, 1984) creía que en Los renglones torcidos de Dios (estreno, 7 de octubre) había hecho «el cambio de imagen más radical» de su carrera.

«Está a años luz de lo que yo soy, y era algo que me divertía muchísimo. Tiene una silueta que se puede dibujar en tres trazos», explica sobre Alice Gould, una detective que se infiltra como paciente en un psiquiátrico de una España en plena transición para investigar un asesinato.

El día que tiene lugar la sesión de fotos, la silueta de la actriz se dibuja con otros trazos y prevé un cambio más radical que cualquier tinte. Está embarazada de ocho meses. Aún no sabe cómo se llamará la niña que espera, pero tanto su pareja, el músico Diego Postigo, como Dora (18 años) y June (11), las hijas que él tuvo con Bimba Bosé, fallecida en 2017, están dándole vueltas a este asunto.

«El mes que viene habrá que decidirse», asume entre risas. « Ser madre no era una prioridad ni una obsesión, pero sí que llevaba tiempo con ganas, así que no ha sido tampoco algo inesperado, que me pillase por sorpresa. Lo he vivido como el inicio de algo muy intenso y poderoso. Todo este tiempo que el cuerpo te da hasta que la niña nace es fundamental para empezar a entender que nada será como venía siendo».

Nos sigue explicando: «Me siento transformada físicamente, pero también mi alrededor y mi futuro están cambiando. Es un tiempo de repensarme y a la vez de conectar con algo muy instintivo, muy primario, de mamífero. No tengo nada de miedo a parir. Al contrario, muchas ganas. Me parece increíble, casi como una performance, algo totalmente inimaginado».

Mujerhoy. ¿Cómo se ha visto durante estos meses frente al espejo?

Bárbara Lennie. A veces me miro y no sé quién es esta señora que está delante de mí, pero me siento muy yo, solo que en unas circunstancias nuevas y asombrosas. He seguido haciendo las cosas que me gusta hacer, ahora con ella dentro. Ya nos vamos a acompañar toda la vida.

La actriz posa con vestido de punto y top blanco, ambos de Prada. /

Mujerhoy. A un mes de ser madre, ¿cómo ha planificado su agenda?

Bárbara Lennie. Hasta diciembre pararé. Lo que queda de año voy a estar flipando y asimilando esa nueva vida. He aplazado proyectos y por suerte me han esperado en casi todos. En principio, vuelvo a rodar la primavera del año que viene, después en otoño... Lo iré viendo, porque tampoco sé muy bien lo que me va a pasar.

Mujerhoy. Antes de eso estará en el Festival de San Sebastián, donde estrena Los renglones torcidos de Dios, basada en el libro homónimo de Torcuato Luca de Tena, y se proyectan otras dos películas suyas, El agua y El suplente.

Bárbara Lennie. Vamos toda la familia, porque menos June todos presentamos algo: Dora estará con Rainbow, de Paco León, igual que Diego, que también va con Fácil, la serie que adapta la novela de Cristina Morales. Ellos irán y vendrán, yo me quedo todo el festival; con tanta tripa es complicado moverse.

«Se me cae la baba con Dora. Es precioso convivir en cartel con ella, algo que sucede una vez en la vida».

Mujerhoy. Rainbow y Los renglones torcidos de Dios se estrenan con apenas una semana de diferencia. ¿Cómo llevan Dora y usted lo de convivir en la cartelera?

Bárbara Lennie. Se me cae la baba. Me parece precioso y emocionante. Estoy deseando ver su película, porque he querido esperar a hacerlo en pantalla grande y con público. Estamos las dos muy contentas de que esto pase, algo que sucede una vez en la vida, así que lo vamos a compartir y disfrutar brindando por ello.

Mujerhoy. ¿Han hablado de hacer algo juntas?

Bárbara Lennie. No, no, para nada. Dora es música y todo esto lo ha vivido como una suerte maravillosa que ha tenido con Paco, que ha cuadrado y ya. Tiene 18 años y su universo, donde vuelca su creatividad, es la música, no la interpretación. Cero presiones y sin planes de futuro.

Mujerhoy. Usted protagonizó el vídeo de Demasiadas mujeres, de C. Tangana. Estaría feo no aparecer en uno de Dora llegado el caso, ¿no?

Bárbara Lennie. A veces los asuntos de familia y los creativos es mejor no mezclarlos demasiado. Muchas intensidades ahí juntas.

Mujerhoy. En la película se cuestiona la veracidad y hasta la cordura de Alice. ¿Ha llegado al borde la locura con un papel?

