En el Nueva York de Warhol, Yayoi Kusama se convirtió en una figura reverenciada. Pero su influencia fue más allá del pop y ha sido pionera del minimalismo y el arte feminista. /
Desde que Gaston- Louis Vuitton , nieto del fundador de la firma, comenzó a encargar la decoración de los escaparates y el interior de sus tiendas a los artistas que reinaban en el panorama internacional hace casi un siglo, la maison parisina nunca ha dejado de lado el arte. Una colaboración que se intensificó desde 1988 y que ha fructificado en colaboraciones con Jeff Koons, Takashi Murakami o la japonesa Yayoi Kusama (1929), pionera del minimalismo y el pop art. Hasta el infinito...
Fue en 2012 cuando la creadora japonesa colaboró por primera vez con la firma, pintando a mano sus lunares en una clásica maleta de Vuitton. Kusama eligió este motivo a los 10 años para evadirse de una infancia difícil, marcada por una madre maltratadora y un padre infiel. Fue entonces cuando empezó a sufrir alucinaciones: «Los lunares vienen volando y caen en mi vestido, en el suelo, por la casa, por el techo. Y yo los pinto», asegura la artista.
«Mi deseo era predecir y medir la infinidad del universo desde mi posición en él, a través de estos lunares», confiesa en su autobiografía 'Infinity Net: The Autobiography of Yayoi Kusama'. Su adolescencia no fue mejor, trabajando en una fábrica de paracaídas, bajo las bombas de la II Guerra Mundial. Así que Kusama se marchó a Estados Unidos con 25 años, de la mano de Georgia O'Keeffe , y triunfó allí. Pero su frágil psique se resintió y tuvo que retirarse de la vida pública. En 1973 regresó a Japón y, tras varias crisis, se internó voluntariamente en un hospital psiquiátrico. Desde 1977 vive allí, aunque no ha dejado de trabajar.
Look de la colección de Yayoi Kusama x Louis Vuitton; bolso cubo con el motivo de lunares metálicos de la artista; y bolso presentado en la colección Crucero 2023. /
Ahora, la artista de 93 años colabora por segunda vez con Louis Vuitton de forma más ambiciosa, ya que presenta accesorios (que vieron la luz en el desfile de la colección crucero 2023) y tiñe con su motivo icónico prendas, pañuelos y figuras decorativas. Además, los lunares metálicos de su escultura Jardín de Narcisos (presentada en la Bienal de Venecia de 1966) se aplican en prendas icónicas de la casa, mientras su obsesión por las flores psicodélicas está presente gracias al trabajo de los artesanos de la firma, que las plasman en jacquard, bordadas o impresas en piel, bajo la supervisión de Kusama. La colección se pone a la venta el 6 de enero, en tiendas y online.