Bárbara Lennie. Por suerte no me he visto frente a ese abismo. Tampoco me interesa que me pase. Sí que he perdido el control, que es algo muy disfrutable y que la ficción te permite. En la vida pocas veces te puedes abandonar de esa manera y dejarte llevar y perder el control. En este trabajo es casi necesario, diría yo.

Mujerhoy. Las dos grandes fuerzas que se contraponen en Los renglones... son el testimonio de una mujer a la que nadie cree y el diagnóstico del director del centro psiquiátrico que interpreta Eduard Fernández. En el contexto actual, ¿siente más temor o curiosidad por cómo se interprete este duelo?

Bárbara Lennie. A Oriol [Paulo, director de la película] le interesaba sobre todo esa rivalidad entre dos personas que se saben poderosas, incuestionables en su campo. Tengo ganas de ver cómo se recibe, por ejemplo, el valor de la palabra de Alice si no está validada por un hombre, ya sea su médico o su marido.

Mujerhoy. En Petra (2018), su personaje decía que en el arte buscaba la verdad, algo que persigue como forma de vida Alice. ¿Comparte esa pulsión?

Bárbara Lennie. En el caso de Alice es casi una obsesión, dar con ella y entenderla, a pesar de que es una verdad que se va transformando. Para mí la verdad, un concepto que en mi profesión se maneja mucho, es cada vez más difusa. Es una búsqueda interesante, pero llena de recovecos y contradicciones.

Bárbara Lennie lleva vestido de lana virgen de Christian Dior. /

Mujerhoy. Ha dicho que nunca había hecho «un protagonista tan protagonista». ¿Cómo se afronta la exigencia de estar en casi todos los planos?

Bárbara Lennie. Entiendes que llegan meses de mucha exigencia, jornadas de principio a fin, una especie de tour de force. También el protagonista imprime un ritmo y un ánimo al rodaje. No se trata solo de estar en cada secuencia, sino de lo que generas a tu alrededor.

Además de que es una película con secuencias largas de mucha dialéctica y también mucha acción, pasan cosas constantemente, era complicado entra en la psique de Alice. Recurrí a mi madre, que se dedica al psicoanálisis. Me hizo una especie de mapa para entender un poco mejor la cabeza. Tiene mucha curiosidad por ver hasta dónde lo he llevado.

Mujerhoy. Las dos últimas actrices jóvenes a las que he entrevistado le citaron como referente. ¿Es consciente de que se valora cómo ha dirigido su carrera?

Bárbara Lennie. ¡Qué bonito! Me parece súper emocionante. Me encanta pensar que haya actrices que están empezando y que me tengan en cuenta. En general, siento mucho cariño y respeto en la profesión. No ha sido fácil. Podría haber acortado caminos, pero he sido un poco cabezota y un poco radical en algunas de mis decisiones.

Llevo currando más de la mitad de mi vida y siento que le he ido dando coherencia a este viaje. No es tan fácil en este país poder hacer Los renglones torcidos de Dios y también una película como El agua, fluctuar entre esos dos cines, porque a priori la gente intenta encasillarte.

«Podría haber acortado caminos, pero he sido un poco cabezota y radical en algunas de mis decisiones».

Mujerhoy. ¿Le costó entender cómo funcionaba la industria? ¿Qué sucedió para que entre su debut, Más pena que Gloria (2001) y su segunda película, Obaba (2005), transcurrieran cuatro años en blanco?

Bárbara Lennie. Tenía 15 años en mi primera película, para mi familia fue un shock y yo no tenía claro qué iba a ser. Me gustaba estudiar y creía que haría una carrera más ortodoxa. Mi prioridad era terminar el instituto. Mi adolescencia tuvo más que ver con un descubrimiento interno, no tanto con una exposición externa. Lanzarme a la vida profesional estaba fuera de mi mapa. Tardé en tener una representante, en entender que mi físico implicaba ciertas cosas, que no importaba solo lo creativo...

Mujerhoy. ¿Qué quiere decir esto?

Bárbara Lennie. Las actrices de mi generación lo tenían mucho más claro. Iban a los sitios, se preparaban, se maquillaban, comprendían que su imagen era importante. Yo siempre he sido mucho más descuidada y ciertas cosas de la profesión he tardado en entenderlas.

Mujerhoy. Quizás por sus papeles, que han estado entre lo distante, lo solemne y hasta lo perverso, por su físico o porque sigue siendo una persona con cierto halo misterioso, pero ¿es consciente usted de que impone?

Bárbara Lennie. Seguramente. Por una mezcla de cómo soy y de lo que he hecho hasta ahora. Si hubiera hecho Aída o Los Serrano o un personaje muy querido, me verían de otra manera... Pero bueno, podría ser peor.